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Agbar se juega su futuro en una guerra de altos vuelos entre Suez y Veolia en Francia
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La decisión, hasta el 30 de septiembre

Agbar se juega su futuro en una guerra de altos vuelos entre Suez y Veolia en Francia

La batalla empresarial que se está viviendo por el control de las infraestructuras de agua y la gestión de residuos en Francia está a punto de resolverse y determinará el futuro de Aguas de Barcelona

Foto: Protestas de trabajadores en la puerta de Engie por la posible venta de Suez a Veolia. (Reuters)
Protestas de trabajadores en la puerta de Engie por la posible venta de Suez a Veolia. (Reuters)
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La guerra empresarial que están viviendo el actual equipo directivo de Suez contra Veolia abre un mar de interrogantes para el futuro de Agbar, la empresa de gestión del agua de Barcelona propiedad de la multinacional francesa.

A principios de mes, Veolia planteó una oferta de compra del 29% que posee Engie en Suez. La potencial adquisición sobre el principal accionista de la compañía, que a su vez está controlado por el Estado francés, sería solo el primer paso de Veolia, que lanzaría posteriormente una opa sobre el resto de la compañía y pasaría a convertirse en el líder absoluto de las infraestructuras de agua y gestión de residuos de Francia.

Esta operación arrancó ya crispada, dado el histórico enfrentamiento entre los dos líderes galos de medioambiente. Los actuales directivos de Suez consideraron la compra como una operación hostil y criticaron el bajo precio de 15,50 euros por acción. Además, la posible absorción ha entrado en un plano de elevada sensibilidad política. Los gestores de Suez, reacios a la compra de Veolia, han señalado que como toda fusión tendrá un alto coste en puestos de trabajo por las duplicidades que se generen. Sin embargo, desde Veolia aseguran que están dispuestos a firmar garantías también en lo respectivo al empleo.

placeholder Empleados de Suez protestan en la sede de Engie en el distrito financiero de La Defense en París. (Reuters)
Empleados de Suez protestan en la sede de Engie en el distrito financiero de La Defense en París. (Reuters)

Tras conocerse la intención de compra, la directiva de Suez trató de convencer a los fondos Antin y Ardian para que lanzaran una contraopa que sacara a Veolia de la ecuación. Sin embargo, esa posibilidad cada vez tiene menos visos de prosperar. Por ello, en las últimas horas se ha pergeñado un movimiento mucho más agresivo. Este ha consistido en meter la filial de Agua de Francia que tiene Suez en una fundación con sede en Holanda que la declara indivisible de Suez por cuatro años y que bloquearía la venta. Esto es así porque si Veolia compra Suez pasaría a tener casi el 100% de las infraestructuras de agua en Francia y por cuestiones de monopolio estaría obligada a vender. Para ello ya contaba con el fondo Meridiam, que compraría esa parte. Pero la argucia de declarar Agua de Francia como indivisible de Suez supondría el fin de las aspiraciones de Veolia.

Esta maniobra ha sido vista como un golpe bajo por saltarse algunas reglas de 'governance' pero con la que los mandatarios de Suez han logrado más capacidad de negociación que hasta el momento, donde todo pasaba por la voluntad de Engie. Se ve como un golpe bajo por la falta de consulta a todos los accionistas. Solo los italianos de Caltagirone (3,5% del capital de Suez) o Criteria Caixa (dueña del 6%) habrían aprobado este movimiento, aunque desde el grupo catalán han declinado hacer comentarios y mantienen silencio sobre sus preferencias hasta que el proceso se sustancie.

placeholder Antoine Frerot, CEO de Veolia Environnement. (Reuters)
Antoine Frerot, CEO de Veolia Environnement. (Reuters)

Hasta ahora el órdago les ha salido bien porque Veolia sigue interesada en la compra y prevé mejorar el precio, que los analistas especulan que se elevará hasta los 17 o 18 euros al final. Una mejora de la que está pendiente el consejo de administración de Engie. Ahora está por ver qué decide el primer accionista de Suez, que tiene de plazo hasta el próximo miércoles 30 de septiembre. Las espadas están en todo lo alto y la clave está en el precio, en las garantías que ofrezca Veolia para Suez en materia laboral, el perímetro que va a mantener de actividad y las desinversiones a las que sea obligada. Para tratar de llegar a un acuerdo satisfactorio, el Gobierno de Emmanuel Macron ha entrado en juego y pretende reunir a las partes implicadas (Engie, Suez y Veolia) de cara a rebajar la hostilidad.

¿Qué pasará con Agbar?

En el perímetro es donde entra en juego el futuro de Agbar. Hasta ahora, Suez había insinuado la venta de esta firma, que posee importantes activos en Latinoamérica, por cerca de 3.000 millones, aunque las cantidades pueden variar en función del contexto económico actual. Esto había puesto en órbita a la industria financiera en España. Asesores legales, bancos de inversión, consultoras y fondos habían empezado a moverse para tratar de estar presentes en esta desinversión, una de las más esperadas en 2020.

Foto: Logo de la compañia francesa Suez. (Reuters)

Pero la opa de Veolia lo ha parado todo. Fuentes del sector consideran que para Veolia, que estará obligada a vender el negocio de agua en Francia si prospera su opa sobre Suez, Agbar podría ser una buena plataforma de crecimiento tanto en España como en Chile, donde Agbar posee Aguas Andinas, un activo muy bien considerado. Además, a diferencia de Suez, la presencia de Veolia en España es muy limitada y circunscrita al negocio de residuos, lo que le permitiría mantener este negocio y poder crecer. No obstante, también hay quien cree que el elevado endeudamiento de la empresa que va a comprar le lleve a optar por la venta, al igual que planteó Suez, aunque se considera que si esta fuera la opción se pospondría más allá de 2021.

Otra cuestión a tener en cuenta es qué ocurre si finalmente Veolia lanza la opa sobre Suez, durante ese periodo. A diferencia de lo que sucede en España, en Francia no existe el llamado "deber de pasividad" cuando se anuncia una opa. Esto significa que los actuales gestores de Suez podrían seguir con sus planes de desinversión hasta que se acabe de ejecutar la adquisición. Y hasta ahora habían desinvertido por 2.000 millones de euros y pretendían llegar hasta los 4.000 millones, según dictaba su último plan estratégico. Esta es una de las cuestiones que pueden ser materia de pacto antes de iniciarse la opa, con lo que será clave saber si Veolia prefiera parar los planes de Suez o por el contrario vería con buenos ojos mantener la desinversión.

La guerra empresarial que están viviendo el actual equipo directivo de Suez contra Veolia abre un mar de interrogantes para el futuro de Agbar, la empresa de gestión del agua de Barcelona propiedad de la multinacional francesa.

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