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ACS aprueba con nota su tercer intento de vender bonos con la ayuda de Iberdrola
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CON UNA SOBREDEMANDA DE CINCO VECES Y MEDIA

ACS aprueba con nota su tercer intento de vender bonos con la ayuda de Iberdrola

A la tercera ha ido la vencida, aunque haya tenido que ser con la garantía de Iberdrola. ACS cerró ayer con rotundo éxito su primera emisión de bonos

Foto: El presidente de ACS, Florentino Pérez, durante su intervención hoy la Junta General Ordinaria de Accionistas. (EFE)
El presidente de ACS, Florentino Pérez, durante su intervención hoy la Junta General Ordinaria de Accionistas. (EFE)

A la tercera ha ido la vencida, aunque haya tenido que ser con la garantía de Iberdrola. ACS cerró ayer con rotundo éxito la primera emisión de bonos de su historia. La operación captó una demanda de 4.000 millones de euros, lo que supone una sobresuscripción de 5,5 veces el importe sacado al mercado. Además, el precio de colocación estuvo en la parte baja del rango, lo que supone un buen ahorro de costes para la constructora.

La emisión, que iba a haberse realizado el pasado martes, fue aplazada hasta ayer viernes al conocerse los problemas que el grupo que preside Florentino Pérez estaba teniendo con Castor, el almacén de gas subterráneo que tanto dolores de cabeza ha dado a la compañía y al Ministerio de Industria en las últimas 72 horas. Asimismo, las informaciones sobre el presunto soborno cometido por los directivos de Leighton, su filial australiana, y el desplome en bolsa de esta subsidiaria y de Hochtief aconsejaron esperar que amainara la tormenta.

Finalmente, Société Générale y Mediobanca, los bancos colocadores, salieron este viernes al mercado para vender la primera emisión de bonos en la historia de ACS. Y la respuesta de los inversores fue inequívoca. Pusieron órdenes de compra por cerca de 4.000 millones, frente a los 720 millones del importe de la emisión. Fuentes financieras explican que el éxito se debe principalmente a la solidez del subyacente, que no es ACS, sino Iberdrola, ya que el bono es canjeable en parte de las acciones de la eléctrica que están a nombre de la constructora, aunque su dueño real es Natixis.

Sea como fuera, el exceso de demanda ha permitido a ACS poner el precio de los bonos en la parte baja del rango, que oscilaba entre el 2,6 y el 3,4%. Finalmente, el diferencial se ha fijado en 2,62%, mientras que la conversión se ha establecido en 5,77 euros por cada título de Iberdrola. Este precio supone una prima del 35% respecto a la cotización de la compañía energética, cuando la horquilla iba entre el 28 y el 35%. Los títulos de la multinacional que preside Ignacio Sánchez Galán concluyeron la semana bursátil a 4,308 euros por acción.

ACS destinará a garantizar y canjear los bonos los títulos de Iberdrola del paquete que tiene de forma indirecta a través de un contrato de derivados ('equity swaps') con Natixis. El 2% de Iberdrola que el grupo constructor destinará a esta operación constituye casi la mitad de la participación de alrededor del 5% que le queda en la eléctrica. El grueso de ella, un 4,8%, se canaliza en el contrato de derivados con el banco francés, que vence a principios de 2015.

La emisión otorga además a la constructora la posibilidad de vender una "parte significativa" de su porcentaje en Iberdrola. En concreto, establece que, ACS, como emisor, "tiene la opción de devolver el principal mediante la entrega de acciones de Iberdrola en cualquier situación, incluso en el caso de que el inversor opte por la amortización anticipada o que a vencimiento no se alcance el precio de conversión". Además, a partir del 12 de noviembre de 2016, tendrá la opción de amortizar anticipadamente los bonos a la par si el valor de las acciones de Iberdrola superaran el 130% del precio de canje durante, al menos, veinte días bursátil en cualquier periodo de treinta días bursátiles consecutivos".

ACS había intentado acudir a los mercados de capitales en dos ocasiones. Primero fue en el verano de 2010 cuando contactó con inversores institucionales para sondear una emisión de bonos con la que reforzar su capital. En otoño de ese año, intentó la misma operación, pero entre pequeños ahorradores al no haber podido convencer a los profesionales. La CNMV no le aprobó la transacción por el riesgo que contraía para los inversores particulares, tal y como adelantó El Confidencial en aquellos días.

A la tercera ha ido la vencida, aunque haya tenido que ser con la garantía de Iberdrola. ACS cerró ayer con rotundo éxito la primera emisión de bonos de su historia. La operación captó una demanda de 4.000 millones de euros, lo que supone una sobresuscripción de 5,5 veces el importe sacado al mercado. Además, el precio de colocación estuvo en la parte baja del rango, lo que supone un buen ahorro de costes para la constructora.

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