La alemana Siemens aleja la posibilidad de una desinversión en Gamesa

La posible desinversión de su matriz Siemens Energy en Siemens Gamesa es recurrente durante los últimos años, pero ha cobrado fuerza en los últimos meses, ya que la compañía española se desploma en torno a un 40% durante este 2022 y es la que peor se comporta durante este ejercicio en todo el Ibex 35. Así, cada vez más directivos de la empresa alemana tienen que salir a la palestra para alejar esta posibilidad y reducir algo la incertidumbre reinante.

El último ha sido el presidente y consejero delegado de Siemens Energy, Christian Bruch, que ha señalado que no están considerando vender Siemens Gamesa como parte de una revisión estratégica. "Para mí, esta no es una opción que estemos buscando activamente en este momento", ha señalado en un encuentro con periodistas.

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Europa Press

Siemens Energy ostenta un 67,071% del capital de Siemens Gamesa, y el mercado siempre ha barajado la posibilidad de una desinversión o, por el contrario, de una oferta de compra por el porcentaje de acciones que no está en su poder. Su participación, significativa, está valorada en 5.815 millones de euros. Lejos de los 9.625 millones en los que arrancó 2022 o de los 15.117 millones a finales de 2020.

Malos resultados

Recientemente, Siemens Gamesa presentó resultados. La compañía especializada en energía eólica disparó sus pérdidas hasta los 780 millones de euros en el primer semestre de su ejercicio fiscal 2022, frente a los números rojos de 54 millones de euros del mismo periodo de hace un año. Lo hizo impactada por la volatilidad del contexto actual y por los problemas en el lanzamiento de su plataforma 5.X. Además, ha anunciado el lanzamiento de un nuevo plan a largo plazo para "desarrollar todo su potencial".

El grupo destacó que la producción y la rentabilidad se siguieron viendo afectadas en este periodo por una mayor presión de los costes energéticos, de materias primas y logísticos, por la indisponibilidad de componentes clave de los aerogeneradores, por congestiones portuarias, y por retrasos en decisiones de inversión de nuestros clientes que están también afectando temporalmente a la actividad comercial en el mercado 'onshore' (eólica terrestre).