La banca exige ajustar cuentas a Sánchez Romero, el supermercado más caro de España

Los negocios minoristas son uno de los que más rápido sufren la crisis del consumo en España. Uno de los últimos en ser presa de la grave caída de las compras es Sánchez Romero Supermercados, el grupo madrileño de distribución conocido por ser el más elitista y caro de España. Según fuentes financieras, ING y CAM (ahora Banco Sabadell) le han dado siete meses para cumplir con sus obligaciones de deuda.

Fuentes de la acreedora aseguran que Sánchez Romero Supermercados lleva cerca de tres años de caídas continuas de ventas, lo que le ha afectado a su resultado de explotación. En concreto, indican que su facturación ha ido cayendo desde los 45 hasta los 38 millones de euros pese a la apertura de un nuevo centro, en la acomodada zona de Pozuelo de Alarcón.

En consecuencia, la empresa ha tenido dificultades para hacer frente a sus compromisos con la banca, a la que adeuda unos 20 millones de euros. Por ese motivo, a finales del pasado año alcanzó un acuerdo con el banco holandés y la caja alicantina para presentar un plan de viabilidad en siete meses para superar unas pérdidas que se calculan en un millón de euros. Otras fuentes indican que ese plazo finaliza próximamente, por lo que la compañía debe de rendir cuentas si quiere evitar decisiones más dolorosas.

Lo bueno de Sánchez Romero es que la compañía, a través de su filial inmobiliaria, es dueña de casi todos los inmuebles de los nueve supermercados que tiene en los mejores barrios de Madrid. Se estima que sus locales pueden tener un valor de unos 45 millones de euros, por lo que podría hacer frente a su deuda. Gracias a ese patrimonio, el grupo de distribución fundado hace más de 50 años podría encontrar una solución a sus apuros financieros.

Según fuentes próximas a los acreedores, la salvación podría venir por la venta con opción de alquiler o lease back de sus inmuebles a inversores inmobiliarios, tal y como han hecho la mayoría de las entidades financieras españolas, sobre todo Banco Santander y BBVA. La enajenación de sus súper le permitiría ingresar dinero suficiente para cumplir con la banca y seguir funcionando con normalidad. La compañía, que está siendo auditada por Deloitte, no ha respondido a la petición de información de este medio para conocer su versión.

Sánchez Romero es considerado uno de los cuatro supermercados más caros de España, junto con el también madrileño Proxim, el bilbaíno Ercorera y el gerundense Valvi, según el último informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).  Sus establecimientos están ubicados en las zonas de mayor renta per capita de la capital, como Mirasierra, Paseo de la Castellana, Corazón de Maria, Arturo Soria, Moraleja, Puerta de Hierro y Sor Ángela, así como en los municipios más adinerados, como Pozuelo de Alarcón y Majadahonda. Su oferta es considerada como una de las de mayor calidad del sector.

Una cesta con mucha deuda

La difícil situación de Sánchez Romero no es una excepción. Más bien es la norma de un sector que se ha visto muy afectado por la crisis del consumo y por la estrategia demoledora de Mercadona. Uno de los que peor lo ha pasado es Dínosol, la cadena de supermercados que finalmente acabó en manos de la banca por el impago de la deuda de 400 millones de euros de su máximo accionista, Permira, el fondo de capital riesgo.

El grupo, que opera bajo la marca Supersol principalmente en Canarias, Andalucia y Madrid, finalmente ha sido vendido a un grupo de inversores lituanos bajo el nombre de Maxima. La compañía había ido a parar al balance de sus acreedores, como Bankia, Société Générale, Lloyds y Prudencial. Otro que lo está pasando muy mal es Eroski, que en 2010, últimas cifras oficiales, perdió más de 85 millones.