El consejero delegado de Ibercaja prolonga su mandato tras el cambio de presidente

Movimiento de fichas en la cúpula de Ibercaja Banco. Los cambios en la presidencia anunciados hace dos semanas también tienen implicaciones un escalón por debajo. El consejero delegado, Víctor Iglesias, seguirá en el primer cargo ejecutivo más de lo que había previsto inicialmente.

Cuando llegó a la cúpula del grupo aragonés, en enero de 2015, el CEO señaló que estaría en el cargo durante tres planes estratégicos. El primero fue de 2015 a 2017, el segundo de 2018 a 2020 y el tercero, en marcha, va de 2021 y 2023.

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Parecía lógico que Iglesias se convirtiera en presidente no ejecutivo una vez acabado el presente plan. Sin embargo, el consejo de la entidad aragonesa ha decidido nombrar un nuevo presidente, Francisco Serrano (55 años), que llegará al cargo en febrero, lo que hace poco probable un nuevo cambio en apenas dos años. Serrano tomará el relevo de José Luis Aguirre, que deja la presidencia no ejecutiva de Ibercaja por jubilación a los 75 años.

Este baile de cromos de Ibercaja no implica ningún cambio en el modelo de gobierno corporativo. Desde que dejó la presidencia Amado Franco en 2017, con destino al principal accionista, la Fundación Ibercaja, el banco ha tenido un esquema de gobernanza de presidencia no ejecutiva con los principales poderes en manos del consejero delegado. Este es el modelo que sigue también Bankinter y que lleva años pidiendo el Banco Central Europeo (BCE) en España.

Cantera 'maña'

Hasta su nombramiento como futuro presidente, Serrano era secretario general de la entidad. Este abogado del Estado en excedencia marca el ascenso de perfiles legales que llegan a la cúpula de entidades, como acaba de ocurrir con el consejero delegado de Inditex, Óscar García Maceiras.

Frente a este perfil jurídico, el de Iglesias es más financiero. Antes de ser CEO, este banquero lideró el área de Mercado de Capitales, la de Riesgos y Negocio. Entre los directivos de su confianza, y posibles sucesores, destaca el director financiero, Antonio Martínez, que lideró la integración de Caja 3 y posee experiencia en mercados y en la secretaría técnica.

La llegada del nuevo presidente mantiene una vieja tradición del grupo: que todos los presidentes y CEO/directores generales sean aragoneses y formados en la 'cantera'. Antes de Aguirre (2017-2022), los anteriores presidentes fueron Franco (2004-2017) y Manuel Pizarro (1995-2004).

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Todo apunta a que el tándem Serrano-Iglesias protagonizará la fotografía de la salida a bolsa de Ibercaja, prevista para este año. El grupo aragonés tiene obligación de que el peso de su principal accionista, la Fundación Ibercaja, con un 87,8% del capital, baje del 50% antes de final de 2022. Salvo que el Gobierno vuelva a ampliar el plazo, el banco tiene dos opciones: salir a bolsa o que la fundación reúna un fondo de reserva de 300 millones, como hicieron las antiguas cajas vascas. Para ello, Ibercaja Banco tendría que vender alguna filial, ya sea de seguros o gestora de fondos, y repartir un dividendo extraordinario.

La alternativa bursátil tiene la dificultad del momento, ya que todos los bancos españoles cotizan con descuento sobre valor en libros. Los aragoneses defienden que su comparable por modelo de negocio —banca comercial con filiales potentes de seguros y fondos— es CaixaBank, que está un 45% por debajo de su valor en libros. El otro posible 'espejo' para los inversores es Unicaja Banco, que cotiza con un descuento del 62%. Ibercaja se la juega a la hora de con quién le vea más semejanzas el mercado.