Inditex negocia con su casero Unibail una bajada del 20% del alquiler de sus establecimientos

El Corte Inglés comunicó el pasado sábado a los sindicatos que necesita recortar plantilla en unas 3.000 personas para hacer frente a la grave crisis del sector 'retail'. Pero la gran compañía española de centros comerciales no es la única que está sufriendo los efectos de la pandemia y de la crisis económica: Inditex también necesita rebajar sus costes de forma urgente. Según han indicado fuentes próximas a las conversaciones, el grupo gallego ultima un pacto con el Unibail-Rodamco para abaratar hasta un 20% el precio del alquiler de las tiendas que tiene en los centros comerciales de este gigante inmobiliario.

Según estas fuentes, Inditex está a punto de alcanzar un acuerdo con la multinacional francesa, la más grande de Europa por metros cuadrados arrendados a terceros para uso comercial, una rebaja del contrato de alquiler de las más de 40 tiendas que tiene en los ocho centros comerciales que Unibail posee actualmente en España. Las marcas de la multinacional propiedad de Amancio Ortega, entre las que se encuentran Zara, Massimo Dutti y Oysho, están presentes en siete de ellos.

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El grupo galo llegó a tener hasta 12 'malls', como se conoce en el argot comercial a estos edificios multimarca y de ocio, en España. Pero en 2019 vendió cuatro de ellos, ubicados en Cádiz, Sevilla, Badajoz y Valladolid, por cerca de 500 millones de euros. Los ingresos anuales por las rentas de sus activos en nuestro país rondan los 140 millones, mientras que sus gastos de explotación se aproximan a los 45 millones.

Otras fuentes señalan que la negociación abarca el resto de los 13 países donde la inmobiliaria francesa tiene activos repartidos por el mundo, como Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Alemania, Dinamarca o Bélgica, en los que Inditex también tiene puntos de venta en centros propiedad de Unibail. Desde el entorno de Inditex, que ha declinado hacer ningún comentario oficial, se indica que la voluntad es llegar a un pacto consensuado con Unibail, con quien mantiene unas relaciones fluidas.

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Inditex, que gasta unos 2.500 millones en alquiler por ejercicio, ganó 671 millones de euros en los nueve primeros meses de su año fiscal (de febrero a octubre), el 75,3% menos que un año antes. La compañía consiguió en el tercer trimestre abandonar los números rojos registrados en el primer semestre por el covid gracias a la recuperación del negocio físico y la fortaleza del canal 'online'. Las ventas bajaron el 28,9%, hasta 14.085 millones, lo que refleja que solo entre agosto y octubre, el mayor grupo textil del mundo logró un beneficio neto de 866 millones, un 26% menos, y facturó 6.052 millones, un 14% menos.

Los pequeños, la otra cara

La postura de Unibail Rodamco con Inditex contrasta con la que ha tenido con otros inquilinos de menos peso. Algunos lo han llevado a los tribunales al ser ejecutados por no poder hacer frente a las cuotas mensuales. Un impago derivado del desplome de las ventas por el cierre forzoso de los centros comerciales. Un juzgado de San Sebastián (Guipúzcoa) y otro de Leganés (Madrid) han fallado que la multinacional francesa no puede ejecutar los avales a dos establecimientos, inquilinos suyos, con los que está enfrentado por la exigencia de estos de modificar la renta para adaptarla a la nueva realidad que ha traído consigo el covid-19.

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Los dos autos estiman tanto la medida cautelar solicitada por los comercios de no ejecutar los avales como no incluirles en el fichero de morosos de Asnef, y siguen la senda iniciada en agosto, cuando la PAC, a la que representa el bufete Fieldfisher Jausas, logró su primer triunfo en los tribunales al aceptar estas mismas cautelares en la disputa que otro miembro de la plataforma tiene abierta, en este caso, contra Klépierre.

Los comerciantes (tanto tiendas de moda como firmas de restauración) que están enfrentados con los grandes propietarios de centros comerciantes reclaman que se adapten las rentas a la nueva realidad, con desplomes de ventas que cifran entre el 50% y el 80%, caídas a las que, defienden, deberían ajustarse los nuevos contratos de alquiler.