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Las discretas reuniones del avalista de Laporta y Florentino por el negocio eléctrico
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Las discretas reuniones del avalista de Laporta y Florentino por el negocio eléctrico

Romeu y Elias, dueños de Audax Renovables, quieren comprar plantas fotovoltaicas al presidente de ACS y del Real Madrid, al que pidieron sacarse fotos de recuerdo

Foto: Foto: EFE.
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Joan Laporta es el presidente oficial del Fútbol Club Barcelona desde que fue investido máximo representante de la institución deportiva el pasado 17 de marzo. Es quien da la cara, baja al vestuario, firma las renovaciones de los jugadores estrella o busca sustitutos para Ronald Koeman. Pero en realidad, quien tutela el universo culé no es el abogado catalán, sino Eduard Romeu, el vicepresidente económico. Romeu ascendió al cargo con los dineros de José Elias, presidente y principal accionista de Audax Renovables, pero sus contactos recientes con Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, van más allá de los que podrían mantener dos altos directivos de dos grandes clubes de fútbol españoles. Ambos han mantenido discretas reuniones para hablar de los negocios renovables de ACS, la empresa que preside Pérez.

Elías, un hombre más amante de los coches de lujo que del balón, fue quien puso los fondos que Laporta y su junta no tenían para avalar las cuentas del club en la madrugada del 17 de marzo. Y Romeu es su hombre fuerte en la directiva. Pero Laporta ve con recelo el protagonismo que el directivo de la empresa de energías verdes ha ido cogiendo con numerosas entrevistas. Con el logo de su compañía bien visible, ha estado explicando las quebradas cuentas del Barça a periodistas deportivos más interesados en si podrá fichar a Erling Haaland al Borussia Dortmund el próximo verano, que en ebitdas, amortizaciones o ratios de deuda.

Una de esas entrevistas fue el pasado 17 de septiembre en la COPE, donde Romeu, tras repasar la actualidad azulgrana, elogió sin reparos a Florentino Pérez. El vicepresidente dijo que el club blanco podía asumir de golpe los fichajes de Haaland y de francés Mbappé —más de 300 millones entre los dos— porque "es un gran club y tiene una fortaleza muy grande". Y por si no había echado suficiente perfume al presidente blanco añadió que había "hecho una gestión que es para sacarse el sombrero. A nivel empresarial, nadie va a descubrirle". Se refería el directivo blaugrana a que el Madrid había cerrado los dos cursos afectados por el covid-19 sin pérdidas, frente a los números rojos de 584 millones del Barça, en situación de quiebra técnica.

Foto: El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. (EFE)

Esas alabanzas sentaron muy mal en el universo barcelonista, por mucho que Laporta y Florentino estén, a día de hoy, en el mismo barco de la Superliga y en el bombardero contra Javier Tebas, presidente de LaLiga. En una industria emocional como el fútbol, una cosa es respetar al rival y otra elevarlo a los altares por más que el rival tenga un balance inmaculado. Especialmente mal porque el propio Romeu mostraba ufanamente a amigos y colegas una foto que se había hecho con el factótum del Real Madrid unos meses antes, cuando fue a la sede de ACS, la constructora de Florentino, a hablar de negocios.

La reunión tuvo lugar el 3 de junio, según fuentes conocedoras de la misma. Romeu, acompañado de Elias, se presentaron en el despacho del ingeniero de Caminos, para interesarse por la compra de unos activos de energías renovables que ACS tenía en venta desde hacía casi un año. El vicepresidente del Barça y su jefe de Audax, que no conocían a Florentino hasta ese momento, tuvieron una charla muy amistosa en la que el presidente del Real Madrid pudo radiografiar a los que de verdad sostenían a Laporta en la presidencia.

Los despachó con educación, diciéndoles que para eso de las plantas fotovoltaicas hablaran con Société Générale, el banco asesor dirigido por su buen amigo y también madridista Donato González, dejándose fotografiar como si se tratase de un futbolista de élite al que dos niños le piden un selfi a la salida del estadio. Quedaron en volver a hablar, algo que sucedió este pasado miércoles, 20 de octubre, durante una reunión a media mañana celebrada, de nuevo, en la sede de ACS.

Los dos principales ejecutivos de Audax y avalistas de Laporta acudieron a la sede de ACS para ver a Florentino y proponerle una compra

Pérez se cobró muy bien esas fotos cuando buscó el apoyo de Romeu y Elias para que Laporta echase marcha atrás en el acuerdo de Tebas con CVC Capital Partners por 2.700 millones de euros y mantuviera su compromiso de apoyar a la fallida Superliga. Romeu, junto con el consejero delegado Ferrán Reverter, le dijeron al abogado que si firmaba la alianza con LaLiga le retiraban el aval con el que había sido investido presidente debido a los bolsillos vacíos de su junta directiva. Es decir, tendría que dimitir antes incluso de empezar la temporada 2021-2022. Laporta, sin margen de maniobra, acató las órdenes por más que supiera que sin el dinero de CVC no podía renovar a Messi, la promesa incumplida con la que ganó las elecciones de enero a Victor Font. Sacrificó al mejor jugador de toda la historia del club y uno de los mejores de todos los tiempos.

Lo mismo tuvo que hacer en la víspera del partido que el Barça jugó hace dos semanas en el Wanda Metroplitano ante el Atlético de Madrid. Tras vociferar que Koeman sería despedido pasara lo que pasara tras la humillación en la Champions contra el Benfica, el día de autos cambió de opinión y dijo que continuaría "pasara lo que pasara". La explicación es que Romeu se negó a que Laporta gastase 12 millones de euros de las maltrechas arcas del club en finiquitar al técnico holandés y su 'staff', lo que demostró de nuevo que quien manda en el Barça es el que tiene la llave de la caja.

Reina la desconfianza entre el presidente y su avalista por el protagonismo de Romeu y su negativa a gastar en despedir a Koeman

Pero Laporta tiene un as en la manga. Como publicó El Confidencial el pasado martes, el presidente azulgrana ha pedido al Gobierno que elimine precisamente la obligación de presentar garantías personales por el 15% del presupuesto a las juntas directivas de los equipos que no son sociedades anónimas deportivas. Una norma creada hace casi 25 años y que se ha quedado desfasada por los importes que deben depositar —hasta 150 millones— a título personal.

La maniobra del presidente culé, confirmada ayer por el dirigente en la renovación de Ansu Fati, persigue, además de proteger el ático de 400 metros que tiene en la Avenida Diagonal y que puso en prenda, quitarse las ataduras que ahora le imponen Romeu y Elias, de los que prescindiría si pudiera, como con Koeman, tal y como va contando en los cenáculos de la ciudad condal. Piensa que los chicos de Audax quieren utilizar la 'Llotja' del Barça como Florentino el palco del Bernabéu. Si en Moncloa le hacen caso, ya no los necesitará y podrá abrazarse de nuevo a Tebas y a CVC, que le solucionarían de un plumazo sus problemas económicos.

El domingo juegan el Barça contra el Real Madrid. Después del encuentro, si los blancos derrotan o incluso abusan de los azulgrana, como hizo el Bayern, el Atleti o el Benfica, empezará otro partido en el palco del Camp Nou. Laporta, un fanático de sus colores, lleva mal lo de perder tantas veces.

Joan Laporta es el presidente oficial del Fútbol Club Barcelona desde que fue investido máximo representante de la institución deportiva el pasado 17 de marzo. Es quien da la cara, baja al vestuario, firma las renovaciones de los jugadores estrella o busca sustitutos para Ronald Koeman. Pero en realidad, quien tutela el universo culé no es el abogado catalán, sino Eduard Romeu, el vicepresidente económico. Romeu ascendió al cargo con los dineros de José Elias, presidente y principal accionista de Audax Renovables, pero sus contactos recientes con Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, van más allá de los que podrían mantener dos altos directivos de dos grandes clubes de fútbol españoles. Ambos han mantenido discretas reuniones para hablar de los negocios renovables de ACS, la empresa que preside Pérez.

Joan Laporta Florentino Pérez Javier Tebas
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