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El disputado bañista de Valladolid: la guerra de precios amenaza con apuntillar al turismo
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BATALLA 'CRUENTA' POR EL TURISTA NACIONAL

El disputado bañista de Valladolid: la guerra de precios amenaza con apuntillar al turismo

Los destinos españoles preparan una batalla cruenta por atraer al turista patrio ante la ausencia de extranjeros. Exceltur advierte de que bajar tarifas no es la solución y el Gobierno no sabe cómo atajarlo

Foto: La playa de Benidorm, vacía por el coronavirus. (EFE)
La playa de Benidorm, vacía por el coronavirus. (EFE)

El sector turístico español afronta el que será, seguramente, el peor verano de su historia desde su consolidación como segmento económico estratégico del país. No solamente encara una temporada lastrada por las limitaciones en aperturas, medidas y distancias de seguridad o restricciones en aglomeraciones y eventos en hoteles, playas, locales de ocio o bares y restaurantes. El cierre fronterizo, la expansión de la pandemia por toda Europa, con mercados emisores fundamentales como Reino Unido, Francia o Alemania también batallando contra el covid-19, y el coste sobre la imagen de España como destino auguran además un desplome nunca visto en la afluencia de visitantes extranjeros. Habrá que remontarse probablemente a los años anteriores al 'Spain is different' de 1957 para encontrar peores cifras.

Con una planta hotelera y de oferta enfocada para mucha más demanda de la que se avecina, la guerra de precios por el turista nacional, el único que podría dar alguna alegría si finalmente se produce una reapertura estival, amenaza con rematar las escasas expectativas de generación de ingresos, según coinciden en señalar distintos agentes del sector consultados por El Confidencial.

Se calcula que la aportación de la demanda internacional representa cerca del 60% de los ingresos a un mercado que, tanto por las actividades directas como las complementarias del turismo, ha perdido en dos meses de pandemia y estado de alarma unos 26.000 millones de euros, según los datos que maneja la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur, el 'lobby' que reúne a los principales grupos empresariales del sector.

"Si todos peleamos por llevarnos a Laredo, Sanxenxo o Torremolinos al turista de Valladolid, nos equivocaremos", dicen desde Exceltur

"Hasta antes de finales de junio no es viable abrir para la demanda interna", explica el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, sobre las dificultades de arrancar de nuevo hoteles y negocios turísticos con las limitaciones de aforo impuestas por el plan de desescalada. Pero, además advierte, "a medida que nos acercamos al verano lo importante no son solo los españolitos, sino si van a llegar alemanes, franceses o nórdicos. A día de hoy, la gran incógnita es si se abrirían movimientos transfronterizos o no".

Con Alemania aconsejando a sus ciudadanos que no visiten España por ahora, el Reino Unido aflorando nuevas cifras de muertos y en plena emergencia y España acumulando nuevos contagios, aunque a menor ritmo, será difícil que la recuperación llegue en los meses de julio, agosto o septiembre. Las pérdidas podrían alcanzar los 96.000 millones a final de año si se mantiene la tendencia, casi un 9% del PIB nacional, sostiene Exceltur.

placeholder El 50% de los turistas que visitan Benidorm son británicos. Este verano no llegarán. (V.R.)
El 50% de los turistas que visitan Benidorm son británicos. Este verano no llegarán. (V.R.)

El sector es muy pesimista sobre esto. Hoteleros y empresarios turísticos trabajan en un escenario sin apenas clientes internacionales en el que la batalla entre destinos por captar al turista nacional puede ser "cruenta", admite Antoni Mayor, presidente de Hosbec, la patronal hotelera de la Costa Blanca, con sede en Benidorm. "Es la ley de la oferta y la demanda y vamos a caer en sus garras", dice este empresario con cadena hotelera propia, partidario de que el Gobierno facilite medidas de apoyo para que las empresas puedan aguantar hasta la próxima temporada antes que forzar una reapertura masiva y entrar en una guerra de tarifas que puede terminar de hundirlas.

Foto: La playa de la Barceloneta, vacía por el coronavirus. (Efe)

El secretario autonómico de Turismo de la Generalitat valenciana, Francesc Colomer, ya planteó esta cuestión en reuniones del Consejo Español de Turismo, Conestur, el órgano asesor adscrito al Ministerio de Industria que dirige Reyes Maroto en el que están representadas administraciones públicas, patronales o sindicatos ligados al tejido turístico. En el caso de la Comunidad Valenciana, la crisis sanitaria ha llegado en un momento en el que estaba consolidándose una mejora en las rentabilidades de las empresas, con crecimientos en el marcador de ingresos por habitación disponible RevPar (Revenue Per Available Room).

"Participé de la preocupación porque pudiera darse ese escenario al competir todos por el mismo mercado", señala Colomer a El Confidencial. "Para una autonomía como la nuestra, bajar precios es un gran peligro", advierte sobre un conjunto de destinos de turismo para el gran público que ya trabajaba con barreras ajustadas de rentabilidad. Se trata de un fenómeno, el del desplome de tarifas, que puede extenderse desde las playas del Mediterráneo hasta las Islas Canarias y que el Gobierno no sabe cómo atajar. "Es muy difícil tomar medidas contra esto", dice Colomer sobre una imposible intervención de precios.

Zoreda admite que muchas empresas están contra las cuerdas y existe el riesgo de que traten de generar demanda tirando hacia abajo los precios. "Es una estrategia equivocada porque luego cuesta mucho recuperarlos. Si todos peleamos por llevarnos a Laredo, Sanxenxo o Torremolinos el turista de Valladolid nos equivocaremos", afirma, pese a admitir lo complicado que es poner freno a esa tentación en un mercado en caída libre en el que todos los destinos van a enfocar sus acciones promocionales en captar al turista nacional. Exceltur es partidaria de buscar fórmulas para aliviar cargas impositivas, prestar apoyo financiero y reducir gastos vía extensión de ERTE por fuerza mayor para "poder estar agazapados y poder sobrevivir" hasta la próxima temporada.

Este es el particular plan de desescalada que se ha propuesto Juan Carlos Sanjuán, CEO y fundador de Casual Hoteles, una cadena de establecimientos urbanos con presencia en Madrid, Bilbao, Lisboa, Valencia, Málaga o Sevilla. Con una dependencia del 60% del cliente extranjero durante todo del año, su idea es abrir solamente un hotel por ciudad a partir de finales de junio para ver qué pasa.

El error puede ser deshacer un expediente de suspensión de empleo y comenzar a asumir costes fijos sin apenas demanda. "Sin europeos, abrir los hoteles es inviable", señala. Sanjuán augura "ofertas superbaratas" en hoteles de costa que van a complicar el verano a los establecimientos urbanos. Destinos vacacionales como pueden ser Mallorca, Benidorm o Marbella "lo van a pasar muy mal", anticipa. La clave es ahora si el sector, acorralado y arrinconado por la pandemia, será capaz de aguantar o terminará haciéndose el harakiri en una guerra civil por captar el cliente local.

El sector turístico español afronta el que será, seguramente, el peor verano de su historia desde su consolidación como segmento económico estratégico del país. No solamente encara una temporada lastrada por las limitaciones en aperturas, medidas y distancias de seguridad o restricciones en aglomeraciones y eventos en hoteles, playas, locales de ocio o bares y restaurantes. El cierre fronterizo, la expansión de la pandemia por toda Europa, con mercados emisores fundamentales como Reino Unido, Francia o Alemania también batallando contra el covid-19, y el coste sobre la imagen de España como destino auguran además un desplome nunca visto en la afluencia de visitantes extranjeros. Habrá que remontarse probablemente a los años anteriores al 'Spain is different' de 1957 para encontrar peores cifras.

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