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Slim retira a Koplowitz el derecho a tener garantizada la presidencia de FCC
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Slim retira a Koplowitz el derecho a tener garantizada la presidencia de FCC

El nuevo acuerdo entre los dos socios garantiza al azteca tener la mayoría del consejo, incluso a costa de que la familia Koplowitz quede por debajo de 4 representantes, lo que le obliga a una opa

Foto: El magnate mexicano Carlos Slim. (EFE)
El magnate mexicano Carlos Slim. (EFE)

Despacito y buena letra. Carlos Slim va poco a poco dando pasos adelante para hacerse con el control absoluto de FCC, una aspiración que tenía hasta ahora como principal escollo el equilibrio de poderes pactado con la familia Koplowitz. Pero éste ha dado un vuelco de 180 grados con el nuevo acuerdo de accionistas sellado entre las dos partes, cuya primera gran consecuencia es el asalto al consejo que llevará a cabo el mexicano.

Éste, que en todo momento ha estado asesorado por el despacho Ontier, se ha garantizado el nombramiento de 8 de los 15 miembros que tendrá el máximo órgano de administración, es decir, la mayoría, posición que le obligará a lanzar una opa sobre la totalidad, independientemente de si su posición accionarial, una vez culmine la ampliación de 709,5 millones de FCC, termina quedándose por encima o por debajo del límite del 30%.

Poco importa ya eso. La realidad es que Slim será el nuevo mandamás del grupo, hasta el punto de que en este nuevo pacto ni siquiera ha garantizado a la familia fundadora el sillón presidencial. En el anterior acuerdo, se reconocía directamente que "la presidencia del consejo de administración no será ejecutiva y corresponderá a doña Esther Alcocer Koplowitz", mientras que en el nuevo se señala que "las partes manifiestan la intención de que la presidencia del consejo de administración no sea ejecutiva. En tanto en cuento se mantenga dicha circunstancia, considerarán mantener a doña Esther Alcocer Koplowitz".

Como el diablo está en los detalles, al ya de por sí significativo cambio que supone el carácter vocacional de la nueva redacción, se suman las coletillas que acompañan a las dos versiones. En la primera, se apuntaba que, si no fuera Esther Alcocer Koplowitz, "en su defecto, la presidencia la ocupará uno de los consejeros entre los designados por los Accionistas Actuales", terminología que se usa en los dos pactos para referirse a la familia Koplowitz y diferenciarla del "nuevo accionista", Carlos Slim,.

El nuevo pacto, en cambio, deja claro que las "partes reconocen que el presente apartado del gobierno corporativo no supone un compromiso u obligación contractual para ninguna de ellas en cuanto al futuro alcance y condición o no como ejecutiva de la presidencia del consejo de la sociedad ni podrá ser entendido como un derecho de los Accionistas Actuales a nombrar al presidente del consejo de administración de FCC". Es decir, su puesto no está garantizado y, mientras lo ocupe, nunca será ejecutivo.

En cambio, Slim se ha reservado el derecho de nombrar al consejero delegado, ya que éste será siempre a propuesta suya y necesitará el apoyo de dos tercios de consejo, es decir, 10 votos a favor. Como el azteca se ha garantizado 8 sillones, le bastará con el apoyo de 2 de los 3 independientes que tendrá la compañía para imponer a su candidato, haya o no acuerdo con los 4 de la familia Koplowitz.

Slim se asegura elegir al consejero delegado al tiempo que quita a la familia Koplowitz toda garantía sobre la presidencia y sus cuatro representantes

Suma y sigue, porque el magnate mexicano hasta pone en cuarentena el número de representantes de las herederas del fundador de FCC, ya que deja claro en el nuevo pacto que su derecho a nombrar conjuntamente este número de administradores regirá siempre y cuando las sociedades de Slim "puedan mantener a una mayoría de los miembros del consejo de administración". Es decir, que si, por ejemplo, en algún momento Bill Gates solicita un sillón en representación de su 5,7%, podría llegar a recibirlo en detrimento de la familia Koplowitz.

Una opa de fogueo

La clara voluntad del empresario por tener el control del consejo y, por tanto, de situarse en posición de opa se prevé que cuaje en primavera, ya que las dos partes también han pactado el próximo 30 de abril como fecha límite para que quede inscrita la ampliación de capital de FCC. Una vez se haya completado esta operación, será cuando Slim nombre a la mayoría del consejo y, por tanto, empezará a funcionar el contador para que lance la reglamentaria oferta.

Esta, no obstante, es vista como una opa de fogueo, ya que Slim ha dejado clara su toma de control de la compañía por la vía del consejo, lo que significa que no necesita batirse en duelo para lograr este poder por la vía de la participación accionarial. El aliciente que suele mover a este tipo de ofertas ya lo ha conseguido por otro lado, con lo cual, se trata de un mero trámite burocrático que, además, llega después de una ampliación de capital donde las condiciones del mercado juegan en su favor, ya que está fijada en 6 euros y el título cotiza en 6,69 euros, un 11,5% por encima.

Con este importe ya sobre la mesa, desde Inmobiliaria Carso ya se ha ido dando entender a interesados que sus planes distan mucho de poner sobre la mesa una oferta muy superior a los 7 euros, importe que puede justificar ante la CNMV tanto por la referencia de la ampliación, como por la cotización del grupo en los últimos meses, ya hay que remontarse hasta octubre del pasado año para ver a la constructora por encima de ese nivel.

Uno de los ases que se ha reservado la familia Koplowitz tiene que ver con cualquier ansia de una gran compra de acciones por parte de Slim, ya que, al mismo tiempo que han eliminado la necesidad de recibir el apoyo del 50% de los accionistas para decisiones estratégicas como fusiones, transferencia de la sede al extranjero o emisiones de nuevas clases de acciones, los dos socios han pactado que una hipotética exclusión de FCC de bolsa exigiría el consenso de la saga fundadora. Ahí sí, las Koplowitz pondrían el precio.

Despacito y buena letra. Carlos Slim va poco a poco dando pasos adelante para hacerse con el control absoluto de FCC, una aspiración que tenía hasta ahora como principal escollo el equilibrio de poderes pactado con la familia Koplowitz. Pero éste ha dado un vuelco de 180 grados con el nuevo acuerdo de accionistas sellado entre las dos partes, cuya primera gran consecuencia es el asalto al consejo que llevará a cabo el mexicano.

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