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El turismo español cae en el pesimismo a las puertas de un verano casi de récord
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Preocupación a medio plazo

El turismo español cae en el pesimismo a las puertas de un verano casi de récord

La amenaza de recesión mantiene en vilo a un sector que comenzaba a remontar el vuelo tras el 'shock' del covid y que teme ahora que la recuperación tenga las horas contadas

Foto: Complejos hoteleros frente a la playa de Anfi del Mar, en Gran Canaria.
Complejos hoteleros frente a la playa de Anfi del Mar, en Gran Canaria.
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"No nos han dejado saborear una recuperación que ya está aquí", señala Rafael Bonardell, analista de Banco Sabadell, cuando se le pregunta por la situación del sector turístico español en bolsa. Frente al optimismo que se desprende de los datos más recientes de la industria, los mercados financieros arrojan una imagen mucho más lúgubre del negocio.

Al cierre del primer semestre de 2022, la cotización de IAG, el 'hólding' aéreo que agrupa a British Airway, Iberia y Vueling, entre otras aerolíneas, acumulaba pérdidas superiores al 26% que la arrastraban a niveles similares a los que mostraba a inicios de noviembre de 2020, cuando aún no existía visibilidad alguna sobre el surgimiento de vacunas efectivas contra la pandemia del coronavirus. Una estampa similar muestran las acciones de Aena, Amadeus, Meliá o NH y no le ha ido mejor a otros grandes grupos del turismo europeo, como Ryanair o TUI, que también suman caídas superiores al 26% en el año.

Estos datos contrastan de forma marcada con la sensación presente de que, tras las dificultades a las que abocó el covid al negocio turístico, la industria encara al fin una recuperación casi completa. Así lo daba a entender, sin ir más lejos, el consejero delegado de la hotelera NH, Ramón Aragonés, al adelantar esta misma semana que el grupo ha superado en el segundo trimestre las cifras de negocio previas a la pandemia. Otras empresas del sector, grandes o pequeñas, también sugieren que los niveles de actividad recuerdan ya a los que eran comunes antes de la irrupción del virus.

Foto: La inflación lastra el poder de compra. (EFE/David Arquimbau Sintes)

En una nota reciente, Javier Ibáñez de Aldecoa Fuster, economista de CaixaBank Research, se hacía eco de una serie de datos que refrendan la buena marcha de la actividad turística en España, como la recuperación de los vuelos operados en el país, que a mediados de mayo se situaban ya tan solo un 7% por debajo de los niveles precovid. "También los indicadores adelantados, como son el volumen de reservas o los indicadores de interés (búsquedas en internet), anticipan una clara dinámica de mejora de cara a la temporada de verano. Concretamente, las búsquedas en Google sobre viajes a España desde los mercados emisores de Europa occidental se sitúan más de un 20% por encima de sus niveles habituales prepandemia, e incluso las búsquedas desde EEUU se situaron dentro de su rango habitual por primera vez desde que se iniciase la pandemia", señalaba en su artículo el experto.

Partiendo del cúmulo de datos e indicios, CaixaBank Research estima que el PIB turístico de España se situará en 2022 en torno al 96% de los niveles de 2019 (hace apenas un mes, estimaba un 88%), año récord del turismo español, lo que supondría una mejora del 50% frente al ejercicio anterior. "Con ello, la actividad del sector turístico no recuperaría los niveles prepandemia este año, pero se situaría en un nivel similar al de 2017, año en el que el sector obtuvo unos resultados muy positivos", apuntan.

En la misma línea, Alberto Gimeno, profesor de la escuela de negocios, planteaba en un informe reciente que el sector turístico podría alcanzar hasta el 91,4% de la facturación de 2019, con la llegada de 84 millones de turistas. "Eso quiere decir que, especialmente en algunos destinos de nuestro territorio, habrá ocupaciones equivalentes o por encima de las que se registraron en 2019", señala Gimeno en un estudio que lleva el elocuente título de 'Turismo en España: los retos de un sector que ha sabido vencer'.

Las estimaciones apuntan a que en 2022 se alcance el 90% de la facturación precovid

Un rápido incremento de los vuelos hacia España (Aena mejoró recientemente sus expectativas de tráfico para 2022), reservas que alcanzan ya en este verano en algunos puntos del país niveles récord, tasas de ocupación hotelera y extrahotelera que bordean el lleno absoluto, mayores niveles de gasto por visitante… Son muchos los factores que apuntalan esa sensación de victoria.

Y, sin embargo, del discurso del sector también se trasluce una creciente preocupación por lo que pudiera suceder a partir del verano, si las presiones inflacionarias siguen erosionando la situación financiera de las familias y la desaceleración económica acaba tornando en recesión. Que la tasa de ahorro de los españoles haya entrado ya en terreno negativo por primera vez en tres años es uno de esos indicadores que invitan a pensar que el 'boom' del gasto en viajes puede tener los días contados.

"De cara a los meses posteriores al verano, esperamos una moderación de la demanda turística, al igual que vimos en 2021 con el turismo doméstico. La demanda embalsada de verano debería de agotar su empuje tras la temporada vacacional y la demanda turística volverá a obedecer dinámicas más ligadas a indicadores macroeconómicos. En este contexto de pérdida de poder adquisitivo (inflación sin crecimiento elevado), es posible que volvamos a observar niveles de actividad turística por debajo de los de 2019 (este fue un año extraordinariamente positivo)", comenta Ibáñez de Aldecoa.

Confianza cauta

"La situación que encaramos es bastante buena, impulsada tanto por los viajes domésticos como los internacionales. Pero nos preocupa esa incertidumbre que se está creando por ese doble factor de inflación y debilidad económica, que puede acabar afectando a la demanda", explica Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV).

Garrido explica que en el negocio de las agencias de viajes apenas se ha percibido ningún freno en la demanda por el deterioro de la situación económica, porque, en gran medida, sus ventas están cerradas desde un año antes, por lo que sus clientes no han notado el incremento de los precios. "Pero preocupa que esta situación se acabe rompiendo a partir del verano", insiste.

Que los peores augurios apunten hacia finales de año resulta especialmente preocupante para el sector en Canarias, que enfrenta a partir de ese periodo su temporada fuerte. Con todo, de momento, desde el sector se mantiene una confianza prudente. "Otoño coincide con nuestra temporada alta, que es clave para nuestro desarrollo de negocio. En el caso de Anfi, las reservas a partir de otoño confiamos en que se mantengan. Esos meses tenemos una ventaja sobre el resto de Europa y es una climatología única que es imbatible", indican desde el Grupo Anfi, que cuenta con unas 1.000 habitaciones, repartidas en cinco complejos localizados en Mogán, en la isla de Gran Canaria. En la firma confían, además, en que su modelo de negocio, que opera bajo la modalidad del tiempo compartido, suponga una protección adicional, ya que "este es un segmento que siempre se ha caracterizado por el alto nivel de fidelidad de los clientes".

La cotización de las empresas turísticas ha caído a mínimos desde 2020

En cualquier caso, son esas inquietudes a medio y largo plazo, a las que se han sumado en las últimas semanas la preocupación por las huelgas en aerolíneas y el caos en algunos aeropuertos europeos, las que justifican los recelos del mercado sobre las perspectivas del sector. En sendos informes recientes, los analistas de Goldman Sachs anunciaban un recorte de sus estimaciones sobre IAG y Aena, citando el impacto que la elevada inflación tendrá en la evolución de sus cifras. "En 2022, aumentamos el EBITDA en un 3%, gracias a un tráfico más fuerte (ahora esperamos un 88% de los pasajeros de 2019 en 2022, frente al 83% anterior; mayo ya al 90%) gasto mayor al esperado en retail. Más allá de eso, las estimaciones de EBITDA para el periodo 2023-2025 disminuyen un 8% en promedio", al considerar el impacto de la inflación, señalaban sobre Aena los expertos del banco estadounidense.

Precisamente, IAG y Aena parecen las dos compañías del sector más sensibles al deterioro de las condiciones económicas, lo que ya les ha valido en los últimos tres meses recortes medios del ebitda estimado para 2023 por encima del 6 y el 5%, respectivamente. Y, aunque de forma menos pronunciada, Amadeus y Meliá también han experimentado rebajas en sus expectativas.

Bonardell admite que la situación económica actual presenta evidentes riesgos para la recuperación del sector, pero cree que, en líneas generales, el mercado está exagerando al poner en precio esta amenaza. Pone como ejemplo el caso de IAG, cuyos precios actuales se sitúan incluso por debajo de los que llegó a marcar en marzo de 2020, tras el primer azote del coronavirus, que congeló casi totalmente los viajes. "Pareciera que los inversores estuvieran descontando un frenazo de la actividad como entonces y no creo que estemos ante ese escenario", comenta el analista de Sabadell.

Foto: Imagen de archivo de un avión de easyJet. (EFE)

El problema para muchas firmas del sector es que en los casi dos años y medio transcurridos desde que el coronavirus puso patas arriba sus negocios, son muchas las heridas que se han ido acumulando y que las dejan en una situación más endeble para afrontar un nuevo empeoramiento de la situación. Esto ha sido especialmente notorio en el caso de Meliá, que el pasado mayo encajó con caídas contundentes en bolsa unos resultados trimestrales que evidenciaban que los principales lastres de la pandemia habían quedado ya atrás, pero que sus huellas, en forma de un balance muy presionado por el exceso de la deuda, se mantienen como una pesada carga que limita su margen para enfrentar turbulencias adicionales. Si esto puede ser preocupante para los grandes grupos, la capacidad de resistencia de algunas empresas pequeñas del sector puede encontrarse aún más al límite.

Con todo, tras los pesares experimentados en los últimos años, en el sector predominan las ganas de disfrutar de un verano que, en muchos sentidos, puede ser de récord. Sin embargo, cuando apenas ha empezado a asomar el Sol algunos ya empiezan a señalar las sombras que asoman ya en el horizonte.

"No nos han dejado saborear una recuperación que ya está aquí", señala Rafael Bonardell, analista de Banco Sabadell, cuando se le pregunta por la situación del sector turístico español en bolsa. Frente al optimismo que se desprende de los datos más recientes de la industria, los mercados financieros arrojan una imagen mucho más lúgubre del negocio.

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