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Endesa sale viva del jaque mate lanzado por Iberdrola y Naturgy en la guerra nuclear
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acuerdo para seguir produciendo hasta 2035

Endesa sale viva del jaque mate lanzado por Iberdrola y Naturgy en la guerra nuclear

La firma dirigida por José Bogas se jugaba una buena parte de su supervivencia como generador en España y aunque sufrirá una pérdida contable, sale airoso del órdago del cierre anticipado

Foto: Foto de archivo de reactores nuclares
Foto de archivo de reactores nuclares

Endesa ha logrado salir viva del jaque mate que hubiera supuesto para la eléctrica propiedad de la italiana Enel un cierre nuclear masivo a los 40 años de vida de las plantas, tal y como deseaba sobre todo Iberdrola y, en menor medida también, Naturgy. Edp se ha comportado en esta partida como convidado de piedra.

El último suspiro de alivio, y seguramente el más satisfactorio después de mucha pelea, lo exhaló este viernes, con la firma del acuerdo a tres bandas que supondrá la prolongación de la operación de la planta atómica de Almaraz hasta 2027, cuyo plazo vencía el próximo 31 de marzo bajo amenaza de una sanción.

En suma, las centrales nucleares en España se cerrarán a los 46 años de vida. Entre 2027 y 2035, según lo que han firmado. Todos aseguran estar satisfechos, aunque unos se muestran más contentos que otros. Endesa ha logrado elevar hasta un tope de 600 millones de euros las inversiones necesarias para continuar operando. En un principio, Iberdrola y Endesa querían limitar esto a 460 millones, lo que generó el conflicto por creerlo una trampa para decretar el cierre anticipado. Ahora la pelota está en el tejado del CSN. Un CSN nuevo y mucho más afín al PSOE tendrá que determinar las acciones necesarias en seguridad, que determinarán la inversión final.

Foto: Fotografía de archivo (22/08/05) de la central nuclear de Vandellós II. (EFE)

La guerra se reabriría si el límite inversor supera los 600 millones acordados. Endesa ha tenido que ceder a que se contemple una cláusula que pueda replantear la actividad ante un exceso de costes que lastre aún más la actividad, siempre bajo debate de su viabilidad. Sean inversiones pedidas por el CSN u otros hipotéticos costes como pudieran ser futuros impuestos. Otra pregunta es si este acuerdo es también un seguro ante posibles recortes de ingresos a los famosos 'windfall profits' que se le atribuyen al negocio nuclear, como tiene en mente el Gobierno para el futuro. En cualquier caso, todos asumen que un aumento de costes por encima de los 600 millones en Almaraz complicaría mucho la cuenta de resultados. Un punto muy a tener en cuenta en todo esto será el Plan General de Residuos Radiactivos, que debe conocerse en los próximos meses.

El gran punto de fricción que quedaba por atar eran los años que seguirán funcionando las nucleares. Esta es una clave. Endesa buscaba ampliar hasta 50 años y sus competidoras a 40. Finalmente, la propuesta de renovación de la autorización de explotación de Almaraz contempla que esta prolongación sea la "última y definitiva", según reza el documento.

Foto: El presidente de Iberdrola Ignacion Sánchez Galán. (Reuters)

Esto es para Iberdrola y Naturgy la prueba de fuego de que el parque nuclear tiene fecha definitiva de cierre. Algo que no comparte Endesa, que se empeñó en añadir que a esa renovación "última y definitiva" para Almaraz en 2028 sea "conforme a lo previsto en el protocolo". La eléctrica dirigida por José Bogas interpreta que el protocolo de cierre nuclear está basado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y este puede cambiar, con lo que el protocolo podría cambiar. Siguen confiando en que las circunstancias pueden alargar la vida de las centrales. Sigue la incertidumbre. Máxime con las elecciones en el horizonte. El Gobierno se ha garantizado que Almaraz siga funcionando y cumplir así con su hoja de ruta enviada a Bruselas. De hecho, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha logrado, tras abroncar a las compañías, que sellen este asunto antes de las elecciones y cumplan con lo que anunció el Ejecutivo. Pero es difícil asegurar que esto es el fin de este vodevil.

¿Cuál es la verdadera guerra de fondo?

Lo que subyace, la batalla que libran de fondo las eléctricas, no era por los mismos objetivos ni tenía las mismas consecuencias para todos. Endesa aquí se jugaba su supervivencia como operador de electricidad de base. La pelea para Iberdrola y Naturgy era otra. Cerrar la nuclear ya tenía una serie de ventajas para su actividad de generación más allá del propio negocio atómico.

Observadores que han vivido las batallas desde un punto de vista más imparcial explican que al abordar el futuro nuclear en España, Iberdrola quería matar a Endesa. Su explicación es que Endesa cuenta con dos patas para producir en base: carbón y nucleares. El carbón ya todo el mundo lo da por amortizado, dadas las restricciones medioambientales que está abocando al cierre de plantas. Si se cerraba la nuclear a los 40 años de vida, Endesa se quedaba fuera de este mercado.

Esta situación contemplaba además una importante derivada tanto para Iberdrola como para Naturgy. La producción en base, esa que se necesita cuando no funcionan las intermitentes renovables (solo producen con sol y viento), solo la podrían dar los ciclos combinados de gas. Tanto la firma presidida por Ignacio Sánchez Galán como la de Francisco Reynés sabían que este escenario era el ideal.

Foto: Momentos de la Junta General de Accionistas de Gas Natural Fenosa que ha adoptado un nuevo nombre, Naturgy. (EFE)

Con Endesa fuera de juego, ellos podrían respaldar al sistema con sus plantas de gas, hoy muy infrautilizadas (producen solo una sexta parte de su capacidad). Un cierre nuclear anticipado hubiera aumentado muy al alza el valor de los ciclos combinados, casi todos en manos de Naturgy e Iberdrola. Por eso, ante un cierre, Endesa esgrime la cesión de las plantas. Por eso el resto no lo aceptan al punto de que lo consideran imposible. La clave no es tanto abandonar el negocio nuclear como que todos lo abandonen a la vez.

Por eso hace meses salió a la palestra un posible intercambio de activos, deslizado por Endesa y rechazado por Iberdrola. Por eso el Gobierno tiene esa sartén por el mango, ya que las decisiones por unanimidad a la que están obligadas las empresas copropietarias de las centrales por tratarse de Agrupaciones de Interés Económico podría cambiar si se articula un cambio legal, barajado en el pasado, que dinamitaría este panorama y fuerza a los actores en la negociación. De hecho, las plantas de un solo propietario podrían cerrarse en cualquier momento. Pero el verdadero juego no era ese, sino que todas cerraran a la vez.

Esta es la razón de fondo por la que, según analistas, Endesa se ha defendido como gato panza arriba durante las últimas semanas. Y el mercado se lo ha reconocido. Este viernes ha cerrado la sesión con un avance del 0,92% (la compañía más alcista del Ibex en la sesión) mientras que Iberdrola ha perdido un 0,67% y Naturgy se ha dejado un 0,48%.

Viva pero con heridas

Pero pese a todo, la eléctrica propiedad de Enel no sale indemne de esta batalla. El cierre programado a 46 años le supondrá aumentar la amortización anual unos 40 millones de euros. Tenía contabilizadas las centrales a 50 años. Iberdrola y Naturgy a 40 años. Pero ha despejado, por ahora, la bala que le habían lanzado directamente al corazón de su negocio. Iberdrola y Naturgy tendrán que esperar para colgar de su vitrina esta pieza, para alivio de Italia.

Foto: José Bogás, CEO de Endesa, Franceso Starace, CEO de Enel, y Borja Prado, presidente de Endesa. (Reuters)

No hay que olvidar que, hace menos de un año, el PSOE llegó a La Moncloa con un plan de sus sabios en transición energética que planteaba cerrar las nucleares a 40 años y respaldar al sistema con gas. Pero ese sapo, este Ejecutivo, por ahora, se lo ha tenido que tragar. Los precios de la luz que anticipan un cierre masivo nuclear y el despegue de las emisiones de CO2 le han obligado a modular el discurso.

Aunque ahora el futuro parece más claro, el acuerdo también parece aún cogido con pinzas. La primera meta volante, la de Almaraz, ya se ha pasado. Le seguirá Vandellós. Por otro lado, está pendiente la conformación del CSN y la formación de Gobierno tras un macrociclo electoral en el que está todo por decidir y que pondrá un poco más de luz o sombra a la guerra nuclear. Sin descartar que finalmente todo acabe como acaban muchas discrepancias de las eléctricas: decididas en ese tercer regulador en que se han convertido los tribunales.

Endesa ha logrado salir viva del jaque mate que hubiera supuesto para la eléctrica propiedad de la italiana Enel un cierre nuclear masivo a los 40 años de vida de las plantas, tal y como deseaba sobre todo Iberdrola y, en menor medida también, Naturgy. Edp se ha comportado en esta partida como convidado de piedra.

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