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El Banco de España avisa: la ralentización económica ya es un riesgo para la banca
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EN SU ANÁLISIS DE LA ESTABILIDAD FINANCIERA

El Banco de España avisa: la ralentización económica ya es un riesgo para la banca

El supervisor pone el acento en el potencial impacto de la ralentización económica en la rentabilidad y salud del sector financiero, que seguirá sufriendo presiones en márgenes

Foto: Edificio del Banco de España.
Edificio del Banco de España.

La banca no ha tenido opción de disfrutar del ciclo de expansión económica en forma de tipos de interés más altos, y ahora se enfrenta a una desaceleración que añade riesgos adicionales para la salud del sector financiero. Para el Banco de España (BdE), la ralentización económica se ha convertido en un nuevo factor de riesgo en un contexto de márgenes reducidos, con lo que la rentabilidad de las entidades españolas sufrirá una presión adicional.

El regulador ha incluido por primera vez este factor como una de las potenciales amenazas para el sector financiero dentro del Informe de Estabilidad Financiera de primavera. El de noviembre del año pasado aludía a la "incertidumbre económica y geopolítica" por la guerra comoercial entre Estados Unidos y China, pero sin mención concreta a la desaceleración. "La ralentización económica global y, en particular, europea y china, junto a una mayor incertidumbre geopolítica, puede suponer un aumento significativo de las primas de riesgo que impacte negativamente en el precio de los activos financieros tanto de renta fija, privada y pública, como variable", expone como principal riesgo actual el Banco de España.

El regulador añade como segundo peligro otra amenaza habitual de la banca, la presión sobre los márgenes, con un matiz: "Se verá sometida a una presión adicional por las consecuencias de la desaceleración económica". Los márgenes reducidos y la presión sobre la rentabilidad son factores de preocupación en el entramado europeo de supervisión, ya que dificultan a la banca generar capital de forma sostenible. Los resultados netos consolidados de los bancos españoles mejoraron en 2018 por "la mayor contribución positiva de resultados extraordinarios y la disminución de las provisiones por deterioro de activos", apunta el informe de estabilidad. Pero añade que el ROA -rentabilidad sobre activos- siguió siendo reducido, si bien este se situó por encima del promedio de las entidades europeas".

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El indicador se situó en el 0,55%, 11 puntos básicos más que el año anterior, gracias al aumento del 25% en el beneficio hasta los 19.438 millones, con uamentos en los márgenes de intereses y comisiones y un empeoramiento del resultado de operaciones financieras (ROF). La rentabilidad sobre fondos propios (ROE) mejoró desde el 6% al 7,2%, acercándose al coste del capital, que en su momento el supervisor estimó por encima del 10%. Asimismo, reitera la necesidad de que las entidades mejoren su posición de capital, al contrario de lo que hicieron el año pasado.

Y como tercer riesgo, que a diferencia del crecimiento de los dos anteriores se mantendría estable, el Banco de España apunta al "potencial incremento de las demandas judiciales" contra los bancos, tras los precedentes de las cláusulas suelo que podría repetirse con el IRPH. "Dependiendo del pronunciamento del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) -previsto para la segunda mitad del año-, podría producirse un aumento de las demandas judiciales contra los bancos españoles con impacto en aquellas entidades con mayor volumen de préstamos hipotecarios indiciados al IRPH, lo que exige de estas entidades una apropiada medición del posible impacto contingente y medidas de gestión y prevención adecuadas", apunta el BdE. Los bancos más expuestos son CaixaBank y Kutxabank, aunque salvo Bankinter, todos los grandes están amenazados.

Miedo al frenazo económico

La institución gobernada por Pablo Hernández de Cos considera que en los últimos seis meses "los riesgos para la estabilidad del sistema financiero español han aumentado" principalmente por la desaceleración económica mundial reciente, concentrada en Europa y China, y por el "aumento generalizado de la incertidumbre". El BdE insiste en su preocupación acerca de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que se han intensificado en los últimos días con el anuncio de Donald Trump de elevar del 10% al 25% aranceles sobre productos chinos importados por valor de 200.000 millones de euros.

Fruto de esta incipiente guerra comercial que ha provocado vaivenes en los mercados en los últimos tiempos, "los indicadores de la economía de China se están resistiendo", lo que podría tener "importantes repercusiones para otras economías emergentes destinatarias de su inversión y origen de sus importaciones de bienes y servicios". Por ejemplo, el BdE señala que en las últimas semanas han retornado las tensiones en los mercados financieros en relación a Turquía y Argentina, economías clave para grandes empresas y bancos como BBVA.

En Europa, el supervisor enumera dos riesgos ya conocidos. Uno de ellos es el Brexit si hay una salida desordenada de Reino Unido de la Unión Europea, una vez que parece que la incertidumbre persistirá hasta el 31 de octubre. Por otro lado, hay cierto miedo a que la situación fiscal de Italia empeore en un contexto de recesión. A estas dos amenazas el Banco de España añade la desaceleración de Alemania, que está siendo "significativa", mientras que en España, "persiste la incertidumbre sobre el curso futuro de las políticas económicas".

Foto: Sede del Banco de España. (EFE)

Para el caso español, el BdE sostiene que la economía española aún tiene factores de vulnerabilidad como el "elevado endeudamiento público y externo" que hace que tanto las administraciones públicas como el conjunto de la economía se vean "muy expuestos" a posibles encarecimientos del coste de financiación, algo que puede suceder si aumentan las primas de riesgos o ante adversidades macroeconómicas. El informe admite una mejora de la posición patrimonial de los hogares por el desendeudamiento, pero aún hay segmentos de familias con tasas de ahorro reducidas y un mayor recurso al crédito al consumo.

En la rama empresarial, también ha habido un proceso de desapalancamiento, y las empresas más productivas concentran la concesión de nuevos préstamos. No obstante, matiza el regulador, hay segmentos en una situación más vulnerable, como entre las pymes o en compañías del ámbito inmobiliario y la construcción. Pese a ello, el sector inmobiliario mantiene su proceso de recuperación de actividad y precios.

Las amenazas sobre la economía real tienen su derivada en un potencial efecto negativo sobre la salud del sistema financiero, aún mermada porque tras superar los problemas de solvencia derivados de la crisis ha sido incapaz de recuperar los niveles previos de rentabilidad con el entorno de tipos al 0% y el euríbor en negativo, que presiona a la baja la capacidad de obtener ingresos con la actividad tradicional de captar y prestar dinero.

La banca no ha tenido opción de disfrutar del ciclo de expansión económica en forma de tipos de interés más altos, y ahora se enfrenta a una desaceleración que añade riesgos adicionales para la salud del sector financiero. Para el Banco de España (BdE), la ralentización económica se ha convertido en un nuevo factor de riesgo en un contexto de márgenes reducidos, con lo que la rentabilidad de las entidades españolas sufrirá una presión adicional.

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