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De cómo la Agencia Tributaria se convirtió en el segundo accionista de Cleop
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en concurso de acreedores desde junio de 2012

De cómo la Agencia Tributaria se convirtió en el segundo accionista de Cleop

Hacienda se adjudica bienes -que pueden ser también acciones- de empresas de las que no puede cobrar y después las subasta

Foto: El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. (EFE)
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. (EFE)

Hace pocos días un juzgado dictó una resolución que incluía una dura reprimenda a la Agencia Tributaria. El juez le echaba en cara que hubiera presentado un recurso pidiendo la nulidad de un convenio de acreedores y, al mismo tiempo, pidiera acogerse a uno de los puntos del mismo, el que permitía cobrar en metálico en lugar de capitalizar la deuda. Ni una cosa ni otra le concedió el juez a Hacienda, recordándole que no se puede estar en misa y repicando ni presentar recursos con cinco meses de retraso.

Así, cuando se haga efectivo el convenio en cuestión, la Agencia Tributaria se convertirá en el segundo máximo accionista de la constructora Cleop (Compañía Levantina de Obras Públicas), en concurso de acreedores desde junio de 2012. No es un hecho excepcional. Hacienda se adjudica bienes -que pueden ser también acciones- de empresas de las que no puede cobrar y después las subasta.

Pero en el caso de Cleop va a tener un poco más complicada su desinversión, fundamentalmente porque se trata de una compañía cotizada. La histórica constructora valenciana -que ya ha vivido al menos otras dos suspensiones de pagos sonadas en su vida, siempre superadas con quitas- cotiza en el Mercado Continuo, si bien está suspendida desde que se declaró en concurso. La venta de un paquete de acciones como el que tendrá la Agencia Tributaria, 1,2 millones de acciones, representantes del 9,6% del capital tropezará con la que intentarán hacer las hasta 603 empresas e instituciones que también se convertirán en accionistas de la empresa fruto del convenio . 

En el caso de Cleop Hacienda va a tener un poco más complicada su desinversión, fundamentalmente porque se trata de una compañía cotizada

Fontaneros, carpinteros, electricistas… Toda clase de proveedores de Cleop forman parte de la lista que en su día se hizo pública y que implica la capitalización de la deuda. Facturas de pocos cientos de euros se convertirán en acciones. Pero también la millonaria deuda de la constructora con Hacienda, 7,2 millones. El convenio permitía o capitalizar ahora o cobrar en metálico dentro de unos años. La Agencia Tributaria no pidió en el momento oportuno lo segundo, que es lo que reclama ahora. Y será accionista.

Lo será también junto a siete ayuntamientos, como los de Valencia; Castellón o Alicante, las sociedades rectoras de las bolsas de Barcelona o Bilbao, el lobby Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), o la Generalitat Valenciana. Solo el presidente de Cleop, Carlos Turró, tendrá más acciones, ya que tras el proceso de canje se quedará con el 26,1%. 

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Lo que está por ver es cuál será la quita real a la que se enfrenten los accionistas sobrevenidos en Cleop. La operación de canje es de una acción por cada seis euros. Este precio es mucho más elevado que el valor al que quedó parado el 12 de junio de 2012 cuando la empresa presentó concurso de acreedores y que era de 1,15 euros.

Si cuando Cleop vuelva a cotizar ese precio se mantuviera -algo muy dudoso, ya que durante estos años otras dos filiales del grupo han caído en el concurso: la inmobiliaria Inmocleop y la expectora de servicios de grúa Servicleop-, los acreedores asumirían una quita del 80%. Pero si el carpintero, el electricista o el cristalero se ponen a vender al mismo tiempo para tratar de cobrar algo de sus facturas cuanto antes, el precio de la acción se desplomará. Y de ahí a recuperarse hay un trecho. 

Mientras, la Agencia Tributaria tendrá que valorar si tiene sentido vender su paquete de acciones a un precio de risa o ejercer como segundo accionista de la compañía. De momento la sociedad está esperando el último visto bueno del juez para ejecutar la ampliación de capital con la que canjeará miles de facturas por nuevas acciones. 

Hace pocos días un juzgado dictó una resolución que incluía una dura reprimenda a la Agencia Tributaria. El juez le echaba en cara que hubiera presentado un recurso pidiendo la nulidad de un convenio de acreedores y, al mismo tiempo, pidiera acogerse a uno de los puntos del mismo, el que permitía cobrar en metálico en lugar de capitalizar la deuda. Ni una cosa ni otra le concedió el juez a Hacienda, recordándole que no se puede estar en misa y repicando ni presentar recursos con cinco meses de retraso.

Concurso de acreedores Generalitat Valenciana
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