El bloqueo se agrava: el PSOE se frena, el PP crece, Vox duplica y Cs se hunde
El panorama que arrojan las nuevas elecciones es aún más endiablado que el de abril: ni las izquierdas ni las derechas suman y Rivera ya no podrá desbloquear nada
Las nuevas elecciones no han traído, de momento, la solución al bloqueo. Al contrario, y según el 81,75% escrutado, la solución para formar gobierno parece aún más complicada. Según el recuento oficial, el PSOE ha ganado las elecciones con 122 escaños, uno menos que en abril. El PP crece y lograría 85 escaños frente a los 66 de abril. Vox más que duplica sus resultados y pasaría de 24 escaños a 53, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país. Por su parte, Unidas Podemos bajaría de 42 a 35. Y Ciudadanos se hunde -Albert Rivera puede ofrecer esta misma noche su cargo si se confirman estas previsiones- y pasaría de los 57 parlamentarios actuales a solo 10.
Lejos de aclararse, el panorama que sale de estas elecciones -planificadas desde Moncloa en el mes de julio cuando se sabía que la sentencia del 'procés' marcaría la campaña- es auténticamente endiablado. La suma de las izquierdas -PSOE, Unidas Podemos y la residual entrada del Más País de Íñigo Errejón, que lograría dos escaños por Madrid, el suyo y el de Inés Sabanés, y uno de Compromís en Valencia- y las derechas -PP, Vox y Cs- ofrecen un hemiciclo completamente dividido entre el bloque de las derechas -PP, Vox y Cs más Navarra Suma- frente a PSOE, Unidas Podemos y Más País. De la ecuación para formar alianzas distintas ha salido dinamitado Ciudadanos: sus 10 escaños no le sirven de nada ya a Pedro Sánchez, por mucho que en esta campaña Rivera le levantara el veto a pactar.
Las dos únicas posibilidades de investidura que se dibujan ahora tras esta nueva cita con las urnas son o bien un nuevo Gobierno 'frankenstein' con el PSOE, Unidas Podemos, Más País, PNV, ERC y Junts -algo que se antoja ahora mismo imposible tras las jornadas de violencia en Cataluña y las continuas descalificaciones cruzadas entre Moncloa y la Generalitat- o una abstención del PP para que el PSOE gobierne en minoría y pacten el apoyo en Presupuestos y los grandes asuntos del Estado. Hasta la convocatoria de unas nuevas elecciones. Esta segunda opción, también negada por activa y por pasiva por Pablo Casado durante la campaña -su "no es no" a Sánchez parece inamovible- lo es aún más con la posición de fuerza que le da el medio centenar de diputados a Vox. Si el PP se aviene a facilitar la investidura de Pedro Sánchez, todos los expertos vaticinan un nuevo trasvase de votos desde el PP a Vox.
En definitiva, lo que en julio parecía un "plan redondo" puede acabar convertido en un fiasco rotundo. El PSOE, con menos escaños y menos compañeros de viaje para pactar; con el PP fortalecido, pero no lo suficiente como para ser alternativa de Gobierno y con la disyuntiva de tener que facilitar el desbloqueo mientras nota el aliento de Vox; con la extrema derecha doblando diputados y dispuesto, ahora sí, a marcar agenda (ya no solo en Andalucía, Madrid o Murcia, también en la Carrera de San Jerónimo). Con el centro político que representaba Ciudadanos prácticamente diluido y pensando en la refundación desde sus bastiones territoriales donde conserva el cogobierno con el PP.
Vox, según la encuesta, ganaría en feudos del PP como Murcia y empataría prácticamente con los de Casado en la Comunidad de Madrid. Además, la suma de PP, Vox y Cs seguiría ganando en Andalucía a la suma de PSOE y Unidas Podemos.
Para complicar aún más la gobernabilidad, en el Congreso, los proetarras de Bildu tienen ahora la compañía de la extrema izquierda independentista y radical de la CUP (2), cuya intención declarada es dinamitar el Estado desde los escaños. El nuevo partido que comienza a disputarse ahora se hará en peores condiciones que lo vivido tras las elecciones de abril. En el bloque de los nacionalistas, el PNV lograría 6 o 7 diputados; ERC 13; Junts 6-7, BNG uno... También entraría en el Congreso la plataforma Teruel Existe con un diputado mientras que Coalición Canaria tendría 2 o 1 y el PRC de Revilla lucharía por no perder su único escaño. Con este panorama, ¿quién será el primer líder que empiece a hablar de una tercera convocatoria electoral?
Normalidad en el 10-N y más abstención
La jornada de este 10-N se ha desarrollado con normalidad prácticamente en toda España. Después del fracaso del Tsunami Democratic, incapaz de movilizar en la jornada de reflexión a más de 7.000 fieles, según la Guardia Urbana, cuando habían amenazado con concentrar a 300.000 en Barcelona, el dispositivo de seguridad estaba preparado para afrontar cualquier intento de alterar el desarrollo normal de las elecciones. Algo que, al final, no ha sucedido: salvo los incidentes de la noche del sábado protagonizados por unas decenas de radicales, no ha habido ningún otro incidente reseñable.
En cuanto a la participación, los dos datos de avances reflejaban una caída de la misma en más de cuatro puntos con respecto a las elecciones de abril, que fueron casi históricas. Finalmente, y con más del 80% escrutado, la participación se ha situado en más del 69%, una cifra que acabará rebajada cuando se compue el voto por correo que, en esta ocasión, ha sido 25 puntos menor que en abril.
Las nuevas elecciones no han traído, de momento, la solución al bloqueo. Al contrario, y según el 81,75% escrutado, la solución para formar gobierno parece aún más complicada. Según el recuento oficial, el PSOE ha ganado las elecciones con 122 escaños, uno menos que en abril. El PP crece y lograría 85 escaños frente a los 66 de abril. Vox más que duplica sus resultados y pasaría de 24 escaños a 53, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país. Por su parte, Unidas Podemos bajaría de 42 a 35. Y Ciudadanos se hunde -Albert Rivera puede ofrecer esta misma noche su cargo si se confirman estas previsiones- y pasaría de los 57 parlamentarios actuales a solo 10.