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El BCE vigilará que el pacto para rescatar a hipotecados no se use para ocultar mora
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SUPERVISIÓN

El BCE vigilará que el pacto para rescatar a hipotecados no se use para ocultar mora

El supervisor europeo chequeará que no se usa el nuevo Código de Buenas Prácticas para tapar futura morosidad, como hizo con las moratorias del covid

Foto: Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE. (EFE/EPA/Armando Babani)
Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE. (EFE/EPA/Armando Babani)
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El Ministerio de Economía y la banca negociaron durante semanas la letra pequeña del real decreto hipotecario con un gran objetivo: que los préstamos que se reestructuren no entren en la categoría de morosos, por el daño que provocaría a las entidades y a los propios clientes. Sin embargo, la última palabra no la tendrán ni la vicepresidenta Nadia Calviño ni las entidades, sino el Banco Central Europeo (BCE).

De este modo, el supervisor europeo aplicará a las medidas de alivio de las hipotecas españolas los mismos criterios que usó con las moratorias que se concedieron por el covid: un seguimiento exhaustivo para que no se usen estas medidas para tapar la morosidad. Es decir, que no ocurra lo de la anterior crisis, en la que los bancos refinanciaban créditos inmobiliarios para evitar asumir provisiones.

Foto: La vicepresidenta Nadia Calviño. (EFE/Kiko Huesca)

Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE, lo dejó claro en una carta que envió a más de 100 consejeros delegados de bancos europeos en diciembre de 2020: "Las entidades deben continuar identificando y reportando el deterioro en la calidad de crédito y reconocer los créditos dudosos de acuerdo a las normas existentes, para que se mantenga una fotografía clara y precisa de los riesgos del sector financiero".

"Es cada vez más importante que las grandes entidades se aseguren de que el riesgo es valorado, clasificado y tratado adecuadamente en su balance. Esto sirve para proporcionar apropiadas soluciones a los clientes insolventes en un tiempo adecuado y contener la creación de problemas en bancos por minusvalorar posibles efectos acantilado", añadía Enria.

Mensaje claro

El mensaje es claro en lenguaje supervisor: los bancos no pueden usar las medidas de alivio a colectivos afectados por la crisis para evitar reconocer futuros impactos en su balance, ya sea como ocurrió con las moratorias en el covid o ahora con el golpe del euríbor en los hogares.

Como explicó en sus últimas prioridades supervisoras, el temor que tiene el BCE es que la combinación de la recesión del covid con las medidas públicas para evitar la caída de empresas y hogares haya ocultado una gran bolsa de potenciales clientes morosos que afloren en los próximos trimestres: "En medio de una enorme caída en la producción económica, los créditos dudosos han seguido cayendo, gracias a las excepcionales medidas políticas adoptadas para apoyar la economía real. Estas acciones sin precedentes también han desdibujado la solvencia de los prestatarios y desafiado la capacidad de los bancos para administrar el riesgo crediticio de manera precisa y proactiva".

En este contexto han llegado las nuevas medidas de alivio hipotecario aprobadas el martes en Consejo de Ministros, destinadas a un público potencial de un millón de hogares con problemas para pagar el crédito inmobiliario.

placeholder El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. (EFE)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. (EFE)

El plan incluye tres tipos de ayudas: para hogares vulnerables (ingresos de hasta 25.200 euros) que tienen problemas para pagar la hipoteca, para las clases medias que podrían entrar en esta categoría (rentas de hasta 29.400 euros) y facilidades para el resto a la hora de amortizar anticipadamente la hipoteca y convertirla de tipo variable a fijo.

El debate contable está con los créditos que entren en el segundo tipo de ayudas, las destinadas a rentas de hasta 29.400 euros (700.000 hogares), ya que las normas dejan claro que los primeros (vulnerables) entran automáticamente en la categoría de crédito dudoso. Por ello, Economía decidió incluir un punto técnico en el real decreto que fija un límite para que determinados créditos refinanciados reduzcan en un 0,5% su valor actual neto. Con ello, se evita traspasar el límite que el BCE y el Banco de España marcan para que un préstamo pase a ser considerado dudoso: que su riesgo aumente en un 1%. Aun así, la última palabra la tendrá Fráncfort.

El Ministerio de Economía y la banca negociaron durante semanas la letra pequeña del real decreto hipotecario con un gran objetivo: que los préstamos que se reestructuren no entren en la categoría de morosos, por el daño que provocaría a las entidades y a los propios clientes. Sin embargo, la última palabra no la tendrán ni la vicepresidenta Nadia Calviño ni las entidades, sino el Banco Central Europeo (BCE).

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