YPF abre un cordón sanitario contra Galuccio, el antiguo enemigo de Brufau
Miguel Galuccio dejó YPF hace un año pero sigue vinculado con el sector petrolero. En Argentina creen que uno de sus socios es el exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya
El Gobierno de Mauricio Macri ha impuesto un veto contra las actuaciones dentro del mercado petrolero argentino del que fuera presidente de YPF, Miguel Galuccio, el paladín de Cristina Kirchner que se las tuvo tiesas con Antonio Brufau tras la expropiación en 2012 de la antigua filial de Repsol. Transcurrido un año desde su destitución como máximo responsable de la compañía nacionalizada, los medios oficiales del país resumen su malestar con la gestión de Galuccio de una manera rotunda y lapidaria: “Por acá que ni aparezca después del desastre que dejó”.
Galuccio se despidió de sus colaboradores en abril del pasado año haciendo gala de su labor en YPF, cuya presidencia ejecutiva asumió de manos del Gobierno Kirchner: “En los últimos cuatro años, los resultados que hemos logrado son insuperables”, aseguró el directivo argentino motejado en su país con el apelativo de ‘El Mago’ por su capacidad para sortear los asuntos más espinosos. Esta vez ha sido su despido forzado lo que le ha ayudado a salvar la cara porque cerrado el ejercicio de 2016 los datos de la compañía se han demostrado realmente desastrosos.
YPF ha registrado unas pérdidas de 1.700 millones de dólares y lo que es peor, el endeudamiento se ha desbocado en los últimos años hasta alcanzar los 9.500 millones de dólares, una cifra superior al valor de la empresa en bolsa. Los pasivos financieros han subido de manera galopante desde la nacionalización y suman un importe de 6.700 millones entre 2011 y 2016. La empresa se ha visto afectada además por el deterioro de los activos que, según la actual administración de YPF, estaban claramente sobrevalorados en un importe superior a los 2.000 millones de dólares.
La tarjeta de visita que ha dejado ‘El Mago’ provoca espantos en toda Argentina, pero no ha impedido que Galuccio siga operando dentro del mercado energético tras su regreso como miembro del directorio mundial de la compañía de servicios petroleros Schlumberger, firma radicada en Houston y en la que ya ocupó altos cargos ejecutivos antes de incorporarse a YPF. La prensa del país se ha hecho eco en los últimos días de la capacidad del directivo para reinventarse como un agente privilegiado dentro del sector gracias a una fortuna personal que se estima en no menos de 80 millones de dólares.
La petrolera argentina cerró 2016 con pérdidas de 1.700 millones de dólares y una deuda de 9.500 millones, superior a todo el valor de la empresa
Galuccio sabe que ahora es mejor mantenerse en un prudente exilio empresarial y ha orientado sus negocios hacia México donde mantiene muy buenos contactos desde hace años, destacando entre todos a su viejo ‘cuate’, Emilio Lozoya, el antiguo director general de Pemex investigado en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. Ambos ejecutivos ejercieron una intensa presión contra Repsol en un intento de asaltar la empresa española cuando Brufau decidió hacer frente a la expropiación de YPF. La operación de acoso y derribo fracasó finalmente gracias a un ejercicio de resistencia empresarial que permitió a la petrolera española recibir un justiprecio de 5.000 millones de dólares por parte del Gobierno argentino.
Las presuntas andanzas de Galuccio y Lozoya han llegado estos días a oídos de los actuales responsables de YPF, embarcados en un proceso de saneamiento que obliga a tentarse la ropa antes de abordar cualquier nuevo proyecto de expansión. Los observadores más suspicaces consideran que la empresa argentina ha quedado muy tocada tras el paso de ‘El Mago’, quien ahora está negociando la creación de una nueva empresa energética en alianza con la firma de capital riesgo Riverstone Holdings. Esta compañía es uno de los grandes inversores dentro del sector y cuenta también con relevantes inversiones en México.
Según el diario digital argentino Infobae las reacciones en el país no se han hecho esperar y el nuevo consejero delegado de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, ha enviado recientemente una carta a la alta dirección de Schlumberger en la que insta encarecidamente a la compañía para que mantenga a Galuccio fuera de cualquier eventual negocio en Argentina. La respuesta estadounidense ha sido positiva y una especie de ‘cordón sanitario’ se ha extendido en torno a la figura de ‘El Mago’. Una decisión que, según el citado medio informativo, podría resultar la antesala de acciones legales contra el antiguo gerifalte de la compañía expropiada a Repsol.
El Gobierno de Mauricio Macri ha impuesto un veto contra las actuaciones dentro del mercado petrolero argentino del que fuera presidente de YPF, Miguel Galuccio, el paladín de Cristina Kirchner que se las tuvo tiesas con Antonio Brufau tras la expropiación en 2012 de la antigua filial de Repsol. Transcurrido un año desde su destitución como máximo responsable de la compañía nacionalizada, los medios oficiales del país resumen su malestar con la gestión de Galuccio de una manera rotunda y lapidaria: “Por acá que ni aparezca después del desastre que dejó”.
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