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El fallido pelotazo de Majadahonda e Iberdrola que tiene atrapadas a 300 familias
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El drama de los vecinos de Roza Martín

El fallido pelotazo de Majadahonda e Iberdrola que tiene atrapadas a 300 familias

Hace 12 años, Majadahonda e Iberdrola anunciaron un convenio para enterrar una subestación y recalificar los terrenos. Nunca se hizo y cientos de familias viven hoy entre cables de alta tensión

Foto: Subestación de Saltos del Sil junto a las viviendas de Roza Martín.
Subestación de Saltos del Sil junto a las viviendas de Roza Martín.
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Corría el año 2008 cuando Narciso de Foxá, por aquel entonces alcalde de Majadahonda, anunció la firma de un convenio con Iberdrola para soterrar 40 kilómetros de líneas de alta tensión y la subestación eléctrica Saltos del Sil, una obra que se presupuestó en 65 millones de euros y que, doce años después, ni siquiera se ha iniciado.

Lo que sí se ha construido en este tiempo son cientos de viviendas unifamiliares justo al lado de esta megainstalación eléctrica, hogares que los actuales propietarios adquirieron sobre la base del publicitado acuerdo entre el consistorio y la eléctrica, obra que nunca se ha llegado a ejecutar.

Foto: Promoción de Estudio Lamela para Aedas proyectada en la parcela RN-1.

Las crónicas de la época remiten a Manuel Paredes, director del Plan Madrid de Iberdrola, como contraparte del anuncio de Foxá aquel mes de octubre de 2008 en el que se prometió compactar y enterrar la subestación.

Ya entonces también se explicó que la eléctrica, que no está obligada a modificar la instalación, iba a sufragar estos trabajos y, a cambio, se le iba a compensar permitiéndosele edificar en los terrenos que iba a dejar vacíos la subestación: casi 60.000 metros cuadrados, de los más de 90.000 metros cuadrados que ocupa actualmente la infraestructura, iban a pasar a ser urbanizables en una de las zonas más cotizadas de Madrid, donde el precio medio por metro cuadrado ronda los 3.000 euros.

Foto: Proyecto de Ibosa sobre el terreno adquirido a Iberdrola.

Pero la triste realidad es que sobre esos terrenos sigue habiendo una instalación eléctrica de los años 50 y que 300 familias viven atrapadas entre cables de alta tensión y con el miedo de no saber qué impacto pueda llegar a tener la subestación sobre su salud.

"Por trabajo, tuve que irme a vivir fuera de España y puse en alquiler mi casa. Una persona interesada en alquilarla pidió antes hacer un estudio y, aunque todo estaba dentro de los límites permitidos, me dijo que eran niveles muy altos", señala uno de los vecinos afectados, que critica el abandono por parte del consistorio, al que llevan un año pidiendo información sin recibir respuesta.

Sobre esos terrenos sigue habiendo una instalación eléctrica de los años 50 y 300 familias viven atrapadas entre cables de alta tensión

El alcalde de Majadahonda desde junio de 2019, el popular José Luis Álvarez Ustarroz, ganó las elecciones con un programa electoral que incluía "el soterramiento de las redes de alta tensión y de los transformadores, así como el blindaje de las subestaciones eléctricas de nuestro municipio".

Una promesa que, en el caso concreto de Roza Martín, nombre con el que se conoce a la zona residencial levantada justo delante de la subestación de Saltos del Sil, exige llevar al pleno de la corporación la aprobación provisional de la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana, que incluya el soterramiento de las líneas de alta tensión a cambio de otorgar edificabilidad a la parcela de Iberdrola.

placeholder Chalet de Afar4 en Roza Martín.
Chalet de Afar4 en Roza Martín.

Esta modificación ha estado sobre la mesa desde aquel lejano 2008 y, sin embargo, nunca ha llegado a cristalizar, sin que ninguna de las partes aclare por qué nunca se cumplió lo anunciado, a pesar de que durante los casi siete años que siguieron al publicitado acuerdo, el Partido Popular de Foxá gobernó con mayoría absoluta, poder que perdió en las municipales de 2015, cuando siguió gobernando, pero en minoría.

La última vez que se llevó a pleno este trámite fue con el anterior equipo de Gobierno, todavía liderado por Foxá, en octubre de 2017, propuesta que recibió el voto en contra unánime de todos los partidos de la oposición. Y eso que las diferentes formaciones coincidieron en respaldar el compactado y soterramiento de la subestación. Ahí no estaba el problema.

Foto: Esperanza Aguirre con el actual alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá.

Las discrepancias tienen que ver con el coeficiente de edificabilidad que se le concedía a la eléctrica, ya que según dijo entonces IU, habría supuesto la llegada de 2.300 nuevos vecinos, para los cuales, Majadahonda carece de suficientes dotaciones públicas. Desde el PSOE se recriminó que el expediente abría la puerta a promover 540 nuevas viviendas.

Teniendo en cuenta que el hogar tipo de la zona son viviendas unifamiliares de más de 200 metros cuadrados, y que el precio medio ronda los 3.000 euros por metro cuadrado, podría estimarse un negocio de más de 300 millones de euros. "Un pelotazo urbanístico", lo definió entonces la socialista Mercedes López de Oca, "los coeficientes económicos no pueden responder a criterios económicos, sino urbanísticos", dijo la centrista Mercedes Pedreira.

Foto: A la izquierda, Ignacio López del Hierro (EFE)

El actual equipo de Gobierno, una coalición del PP con Vox, aspira a sacar adelante la modificación puntual del plan general que se necesita para poder enterrar la subestación. "Es algo que absolutamente vamos a hacer", asegura un portavoz de la alcaldía, que confía en poder cumplir esta promesa el próximo año.

Sin embargo, reconoce que antes se tiene que revisar con detalle el expediente, un cuidado siempre exigible pero que, en este caso, tiene el añadido de que Majadahonda es el corazón de la trama Gürtel, ya que fue el exconcejal de urbanismo del municipio, José Luis Peñas, el primero que denunció la trama de corrupción del PP; y acusó a Foxá y a Ricardo Romero de Tejada de tener organizada una trama de venta de suelos en el municipio.

placeholder El exalcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá. (EFE)
El exalcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá. (EFE)

Cansados de promesas vacías, los vecinos de Roza Martín han empezado a organizarse y están dispuestos a llevar a cabo todas las acciones a su alcance para que el ayuntamiento cumpla con su obligación, exigencia que, aseguran, se basa en, sencillamente, hacer cumplir la ley.

Según un decreto de 1997, cuya última modificación es de 2002 y que fija los requisitos que han de cumplir las actuaciones urbanísticas en relación con las infraestructuras eléctricas, "se contemplará que las líneas eléctricas aéreas de alta y baja tensión preexistentes dentro del perímetro de toda nueva actuación urbanística y en sus inmediaciones se pasen a subterráneas o se modifique su trazado, siempre que la modificación pueda hacerse a través de un pasillo eléctrico".

Foto: Golpe mortal del Constitucional al megaproyecto inmobiliario de Iberdrola en Murcia

Según los vecinos afectados por la subestación Saltos del Sil, el Plan General de Ordenación Urbana de Majadahonda recoge ya un pasillo eléctrico que sacaba las líneas de encima de sus casas. Algunos de ellos, incluso, aseguran que antes de adquirir sus viviendas, hace ya cuatro y cinco años, acudieron al consistorio para informarse del futuro de la megainstalación energética y se les aseguró que iban a compactarla y soterrar todo.

No es la única promesa incumplida. En Roza Martín también están proyectadas justo enfrente de la central otras instalaciones, como equipamiento escolar y deportivo, que siguen esperando a que, algún día, el Ayuntamiento de Majadahonda cumpla lo que públicamente anunció hace ya doce años.

Corría el año 2008 cuando Narciso de Foxá, por aquel entonces alcalde de Majadahonda, anunció la firma de un convenio con Iberdrola para soterrar 40 kilómetros de líneas de alta tensión y la subestación eléctrica Saltos del Sil, una obra que se presupuestó en 65 millones de euros y que, doce años después, ni siquiera se ha iniciado.

Ignacio Sánchez Galán Izquierda Unida Hogares
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