El súper más caro de España descongela salarios y absorbe su división inmobiliaria

La mejoría del consumo ha llegado a la cuenta de resultado de las grandes superficies y hasta de los supermercados que por sus precios eran prohibitivos para la mayoría de los ciudadanos. Es el caso de Sánchez Romero, que ha vuelto a los beneficios después de varios años de pérdidas. Una mejoría que le ha permitido descongelar los salarios de los empleados y hasta absorber la división inmobiliaria dueña de los establecimientos.

El pasado 12 de noviembre se llevó a cabo la fusión de Supermercado Sánchez Romero SL con Sánchez Romero División Inmobiliaria, una operación para fortalecer el balance de la primera, que hasta hace bien poco estuvo muy presionada por la banca -ING y Banco Sabadell- dados sus problemas para hacer frente a una deuda conjunta de unos 20 millones de euros. Ambas entidades le impusieron un severo ajuste de costes en 2012, que se extendió hasta el pasado ejercicio. Una transacción para ahorrarse los costes financieros que le suponía pagar a la sociedad propietaria de los inmuebles un crédito de más de ocho millones al 5,78% de interés.

Los principales damnificados por este plan de adelgazamiento fueron los cerca de 250 empleados de la cadena, que vieron sus salarios brutos rebajados un 12,6%. Como el sueldo medio de los trabajadores era de unos 1.000 euros, sus ingresos se vieron disminuidos en unos 100 euros al mes o 1.200 al año. Es decir, dejaron de cobrar un mes, medida que permitió a Sánchez Romero reducir los costes salariales desde los 7,2 millones de euros anuales en 2012 hasta los 5,8 millones en el pasado ejercicio, incluidas indemnizaciones.

Como el grupo entró en beneficios en el año fiscal acabado el 31 de enero de 2015, al obtener unas ganancias de 292.000 euros, con una facturación de 29,9 millones (32,11 millones en 2014), los bancos han relajado sus exigencias a Sánchez Romero, que al mismo tiempo ha levantado el castigo a sus empleados. La compañía asegura que “se ha alcanzado un acuerdo definitivo con los representantes de los trabajadores para poner fin al expediente abierto en los ejercicios finalizados al 31 de enero de 2014 y al 31 de enero de 2015 relativo a una modificación sustancial de las condiciones salariales, y cesar en la aplicación de sus medidas”.

Además de apretar el bolsillo de los empleados, Sánchez Romero rebajó también los precios con el objetivo de atraer a más clientes e intentar sin éxito desaparecer del primer puesto del podio de la OCU como el supermercado, con diferencia, más caro de España. “En este último plano de actuación, la atención a los márgenes comerciales ha sido un factor muy importante de gestión al objeto de haber alcanzado un equilibrio entre los precios de venta y el margen asociado, con el objetivo de poder ser competitivos en el mercado sin que ello haya tenido un impacto negativo en la cuenta de resultados”, asegura la memoria de la compañía.

Una nueva política de precios al por menor que tuvo su reflejo en la cifra de negocio de la cadena, que pese a caer desde los 32,11 a los 29,9 millones, se congratuló de que las ventas en superficie comparable se incrementaron un 2%. Esto se debe a que el grupo cerró uno de sus establecimientos en la Comunidad de Madrid, en concreto el situado en Majadahonda.

Todo un alivio para una empresa que, además de sus problemas operativos y financieros, tuvo que hacer frente a una sanción de 88.000 euros por parte de la Agencia Tributaria y que ahora se ha permitido el lujo de poder comprar en propiedad las oficinas centrales situadas en la capital. En parte gracias a la activación de créditos fiscales por 157.000 acumuladas por las pérdidas de los últimos ejercicios.