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Los jesuitas abren en Sevilla su tercer gran campus... pese a Comillas y a la Junta
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LOYOLA INVIERTE 40 MILLONES

Los jesuitas abren en Sevilla su tercer gran campus... pese a Comillas y a la Junta

Loyola, fundación que gestiona la universidad privada con campus en Sevilla y Córdoba, suma 3.400 alumnos y 600 profesores. Su rector quiere triplicar el tamaño a medio plazo

Foto: Edificio principal del nuevo campus. (Loyola)
Edificio principal del nuevo campus. (Loyola)

Año y medio después del inicio de las obras, el nuevo campus de la única universidad privada de Andalucía se vistió ayer de largo para presentarse a los medios de comunicación. Loyola, el tercer gran polo universitario de la Compañía de Jesús en España, estrena su nueva sede en Dos Hermanas (Sevilla) tras una inversión de 40 millones de euros. Un proyecto que se ha hecho realidad pese a la oposición interna (especialmente de la también jesuita Universidad de Comillas) y externa (reticencia ideológica y burocrática de la Junta de Andalucía hasta el cambio de Gobierno hace menos de un año) que ha tenido que afrontar en el último lustro, según fuentes conocedoras de la trayectoria de Loyola estos últimos años.

La que se venía conociendo como Loyola Andalucía, que con la mudanza a la nueva ubicación ha perdido el apellido geográfico habitual en otras 'Loyolas', abandona así definitivamente su vinculación física con Abengoa y su sede de Palmas Altas (Sevilla). Esta empresa acogió el embrión de la universidad, que nació con 400 alumnos y que hoy se ha trasladado a un gran campus, ya operativo desde hace un mes. Gabriel Pérez Alcalá, rector de Loyola y alma máter de esta universidad, marcó como reto clave el del crecimiento: triplicar el tamaño (3.400 alumnos este curso) para acercarse al promedio de las universidades de prestigio (10.000-15.000).

Foto: Xabier Arzalluz, expresidente del PNV en una foto de archivo de marzo del 2000. (EFE) Opinión
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Los recelos ante este proyecto no solo venían de las 10 universidades públicas andaluzas, que ya han asumido la existencia de un competidor. Procedían, en primer lugar, de la propia Compañía de Jesús. La universidad de Comillas (fundada en esta localidad cántabra pero con sede en Madrid), con su facultad de ingeniería, económicas y derecho Icade en la capital, es receptora tradicional de alumnos andaluces. Instalar una gran universidad en el sur iría en detrimento de uno de sus caladeros. Deusto, por contra, siempre estuvo a favor de Loyola. De hecho, el histórico rector de la institución bilbaína, Jaime Oraá, es desde abril pasado el nuevo presidente del patronato de la Fundación Universidad Loyola.

Desde la Junta andaluza, la reticencia ideológica contra la educación privada del anterior Ejecutivo se materializó en una tardanza mayor de lo habitual en la autorización para que Loyola pudiera impartir determinados grados. El propio Pérez-Alcalá lo llegó a criticar públicamente hace dos cursos para mostrar la desesperación ante el muro administrativo. El acto institucional de inauguración del próximo día 20 será en este sentido un termómetro para medir el calor con que la nueva Junta gobernada por PP y Cs —entre cuyas filas hay un exvicerrector de Loyola, Manuel Alejandro Cardenete, viceconsejero de Turismo— arropa a esta universidad.

Élite versus alumnos desfavorecidos

Pérez Alcalá, ante esos impedimentos internos, decidió dar dos ejes propios al proyecto Loyola. El hecho de que él sea el único rector seglar de las tres universidades de la Compañía de Jesús en España ha imprimido un carácter diferente a la institución educativa andaluza. Primero, sin renunciar a la ambición jesuita de educar a las élites del país, estableció un precio de matrícula inferior al promedio de las universidades privadas españolas, en especial las de Madrid. En segundo lugar, creó una red de becas y ayudas para que todo estudiante con talento, sea cual fuera su extracción social, pudiera cursar sus estudios en Loyola.

Cara a la Junta, la propia decisión de crear una fundación sin ánimo de lucro en lugar de una sociedad anónima —como usan otras universidades privadas en España— sirvió para templar los ánimos ante la Administración. Los beneficios se reinvierten y se diluye la idea de ente nacido para hacer negocio puro y duro, mercantilista, con la educación. Finalmente, a día de hoy, ofrece nueve grados, 19 dobles grados y tres programas de doctorado en sus cuatro ramas de conocimiento: Administración de Empresas, Ingeniería, Derecho y Relaciones Internacionales.

Foto: Campus de la Universidad Alfonso X el Sabio. (YouTube)

También imparte 26 másteres, dobles másteres o titulaciones propias de posgrado. Y, para el próximo curso, Loyola integrará una tercera ubicación andaluza en Granada, con la integración de la Facultad de Teología de los jesuitas en esta ciudad. El rector Pérez Alcalá destacó además la vocación de hacer un nuevo campus, con 36.000 metros de superficie, sostenible, eficiente y bien conectado con la ciudad de Sevilla.

La inversión de 40 millones en este nuevo gran centro educativo privado sigue a otros relevantes movimientos en el sector de la educación superior en España. En concreto, la compra de dos universidades por sendos fondos de capital riesgo británicos en el último año. A finales de 2018, Permira se hizo con la Universidad Europea de Madrid por 770 millones, mientras que en marzo pasado fue CVC quien se quedó con el 60% de la Alfonso X El Sabio por unos 1.000 millones.

Año y medio después del inicio de las obras, el nuevo campus de la única universidad privada de Andalucía se vistió ayer de largo para presentarse a los medios de comunicación. Loyola, el tercer gran polo universitario de la Compañía de Jesús en España, estrena su nueva sede en Dos Hermanas (Sevilla) tras una inversión de 40 millones de euros. Un proyecto que se ha hecho realidad pese a la oposición interna (especialmente de la también jesuita Universidad de Comillas) y externa (reticencia ideológica y burocrática de la Junta de Andalucía hasta el cambio de Gobierno hace menos de un año) que ha tenido que afrontar en el último lustro, según fuentes conocedoras de la trayectoria de Loyola estos últimos años.

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