Los dueños de Burger King España se reparten un dividendo de 700 millones

Los cinco grandes accionistas de Burger King España han decidido repartirse un dividendo de 696 millones de euros para celebrar la venta de Restaurants Brands Iberia (RBI) a Cinven, firmada en octubre del pasado año. Según las cuentas oficiales de QMI Fonciere, la sociedad tenedora de las acciones de RBI, la familia Jiménez Blázquez, con Gregorio como presidente ejecutivo, aprobó distribuir entre sus socios 477 millones en concepto de beneficios y 219,67 millones a cargo de las reservas que acumula la compañía.

Según los estados contables, QMI Fonciere abonó 56,2 millones en concepto de dividendos en efectivo y 180,54 millones en especie. Pero la empresa se benefició del artículo 21 de la Ley del Impuesto de Sociedades, que permite a sus titulares una exención para evitar la doble imposición a beneficios que ya han sido gravados anteriormente. Esto redujo la factura tributaria de ese ejercicio a seis millones de euros. En este caso, la empresa de los Jiménez Blázquez ha podido dejar fuera de la base imponible 458,95 de los 483,19 millones que ganó QMI en 2021 gracias a la venta de RBI a Cinven, operación adelantada por El Confidencial en julio del pasado año.

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Por tanto, QMI ha tributado por 24,24 millones, que es la diferencia entre los beneficios (483,19 millones) y la cantidad dispensada. Al aplicar un tipo del 25% sobre esos 24,24 millones, resultan los seis millones citados. Fuentes oficiales de Burger King España explican que "el resultado que está declarando QMI ya tributó al tipo general del 25% en la entidad participada por QMI, motivo por el que se aplica mecanismo de la exención para evitar la doble imposición".

Según el Registro Mercantil, los accionistas de QMI Fonciere son cinco: Mediterránea 84, Carfernu, Azurea Invest, Valor Inicial y Eryel Invest. La primera es propiedad de Gregorio Jiménez y dueña del 29% de QMI. Esta empresa ganó 137 millones de euros en 2021 y abonó 1,6 millones a Hacienda. La segunda pertenece a Fernando Núñez Rebolo, que tiene una participación similar del 29% en el 'holding'.

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Azurea, con un 13,8% de QMI, tiene como accionista mayoritario a Andoni Nieto y obtuvo un beneficio de 65,79 millones, con una factura impositiva de 504.000 euros. La sociedad Valor Inicial, a nombre de María Isabel Jiménez Blázquez, y Eryel Invest, propiedad de Santiago Jiménez, también son dueñas cada una del 13,8% de la matriz y obtuvieron unas ganancias similares, con un gasto fiscal de 524.000 y 979.000 euros, respectivamente.

Fuentes oficiales de RBI agregan que, como establece la ley, "las rentas percibidas de entidades (dividendos, plusvalías, beneficios de establecimientos permanentes, etc.) no se integran en la base imponible de la entidad que las recibe. Es decir, tales rentas tributan exclusivamente en la sede de la entidad que las genera y, cuando son recibidas por otro contribuyente, no se produce ninguna imposición adicional en el mismo". Por último, señalan que "todas las sociedades dueñas de QMI tributan en España y lo hacen de acuerdo a la legalidad vigente".

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Esta exención está incluida en la reforma del impuesto de sociedades aprobada por Cristóbal Montoro en 2014, durante la primera legislatura de Mariano Rajoy. El ministro de Hacienda impuso la tributación de los dividendos para cualquier pequeño inversor, que anteriormente no tenía que abonar impuestos por los 1.500 euros obtenidos. Pero mantuvo esa exoneración para las sociedades 'holding' siempre que sus accionistas tuvieran más del 5% del capital.

La posterior revisión del impuesto de sociedades aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en diciembre de 2020 sí retocó alguno de los aspectos de la normativa de Montoro. Pero la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, mantuvo esta exención para las empresas tenedoras de acciones que las hubieran comprado antes de 2021. Lo cual pone de manifiesto que PP y PSOE coinciden en algunas normas fiscales más de lo que políticamente teatralizan.

Los Jiménez Blázquez crearon su sociedad en 1981 y la vendieron el pasado año tras haber creado una red de 1.000 restaurantes bajo la marca Burger King, la mitad en propiedad y el otro 50%, gestionado en régimen de franquicia. La familia es dueña también de una comercializadora de patatas de Mercamadrid y cuenta con patrimonio inmobiliario en Madrid, Murcia y Sevilla.