El BdE alertó a Calviño de un roto de 10.000 M a la banca por el decreto hipotecario

La tensión que se vivió entre la banca y el Gobierno en las primeras semanas de noviembre no fue una pose. El sector financiero llegó a temer un gran impacto en sus cuentas por el rescate hipotecario, que podría incluso haber llevado a más de un banco a pérdidas en España. Así, fuentes próximas a las entidades consultadas por El Confidencial señalan que las primeras estimaciones que hizo sobre ello el Banco de España apuntaban a unas pérdidas por provisiones de entre 9.000 y 10.000 millones por la reforma del Código de Buenas Prácticas, aprobada por el Gobierno el pasado martes.

Se trata de estimaciones sobre las hipótesis más pesimistas: que el 100% de los potenciales beneficiados de la reforma, se acogieran a ello, algo que no se espera. Y se hicieron no sobre los datos de los bancos, sino en función de la encuesta financiera de las familias. Aun así, sirvieron para meter el susto en el cuerpo a más de uno y marcar una senda constructiva de negociación.

Así, los 10 mayores bancos ganaron en España poco más de 6.500 millones entre enero y septiembre, sin tener en cuenta las cifras de filiales internacionales. Esto refleja el impacto que hubiera tenido un volumen de provisiones de 10.000 millones.

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Estas cifras bajaron considerablemente en las últimas semanas de negociación entre el Ministerio de Economía y las patronales bancarias, en las que el Banco de España fue testigo de excepción, dando su opinión técnica sobre el alcance e impacto de las medidas.

Las fuentes consultadas explican que el descenso fue por la aplicación de nuevos supuestos por parte del Banco de España, tanto del colectivo al que se aplicará como la subida de los tipos de interés y el porcentaje de créditos que entrarán en dudosos, un aspecto contable determinante en el cálculo.

Así, lejos de los entre 9.000 y 10.000 millones, en el sector bancario se calculan ahora potenciales impactos que van de los 1.000 a los 2.000 millones de euros. De hecho, un informe publicado este miércoles por la firma Kepler Cheuvreux calcula que solo los seis bancos cotizados tendrán que asumir pérdidas por valor de 1.708 millones (ver gráfico). Matiza que parte de ellas serán cubiertas por las dotaciones colectivas hechas y no gastadas en el covid, por lo que la nueva factura se quedaría en 650 millones.

Las nuevas medidas de alivio hipotecario aprobadas la semana pasada están destinadas a un público potencial de un millón de hogares con problemas para pagar el crédito inmobiliario.

El plan incluye tres tipos de ayudas: para hogares vulnerables (ingresos de hasta 25.200 euros) que tienen problemas para pagar la hipoteca, con rebajas de intereses, carencias, extensiones del plazo y daciones en pago; para las clases medias-bajas que podrían llegar a entrar en la anterior categoría (rentas de hasta 29.400 euros), con cuotas congeladas y extensiones del plazo; y facilidades para el resto a la hora de amortizar anticipadamente la hipoteca y convertirla de tipo variable a fijo.

Debate contable

Más allá de los cálculos iniciales, este real decreto está generando un gran debate contable en el sector financiero. Por un lado, el supervisor pide prudencia y va a exigir provisiones desde el primer momento en el que un cliente solicite la adhesión al código. El debate está en si el crédito entra entonces en Stage 2 (bajo vigilancia), lo que requiere menos provisiones, o en Stage 3 o dudoso.

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Tanto Economía como los bancos han intentado en sus negociaciones que el real decreto deje a la mayor parte de los beneficiados lejos del Stage 3, pero el Banco Central Europeo (BCE) decidirá en cada caso si la hipoteca debe estar bajo vigilancia o dudoso, como publicó este medio.

Al margen de estas cifras millonarias, las entidades consultadas afirman que la salud financiera de las familias es buena actualmente, por lo que creen que se tardará algunos trimestres en saber cuántas recurren a estas medidas. Será entonces cuando tengan una visión más clara de la factura que les va a suponer esta reforma hipotecaria, cuyas medidas, añaden, hubieran ofrecido a sus clientes sin necesidad de un real decreto.