La última oportunidad del presidente de Damm: que la Audiencia rebata al Supremo

Al presidente de Damm, Demetrio Carceller Arce, sólo le queda una bala en la recámara para evitar sentarse en el banquillo de los acusados por defraudar a Hacienda. El empresario catalán espera que la Audiencia Nacional acuerde nuevamente su sobreseimiento y así le eviteenfrentarse a una pena de catorce años de cárcel. Sin embargo, fuentes jurídicas del caso consultadas por El Confidencial explican que esta opción es remota teniendo en cuenta que el Tribunal Supremo ya entendió que hay indicios de delito contra él. Mientras tanto, le queda algo más de una semana para pagar una fianza de 236 millones de euros que no puede evitar de ninguna de las maneras.

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidió en enero de este año quitar la razón al instructor Pablo Ruz y ordenar el sobreseimiento libre de Carceller Arce en contra de su criterio. En un auto, el tribunal, presidido por Alfonso Guevara y con Guillermo Ruiz de Polanco como ponente, aseguró que de la investigación abierta a Demetrio Carceller Coll, padre del primero, no podía deducirse que su hijo formara parte de la trama de fraude fiscal organizada durante más de veinte años por su antecesor y a través de la cual habría defraudado 72,04 millones de euros. La Audiencia llegó a la conclusión de que al presidente de la cervecera “ha de atribuirse meramente la actividad dirigida a supervisar, controlar las inversiones de su padre y a recibir información sobre las mismas”. Eso no legitimaría, en el parecer de la Audiencia, las conclusiones fundamentales de Ruz al atribuir al imputado “participación activa en la gestión del patrimonio de su padre” y en “la creación de la estructura para canalizar y ocultar las inversiones de su padre”. Es más, el tribunal llegó a calificar de “actividad marginal” la participación de Carceller Arce.

El Alto Tribunal ya confirmó la existencia de indicios

Tanto la Fiscalía Anticorrupción como la Abogacía del Estado, que llevan la acusación, recurrieron ante el Tribunal Supremo la decisión al entender que se estaba denegando el acceso al enjuiciamiento, de manera no justificada y el Alto Tribunal les dio la razón. El Supremo coincidió con Ruz, con la Fiscalía y con la Abogacía del Estado (en representación de la Agencia Tributaria) en que hay indicios de delito respecto de los hechos imputados, como son que participó activamente en la gestión del patrimonio de su padre, especialmente en las inversiones inmobiliarias de Arizona (Estados Unidos), “articulando las estructuras societarias necesarias para ocultar las rentas generadas y colaborando en la simulación de la residencia de su padre fuera de España”. Además, intervino en la creación de la estructura para canalizar y ocultar las inversiones de su padre en centros comerciales de Arizona mediante la creación de sociedades en las Antillas Holandesas. Para la Audiencia, la gestión del presidente de Damm del negocio familiar no significó que lo controlara, sin embargo, para el Supremo “la pretendida diversidad entre gestionar y controlar la gestión es, en ausencia de mayores matizaciones, indiferente”.

Decisión “precipitada”, para Carceller

Tras esta revocación por parte del Supremo, Ruz dio el siguiente paso y acordó la transformación a procedimiento abreviado de las diligencias como paso inicial para concluir la instrucción. Mientras que Carceller Arce ha recurrido de nuevo esta decisión, el instructor ha zanjado la investigación y ha acordado la apertura de juicio oral fijando al empresario el pago, en diez días, de 236 millones de euros, en concepto de fianza civil. Otras fuentes consultadasconsideran, sin embargo, que Ruz no podía dar este último paso hasta que la misma Sala que acordó en su día su sobreseimiento resuelva de nuevo el último recurso que tiene pendiente. Les resulta “sorprendente” que el juez no haya esperado a la firmeza del auto de transformación antes de decretar la apertura de juicio oral, como, a su juicio, “suele ser habitual” y califican de “precipitada” su resolución.

Por su lado, otras fuentes jurídicas explican que el recurso no es suspensivo y Ruz debía cerrar ya la instrucción una vez que el Supremo le ha dado la razón. Ahora, la pelota está de nuevo en Ruiz de Polanco, quien, a punto de jubilarse, debe decidir si saca del caso a este poderoso empresario catalán o si cumple con las directrices del Supremo ante el último recurso interpuesto por el imputado. Estas fuentes consultadas explican que el tribunal tiene poco margen de maniobra una vez que su instancia superior ya ha certificado que sí hay indicios contra Carceller.