Room Mate prepara su primera emisión de bonos tras sanear su deuda

Borrón y cuenta nueva. Así ha comenzado el año Room Mate, la cadena hotelera de Kike Sarasola, que ha aprovechado el ejercicio 2014 para sanear su balance y refinanciar sus deudas tras los duros siete años de crisis económica. El pasado mayo, la junta general de accionistas del grupo dio luz verde a una operación acordeón por la cual se redujo a cero el capital social del grupo y, posteriormente, se realizó una ampliación de 60.000 euros, con una prima de asunción de 4,36 millones de euros.

Con este movimiento, Room Mate ha reestablecido el equilibrio patrimonial de la compañía, tras haber buscado sin éxito la entrada de un socio por medio de una ampliación de capital. A pesar de los difíciles momentos que ha atravesado el sector turístico en los últimos tiempos, el núcleo duro de la compañía siempre se ha mantenido firme en su posición de aguantar y no malvender activos, ni capital, con el propio Sarasola, dueño del 43%, y Sandra Ortega, dueña de otro 30% a través de Rosp Corunna, a la cabeza.

Esta postura está detrás de la jugada que ha diseñado Room Mate para seguir adelante, que consiste en refinanciar su deuda hasta 2018, dejar en un segundo plano la idea de ampliar capital e intentar salir al mercado de bonos, según ha confesado el propio Kike Sarasola. Dentro de este esquema, Ortega ha amortizado anticipadamente un crédito de 10,31 millones de euros que tenía prestado al grupo y ha inyectado esta misma cantidad como fondos propios, bajo la fórmula de "aportación de socios para reposición de pérdidas".

Este paso permite sanear deudas sin modificar el actual reparto accionarial, ya que el crédito en sí mismo ha quedado extinguido, pero con el compromiso de todos los socios de devolver este importe a Ortega con los fondos que capten saliendo al mercado, operación en la que ha empezado a trabajar la compañía.

El primer paso ya se ha dado. En diciembre, la empresa se transformó en SA (sociedad anónima), frente a la forma jurídica de SL (sociedad limitada) que tenía hasta ahora. El segundo se está empezando a analizar ahora, con un testeo de posibles inversores. Aunque todavía está en una fase muy inicial, el deseo de Sarasola es emitir deuda este mismo año, con el MARF como mercado natural, en una colocación dirigida a compensar el préstamo de Ortega.

Este reto supone una emisión mínima de 10 millones, ya que todos los socios se han comprometido con Ortega a devolverle por esta vía el préstamo que aceptó extinguir el pasado ejercicio para lograr así refinanciar la deuda del grupo. Rosp Corunna Participaciones tiene prestados otros 17 millones de euros a la compañía.

Con el balance saneado, además de trabajar en su salida al mercado, Room Mate está centrado en cumplir su plan de expansión, que contempla alcanzar hasta 5.000 habitaciones en tres años, así como en el crecimiento de Be Mate, la plataforma online de apartamentos lanzada por Sarasola en septiembre y en la que también participa Rosp Corunna.

Sólo en los próximos 15 meses, Room Mate prevé abrir 9 nuevos establecimientos: tres en Barcelona, dos en Estambul y uno en Miami, Rotterdam, Milán, y Málaga. Todos estos proyectos, ya firmados y en fase de construcción, supondrán un incremento del 60% del número de habitaciones, hasta sumar un total de 2.021.

El accionariado de Room Mate se reparte entre Tafay 2000 (sociedad de Kike Sarasola), que tiene el 43%; Rosp Corunna, con el 30%; Basohon Investment (14%); Berbaz Familiar (6%), Ergocrático (4%) y Gorka Atorrasagasti (3%).