Consejeros de LetterOne trabajaron con Putin para influir en el Gobierno de Trump

Los de Semana Santa han sido unos días complicados para LetterOne, el primer accionista de DIA. A los pobres datos de aceptación de la oferta publica de adquisición (opa) sobre la cadena de supermercados, el primer accionista del grupo de distribución ha visto cómo su nombre aparece en el informe completo del fiscal Robert Mueller, en el que se detalla la supuesta injerencia del presidente ruso, Vladimir Putin, en las elecciones estadounidenses que auparon al poder a Donald Trump.

Según dicho documento, hecho público el pasado jueves, Petr Aven, uno de los fundadores de LetterOne y amigo personal de Mikhail Fridman, asistió a una reunión que convocó en diciembre de 2016 el presidente de Rusia con destacados empresarios para analizar las potenciales sanciones —posteriormente confirmadas— que Estados Unidos iba a imponer a hombres de negocios del país de Europa del Este.

Tras ese encuentro, Aven ordenó a Richard Burt, consejero de LetterOne, iniciar contactos con el equipo de confianza de Trump, que en noviembre había ganado las elecciones a la Casa Blanca. El fundador del 'holding' de inversiones ruso utilizó a Burt porque previamente había sido embajador de Estados Unidos en Alemania y subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y Canadienses.

Según el informe del fiscal, Richard Burt ya había realizado trabajos para Alfa Bank, el brazo financiero de Fridman y Aven

Según el informe del fiscal, Burt ya había realizado trabajos para Alfa Bank, el brazo financiero de Fridman y Aven, que durante un consejo de LetterOne celebrado en Luxemburgo —sede del fondo de inversión— le comentó que había hablado con una persona de alto rango del Gobierno de Moscú. Dicha autoridad le había expresado el interés del Kremlin de establecer un canal de comunicación con las personas de la Administración Trump, encargo que Aven solicitó a Burt.

Este consejero de LetterOne, también miembro del Centro para el Interés Nacional (CNI), un 'think tank' con conexiones con el Gobierno ruso, se puso en contacto con el presidente de este 'lobby', Dimitri Simes, para que le ayudase en cumplir con la petición de Aven. A su vez, Simes estaba intentando que Trump nombrase a Burt embajador de Estados Unidos en Moscú gracias a su amistad con Jared Kushner, yerno del nuevo presidente americano y el arquitecto de su campaña electoral.

El informe del fiscal detalla que Burt llamó a Simes por teléfono para concertar una reunión con Kushner con el objetivo de construir un canal de comunicación de alto nivel entre Putin y Trump. Pero aclara que el presidente del CNI le indicó que no era una buena idea debido a las informaciones que ya hablaban sobre la supuesta influencia rusa en la victoria del partido demócrata. Simes declaró al fiscal que interpretó que el consejero de LetterOne lo que estaba buscando era crear una vía secreta de comunicación entre Washington y Moscú, petición que rechazó para no verse salpicado por ninguna sospecha de participación en el citado asunto.

Asunto reputacional

En un correo electrónico con fecha 22 de diciembre de 2016, Burt le contó a Aven el contacto que había tenido con una “persona muy influyente que mencioné en el consejo celebrado en Luxemburgo en relación con el Proyecto A”. Le detalló que el citado individuo, en referencia a Simes, le había indicado que ese momento no era el adecuado, dadas las informaciones sobre los ataques informáticos en las elecciones presidenciales con presunto origen en Rusia —“muy explosivo para discutirlo”— y que sería mejor tratarlo a partir de Año Nuevo.

En el primer trimestre de 2017, Aven se reunió nuevamente con Putin, quien le preguntó por sus esfuerzos por ponerlo en contacto con Trump. El fundador de LetterOne le indicó que todavía no había tenido éxito y que había sido citado por el FBI para preguntarle por este asunto.

En el primer trimestre de 2017, Aven se reunió nuevamente con Putin, quien le preguntó por sus esfuerzos por ponerlo en contacto con Trump

Esta publicación llega en un momento muy delicado para LetterOne, que, además de conseguir un nivel elevado de aceptación en su opa, tiene que alcanzar un acuerdo con la banca acreedora de DIA para intentar tomar el control e implantar su plan de rescate. Las entidades financieras, como Santander, Barclays, Société Générale y BBVA, ya habían advertido en privado que esta presunta vinculación con Putin tendría un impacto reputacional en las relaciones comerciales con el 'holding' financiero ruso.

Fuentes oficiales de LeterOne indican que el grupo no tiene "relación alguna con la investigación del informe" y que tan solo "se refiere a la actividad empresarial de un consejero, Petr Aven". En este sentido, añaden que no es extraño que Aven, como presidente del banco privado ruso más grande, y uno de los economistas más distinguidos y respetados de Rusia, se reúna periódicamente con miembros de alto rango del Gobierno ruso para hablar sobre el sector bancario y la economía. Especialmente, dado que el Alfa Group Consortium es el mayor empleador privado de Rusia.

Dicho 'holding' es propietario también de la mayor cadena rusa de supermercados, X.Retail, y de la operadora de telecomunicaciones Veon, multada con 800 millones de dólares por el pago de sobornos. Está presidido por Mikhail Fridman. Ambos hicieron su fortuna al vender por 55.000 millones de dólares la petrolera TNK-BP en 2013, a la empresa estatal rusa Rosneft. Ellos y otros dos socios recibieron 22.700 millones, dinero con el que crearon LetterOne, el mayor accionista de DIA, con casi un 30% del capital y una oferta pendiente sobre el 70% restante.