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Las nucleares se ponen al ralentí ante el alza de impuestos y el hundimiento de la luz
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Han subido la tasa enresa y otros tributos

Las nucleares se ponen al ralentí ante el alza de impuestos y el hundimiento de la luz

Fuentes del sector señalan que la contribución de las centrales podría reducirse a la mitad en el segundo trimestre por la contracción de márgenes que están sufriendo en la situación actual

Foto: Al fondo, la central nuclear de Cofrentes. (EFE)
Al fondo, la central nuclear de Cofrentes. (EFE)

Las centrales nucleares prefieren producir menos o directamente estar paradas ante la situación actual, en la que se ha producido un deterioro de su negocio. El incremento de impuestos que tienen que soportar desde el inicio de 2020, unido al desplome de los precios mayoristas que se pagan actualmente en el mercado eléctrico, está motivando continuadas bajadas de carga, cada vez de mayor duración, de las distintas plantas atómicas que operan en España.

Las centrales de Ascó II y Vandellós II, cuyo principal accionista es Endesa, han bajado carga un 5% durante los cuatro primeros meses del año. En el caso de Cofrentes, propiedad de Iberdrola, ha sido el 15%, y casi un 11% en el caso de Almaraz II, también controlada por la eléctrica vasca.

Esta situación se ha visto acentuada durante periodos de menor demanda como el puente de mayo o Semana Santa. "Todas las centrales nucleares bajaron su potencia hasta el mínimo técnicamente posible, incluso estando dos de ellas —Almaraz I y Ascó I— paradas por recarga. Trillo fue la única que no pudo bajar carga por motivos técnicos, al estar cerca su parada de recarga de combustible", explica una fuente del sector.

placeholder Central nuclear de Ascó I.
Central nuclear de Ascó I.

"Así, aunque la seguridad de suministro esté garantizada en todo momento, frente a ejercicios normales con entre una y cuatro o cinco bajadas de carga en el año de uno o dos días, en estos primeros meses del año, las centrales han realizado entre 10 y 15 bajadas de carga por periodos de más de una semana", apuntan las mismas fuentes.

Fuerte caída de precios

La situación está motivada fundamentalmente por dos factores, destacan desde el ámbito empresarial. En primer lugar, hay que tener en cuenta la fuerte caída de los precios en el mercado mayorista de la luz. El precio medio diario del mercado de la electricidad se ha venido reduciendo de forma sostenida en los últimos meses —hasta un 37% en el primer trimestre de 2020 frente al mismo periodo de 2019—, debido a la mayor producción renovable y al descenso del coste de producción de los ciclos combinados que fijan precio en un mercado marginalista debido al descenso del precio del gas, hasta 8,5 euros por MWh equivalente, y del coste de las emisiones, hasta los 16 euros por toneladas de CO2.

Foto: Una subestación eléctrica. (EFE)

En concreto, en abril, con una mayor producción solar e hidráulica y la reducción de demanda de los consumidores por el covid-19, el precio medio de la electricidad se situó en los 17,65 euros de media por MWh. Este precio es su nivel más bajo desde hace seis años y, además, es el segundo mes más barato desde julio de 2007, solo por detrás de los 17,12 €/MWh de febrero de 2014.

Por si esto fuera poco, se estima que la entrada masiva de fuentes de generación renovables a la red, en los próximos años, lleve aparejada una bajada de los precios de mercado de la electricidad, impactando aún más en el negocio de las nucleares.

Se quintuplican los impuestos desde 2008

El otro gran factor a tener en cuenta en el frenazo nuclear es el aumento de la carga impositiva. En 2020, se incrementó la tasa a Enresa, como parte del pacto entre empresas y Gobierno para fijar un calendario ordenado de cierre hasta 2035. Además, también se han visto golpeadas por la ecotasa impuesta por la Generalitat de Cataluña, donde se ubica la mitad del parque nuclear de toda España.

Foto: Fotografía de archivo de las torres de refrigeración de la central nuclear de Cofrentes. (EFE)

En suma, fuentes empresariales estiman que en este ejercicio se alcanzará un récord de tributación nuclear por encima de los 1.200 millones de euros. Según sus cálculos, la presión fiscal ha ido creciendo ininterrumpidamente desde 2008, cuando la producción atómica tenía una carga impositiva de 267 millones de euros. Esto supone que en algo más de una década se han multiplicado por cinco.

La contribución nuclear caerá a la mitad

Con este panorama, el sector estima que en el segundo trimestre la contribución de la nuclear al mix de generación eléctrico en España se sitúa en la mitad, pasando de entre el 20-22% del total a algo más del 10%. Este mes se va a producir otra circunstancia excepcional, y es que con la entrada en recarga (parada de producción para sustituir el uranio que utiliza de combustible) de Trillo, tres de las siete centrales coincidirán en el tiempo sin producir.

El escenario en que se está viendo inmerso el negocio nuclear ya está llevando a alguno de los operadores a solicitar la revisión de impuestos

La cuestión no es baladí y puede tener consecuencias importantes de cara al futuro. El escenario en el que se están viendo inmersas ya está llevando a alguno de los operadores a solicitar la revisión de impuestos, porque creen excesivo que el 65% de sus ingresos se vaya por esta vía y consideran que la operación en estas circunstancias es, si cabe, aún más inviable. Además, recuerdan que "en España, más de 28.000 personas trabajan de forma directa, indirecta e inducida en el sector nuclear. La aportación directa de este sector al PIB nacional anual es de más de 2.700 millones de euros".

Sin embargo, la papeleta es altamente difícil para el Ministerio para la Transición Ecológica, que se enfrenta a un nuevo agujero en las cuentas del sistema eléctrico este año próximo a los 1.000 millones. Pero la tensión por el negocio nuclear puede abrir uno de los frentes más controvertidos del mundo energético, que parecía cerrado: el cierre ordenado de las centrales. Iberdrola y Naturgy se situaron en la posición de cerrar las plantas cuanto antes, mientras que Endesa estaba en el polo opuesto y optaba por que continuaran el máximo de tiempo posible. Tras acordar el cierre con el departamento dirigido por Teresa Ribera, los ánimos no se han calmado en ninguna de las partes, que continúan abiertas a cambiar el plan firmado en pro de sus intereses.

Las centrales nucleares prefieren producir menos o directamente estar paradas ante la situación actual, en la que se ha producido un deterioro de su negocio. El incremento de impuestos que tienen que soportar desde el inicio de 2020, unido al desplome de los precios mayoristas que se pagan actualmente en el mercado eléctrico, está motivando continuadas bajadas de carga, cada vez de mayor duración, de las distintas plantas atómicas que operan en España.

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