Conde, del cielo al infierno, el hombre que encarnó el éxito empresarial en los 90

Fue el hombre más popular de la década de los noventa, primero por su rápida ascensión en el mundo financiero y, después, por una caída en desgracia igual de veloz. Desde entonces, una pregunta ha perseguido al mayor escándalo bancario de este país: ¿dónde escondió Mario Conde el dinero de Banesto?

Más de dos décadas después parece que ese misterio finalmente puede tener respuesta. El ex-banquero ha sido detenido este lunes por la Guardia Civil acusado de blanqueo de capitales en el marco de la repatriación de 10 millones de euros de Suiza que formarían parte del dinero de la desaparecida Banesto del que se apropió indebidamente.

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De esta manera, el tiempo ha dado la razón a la justicia que condenó a Conde en 1997 por retirar 3,6 millones de euros (600 millones de pesetas) de Banesto que fueron ingresados en una cuenta de la sociedad Argentina Trust y que nunca aparecieron. En todo este tiempo, el ex-banquero ha seguido manteniendo su inocencia afirmando que todo respondía a una 'conspiración' influenciada por voluntades políticas.

El éxito de los años 80

La historia empresarial de Mario Conde, Abogado del Estado con la mejor nota de la historia de estas oposiciones, comienza en el sector farmacéutico, donde fue protagonista de dos operaciones millonarias, la primera siendo director general adjunto del laboratorio Abelló, que en 1983 vendió a Merck Sharp and Dohme por 2.700 millones de las antiguas pesetas (unos 16,2 millones de euros); y la segunda, en 1984, tras comprar un 23% de Antibioticos S.A, de la que su socio Juan Abelló poseía alrededor del 50% y los hermanos Jaime y Emilio Botín el 23%, vendió a la italiana Montedison por 58.000 millones de pesetas (unos 348 millones de euros).

Este pelotazo le permitió dar el salto al mundo financiero, comprando parte del capital de Banesto y convirtiéndose en su vicepresidente. El destino quiso que en ese momento Banco de Bilbao lanzara la primera Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil vista en España sobre Banesto, lo que le sirvió a Conde para sacar a relucir todo su carisma convenciendo al consejo de la entidad de rechazarla. Esto le acabó catapultando a la presidencia en 1987 para sustituir a Pablo Garnica con tan sólo 39 años de edad.

Comienza así su época más dorada. Su popularidad crecía al mismo ritmo que los reconocimientos a su éxito empresarial, convirtiéndose en un todo un símbolo a finales de los 80 y comienzo de los años 90. Sin embargo, los problemas en Banesto aumentaban a la misma velocidad que lo hacía la fama del banquero.

El 28 de diciembre de 1993, con un agujero patrimonial de 450.000 millones de pesetas (unos 2.704 millones de euros) el Banco de España se ve obligado a tomar cartas en el asunto, interviniendo la entidad y destituyendo al consejo de administración al completo. Es el día de los Santos Inocentes y ante lo increíble de la noticia hay gente que tarda en darse cuenta de que no se trata de una broma de los medios de comunicación… La realidad es que comienza el descenso en picado de Mario Conde a los infiernos.

Peregrinaje por los juzgados

Desde entonces, el banquero inicia un peregrinaje por los juzgados como acusado en varios procesos del llamado Caso Banesto. En 1997 es condenado a seis años de prisión por apropiación indebida y falsedad documental en el juicio Argentia-Trust al retirar 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros) de Banesto que Conde no supo explicar de forma coherente. La Audiencia Nacional dicta prisión para el banquero al no abonar la fianza de 2.000 millones que le permitían eludirla.

Conde srgumentó que ese dinero se lo entregó a Diego Selva y a Antonio Navalón -a los que luego denunció por falso testimonio, juicio que perdió- para lograr exenciones fiscales para la entidad. De hecho, la esposa de Conde, Lourdes Arroyo, denuncia a Navalón para reabrir el caso. En 1998 comienza la vista oral por el Caso Banesto, en el que declaran como testigos, entre otros, el expresidente del Gobierno, Adolfo Suárez, el entonces presidente del Banco Santander, Emilio Botín, y el Gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo.

En 1999 Conde abandona Alcalá Meco en libertad condicional tras cumplir las tres cuartas partes de su condena por Argentia-Trust.

Pero el proceso del Caso Banesto continúa en marcha. En marzo de 2000 la Audiencia Nacional le condena a diez años y dos meses por estafa y apropiación indebida, y le obliga a devolver 7.200 millones de pesetas a la entidad. El ex-banquero recurre al Tribunal Supremo y logra evitar la cárcel con una fianza de 500 millones de pesetas. Pero en 2002 el Alto Tribunal aumenta las penas y es condenado a 20 años de cárcel. Vuelve a Alcalá-Meco.

Entre tanto el financiero no se está quieto. Da el salto a la política presentándose a las elecciones generales en el año 2000 con el partido del Centro Democrático Social (CDS).

Sin embargo, tras su salida de prisión, su deuda con la justicia no está saldada. No ha devuelto el dinero que se le reclama y en octubre de 2012, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska ordena el embargo de cinco fincas en ejecución de la sentencia del año 2000 del Caso Banesto con las que Conde asegura no tener ninguna relación.

Ahora, es el juez Santiago Pedraz, también de la Audiencia Nacional, el que vuelve a la carga para que el ex-banquero cumpla con lo dispuesto en la condena. Agentes de la Guardia Civil, en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción mantienen abierta la operación que ha llevado a su detención y a la de sus dos hijos y su yerno, por la repatriación de los fondos de los que se apropió a través de varias sociedades mercantiles.