El sueño americano del aceite de oliva se complica: el consumo cae por segundo año
El estadounidense compra menos aceite en cadenas como Wal Mart o Krugger. Asoliva lo atribuye al alza del coste en origen; otras fuentes, a la bajada del precio final, que devalúa su imagen de calidad
Estados Unidos viene siendo señalado, desde hace años, como el gran mercado de futuro para el aceite de oliva español. La industria nacional ha conseguido, ya desde 2016, ser la primera proveedora de zumo de aceituna a este país. Y la cuenta es sencilla: si un americano consume casi un litro al año, solo con doblar esa ratio supondría añadir casi 300.000 toneladas más. Sin embargo, los datos son tozudos y muestran que los consumidores están adquiriendo menos aceite envasado en los supermercados desde hace dos años, el segmento con mayor margen de beneficio respecto al mercado a granel. ¿Por qué?
En primer lugar, y según los datos Nielsen hasta octubre a los que ha accedido El Confidencial, la caída es moderada pero suma dos años continuados. Los clientes de cadenas como Wal Mart o Krugger compraron 266.000 toneladas de aceite de oliva (en todas sus categorías, incluido el virgen extra) envasado en supermercados entre octubre de 2017 y el mismo mes de este año. Esto supone un 1,64% menos que en el mismo periodo de un año antes. A su vez, entre octubre de 2016 y el mismo mes de 2017, el descenso ya había sido del 1,28% respecto a los 12 meses previos. Con ello, las compras en el canal 'retail' se sitúan hoy al nivel de 2015.
Rafael Pico, director gerente de la patronal de industriales envasadores Asoliva, señala: "Indudablemente, es debido al aumento del precio al consumidor americano, como consecuencia del encarecimiento del precio en origen de los países productores, que finalmente se ha tenido que repercutir. Ha habido un encarecimiento como consecuencia de las bajas producciones en España. Desde hace muchos años, España, como principal país productor, marca el precio internacional de los aceites de oliva".
En efecto, el precio en origen (de un virgen extra, por tomar esta categoría como ejemplo) de 2,2 euros por litro en promedio en la campaña 2013-2014 a los 3,17 euros de la pasada, con picos de 3,74 euros en la de 2016-2017. La consecuencia, según esos mismos datos de Nielsen: las principales marcas de aceite envasado de EEUU se han encarecido. Como por ejemplo Bertolli (de 9,33 dólares a 10,88 entre 2015 y 2018, en promedio), Pompeian (de 8,06 a 8,66), la californiana COR (de 14,6 a 16), Filipo Berio (9,1 hasta 10) o la marca blanca, la más barata (7,46 a 7,75 dólares).
Pico mantiene en cualquier caso el optimismo sobre el mercado estadounidense cara al futuro: "EEUU supone el 50% de lo que se consume en el mundo. Por tanto, no es una promesa, es una realidad. A juicio de los expertos, el consumo de este país puede crecer un 45% en los próximos cinco años, pasando de las actuales 320.000 toneladas a 460.000 toneladas".
Esas 320.000 toneladas incluyen tanto el aceite envasado distribuido en los súper como el utilizado a granel, pero es una cifra que redondea al alza la de 2016. En 2017, y por primera vez en seis años, las importaciones totales cayeron a 306.000 toneladas. Por su parte, España en concreto lleva dos años consecutivos, 2016 y 2017, siendo el mayor proveedor de aceite de EEUU, por delante de Italia, lo que consolida el sorpaso que ya se logró puntualmente en 2014.
¿En peligro un mercado de margen?
Otras fuentes del sector aceitero consultadas difieren en parte de los argumentos de Asoliva. "El efecto de la subida de precios en origen puede explicar lo ocurrido hace un año o año y medio, pero no que siga consumiéndose cada vez menos aceite envasado a día de hoy. El consumidor americano, a diferencia del de un país mediterráneo con tradición de consumo, no reacciona a la bajada de precio comprando más, sino comprando menos. El aceite de oliva es considerado en EEUU un producto de alta calidad y si el cliente ve que el precio baja sustanciamente, desconfía del producto y deja de adquirirlo".
En este sentido, la pugna comercial entre las marcas italianas de Deoleo (Bertolli, Carapelli y Sasso) con la enseña Pompeian (controlada al 50% por el grupo Dcoop y en el resto por la familia De Vico) es un ejemplo de ello. Pompeian tiene hoy una cuota del 18% (ocho puntos más que en 2015, cuando Dcoop entró en su capital), lo que la ha convertido en líder, aunque en un mercado que desciende. En paralelo, Deoleo y Filipo Berio (controlada por capital chino) han reducido su cuota por debajo del 10%.
Fuentes del sector atribuyen la caída a que el cliente entiende la bajada de precio como una devaluación de la calidad y deja de comprar
"España, como líder en suministro de aceite a EEUU, y el conjunto del sector aceitero corren el riesgo de convertir un mercado que era de margen, en otro en el que prima el volumen y genera un beneficio muy reducido. Supondría algo así como exportar el modelo predominante en España con las marcas blancas de la distribución", abundan las citadas fuentes. Citan como ejemplo que en los meses de septiembre, octubre o noviembre se han registrado ofertas puntuales de Pompeian en algunos súper que sitúan el litro a cinco dólares.
Pico, sin embargo, relativiza el impacto de esa pugna comercial en la reducción de la compra de aceite envasado en su conjunto. Ese menor precio "es una estrategia para conseguir mayor cuota o penetrar más en ciertos segmentos", según el directivo de Asoliva.
Estados Unidos viene siendo señalado, desde hace años, como el gran mercado de futuro para el aceite de oliva español. La industria nacional ha conseguido, ya desde 2016, ser la primera proveedora de zumo de aceituna a este país. Y la cuenta es sencilla: si un americano consume casi un litro al año, solo con doblar esa ratio supondría añadir casi 300.000 toneladas más. Sin embargo, los datos son tozudos y muestran que los consumidores están adquiriendo menos aceite envasado en los supermercados desde hace dos años, el segmento con mayor margen de beneficio respecto al mercado a granel. ¿Por qué?