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El PSOE exhibirá mano dura con Rajoy y le avisará de que no le dará estabilidad
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EL SEGUNDO DEBATE DE INVESTIDURA DEL CANDIDATO DEL PP

El PSOE exhibirá mano dura con Rajoy y le avisará de que no le dará estabilidad

Antonio Hernando protagoniza el discurso más complicado de su carrera: tras semanas de mutismo, el que fue escudero de Sánchez defenderá el viraje a la abstención por "el interés general"

Foto: Antonio Hernando, junto a Miguel Ángel Heredia, Isabel Rodríguez y Meritxell Batet, este 26 de octubre en el debate de investidura de Mariano Rajoy. (EFE)
Antonio Hernando, junto a Miguel Ángel Heredia, Isabel Rodríguez y Meritxell Batet, este 26 de octubre en el debate de investidura de Mariano Rajoy. (EFE)

Un total de 312 días después, la investidura se toca ya con la punta de los dedos. Habrá presidente del Gobierno y será Mariano Rajoy. Despejada desde hace días la gran incógnita de quién ocupará La Moncloa en esta legislatura, y esquivado el riesgo de unas terceras elecciones, casi lo menos importante es el debate de investidura en sí, el definitivo, porque ya se da por descontado el resultado, y el presidente del PP se ufana siempre de ser un político previsible. El morbo está y seguirá estando en el PSOE. En cómo solemniza su costosísimo viraje a la abstención y en cuántos pelos más se deja en la gatera. Porque sigue estando en el punto de mira su fractura interna y también el comportamiento de quien hasta el 1 de octubre fue su secretario general, Pedro Sánchez, ya reaparecido pero aún sin dar pistas sobre su futuro inmediato.

Foto: El portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, al lado del portavoz de la gestora, Mario Jiménez, este 26 de octubre en la sala Constitucional del Congreso. (EFE)

Los socialistas cambian de piloto para la última sesión de investidura. Antonio Hernando se estrena como presidente-portavoz del Grupo Socialista, como el encargado de dar la réplica al candidato popular. En las tres últimas semanas, ha estado acoplándose a su nuevo cargo, pasando de la exposición mediática diaria al completo mutismo. Ni una palabra a las cámaras y a los micrófonos después de la defenestración de Sánchez, de quien fue su leal escudero hasta el fatídico 1 de octubre. Hernando ha completado su viaje orgánico, emigrando del "no es no" a la abstención y alineándose por completo con la gestora que preside Javier Fernández. Este jueves le tocará hacer la puesta en escena pública, para combinar la mano dura contra Rajoy y al mismo tiempo anunciar la abstención que le entregará en segunda vuelta, el sábado, y para advertir al próximo presidente de que no puede contar con el PSOE para que proporcione estabilidad a su Gobierno.

El discurso del portavoz "no será de trámite", dado el "complicadísimo" momento que vive el partido, del que recordará su historia al servicio de España

El portavoz ha preparado durante días su discurso para la investidura. Quizás el más complicado de toda su trayectoria política. En su entorno, garantizan que no será "de trámite". "Es consciente del complicadísimo momento que atraviesa el PSOE y de la dificultad de la decisión adoptada por el comité federal [del pasado domingo] para desbloquear la situación política y evitar las terceras elecciones", aducen. Por eso, "recordará la historia del partido que, sin perder nunca sus convicciones, siempre ha puesto por delante los intereses de los españoles". Ya lo adelantó este miércoles, tras la alocución de Rajoy, Isabel Rodríguez, portavoz adjunta del Grupo Socialista: el PSOE se abstendrá por responsabilidad: "Por nuestro país". Porque es el único partido, alegó, que pone por delante España a sus intereses partidarios, cosa que no hacen ni el PP ni los emergentes, que se han declarado "incompetentes" para arreglar los problemas del país.

Antonio Hernando abandona el Congreso sonriente y sin decir palabra

Toque de atención a Podemos

Hernando, según fuentes de su círculo más cercano, reconocerá la "responsabilidad de todos los partidos, y también del PSOE, en este año de bloqueo político"; 312 días ya de parálisis que solo han contribuido a "agravar" las dificultades de los ciudadanos. Entonces podrá calzar el sopapo a Podemos, porque si llega este debate de investidura —el tercero de este 2016—, es porque Podemos "impidió votando con el PP la investidura de Pedro Sánchez".

Foto: Isabel Rodríguez, portavoz adjunta del Grupo Socialista, en los pasillos del Congreso tras el discurso de investidura de Mariano Rajoy, este 26 de octubre. (EFE)

Los socialistas tienen que explicar tanto su no en la primera votación (hoy) como su abstención 48 horas después (el sábado). Por eso, Hernando repetirá que al PSOE le "sobran las razones" para rechazar una y mil veces la reelección de Rajoy después de cinco años de "recortes, limitación de derechos y corrupción". Y agregará que los españoles "no merecen unas nuevas elecciones, que serían un desastre para España y además podrían dar un resultado parecido y mantener el bloqueo". El partido se abstendrá, defenderá, "en beneficio del interés general de los españoles y de la democracia".

Hernando dejará "muy claro" a Rajoy que abstenerse en segunda vuelta en la investidura "no es ni mucho menos un apoyo a su Gobierno y a sus políticas"

Pero el PSOE solo contribuirá a desbloquear la situación. Fuentes de la cúpula parlamentaria insistían ayer en que el portavoz dejará "muy claro" a Rajoy que abstenerse en segunda vuelta en la investidura "no es ni mucho menos un apoyo a su Gobierno y a sus políticas". Fernández ya adelantó este martes que el nuevo Ejecutivo tendrá que buscar aliados para sus Presupuestos, su primer gran reto, y no fijarse en el PSOE, pues no los respaldará. Más aún, Hernando subrayará que su partido actuará como líder de la oposición desde el primer minuto, "buscando acuerdos para aprobar una serie de medidas urgentes que reviertan los recortes y cambien las políticas de un PP en clara minoría en el Congreso".

Detalles del discurso de investidura de apenas una hora de Mariano Rajoy

Esos serán los pilares sobre los que pivotará el discurso de Hernando. Un dirigente eficaz en la tribuna y en los medios y que exhibirá un perfil "serio, duro y responsable" en su réplica a Rajoy. Esa es la doble faceta que quiere vender la nueva dirección socialista: comportamiento implacable con el PP, pero al mismo tiempo una actitud abierta al "diálogo" y responsable con el país. Pero eso no quita para que Hernando sea consciente de que, como dicen muchos de sus compañeros, tiene ante sí "un papelón": protagonizar un cambio completo de discurso intentando resultar convincente y sin perder credibilidad.

Con la ayuda también de José Enrique Serrano

El portavoz ha trabajado su discurso con su equipo en el Congreso, con aportaciones de varios diputados y con el apoyo del jefe del Gabinete jurídico del grupo, José de Francisco, exsecretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios, y de un veterano 'monclovita', el exdiputado José Enrique Serrano, director de Gabinete de los presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y fiel 'funcionario' y fontanero de todos los líderes socialistas. De hecho, integró el comité negociador de Sánchez en la pasada legislatura y continuó siendo después uno de sus asesores de cabecera, aunque era de los partidarios de la abstención al PP tras las generales del 26-J. Serrano es, a fin de cuentas, "un patrimonio del PSOE", como le reconocen sus compañeros. También ha ayudado a Hernando el director de Comunicación del grupo, el reconocido periodista Rodolfo Irago, un profesional buen conocedor del partido.

Sánchez sigue situado en el centro de atención. El exlíder reaparece 25 días después de su caída y no desvela qué hará en la segunda votación

Casi tan importante como el fondo lo será la forma. En el discurso y en las réplicas a Rajoy. Y también qué acogida tiene entre los diputados. Los sanchistas le han retirado su confianza y para los oficialistas es un dirigente capaz que contribuye a reforzar el propósito de pacificar el PSOE. Este miércoles, fue más que elocuente el gélido trato que se dispensaron Hernando y Sánchez cuando se vieron minutos antes del comienzo del pleno. El ex secretario general había anunciado por Twitter, mientras se desarrollaba la reunión de su grupo, que estaba de camino a la Cámara, y pocos minutos después de las cinco accedía a ella por el garaje, conduciendo su coche. Después entró al hemiciclo acompañado de sus escuderos César Luena y María González Veracruz, rodeado de una nube de cámaras y atosigado por los periodistas. "Os he echado mucho de menos", les decía. "¿Y el sábado, qué votará el sábado?", le preguntaron. "El sábado será otro día".

La gestora presiona uno a uno a los diputados socialistas para que se abstengan en la segunda votación

Vaqueros azules, camisa de cuadros, americana azul, sin corbata. Sánchez reaparecía, 25 días después de su decapitación, con buena cara. Él era la estrella del debate. Más que Rajoy y más que cualquier otro diputado o invitado. Fue subiendo las escaleras que le conducían a su escaño saludando a sus compañeros. A algunos con más frialdad y a otros, los que aún le son leales y que incluso piensan en mantener su no al PP, de forma más cálida. Pero destacó el gesto con Hernando. Como no podía ser de otra manera. Dio una palmadita en el brazo al portavoz, que en ese momento estaba hablando con el miembro de la gestora Ricardo Cortés. El dirigente se volvió y le estrechó la mano. Poco más.

División en el grupo

Más tarde se arrellanó en su asiento, escuchó el discurso de Rajoy, charlaba de vez en cuando con su compañero de escaño, el expresidente del Congreso Patxi López, consultaba su móvil. Acabada la sesión, se marchó, deslizándose en un pasillo atestado de nuevo de periodistas. "No me corresponde a mí hacer la valoración [del discurso de Rajoy]. Es la dirección y el grupo parlamentario quien tiene que hacerlo, no yo. Mañana votaré con mis compañeros diputados no a Rajoy. El sábado será otro día". De nuevo la incógnita en el aire, aunque entre los suyos apuestan que no se abstendrá en ningún caso.

Pedro Sánchez no despeja la incógnita sobre si votará no a Mariano Rajoy el sábado

No será este jueves el día más complicado para los socialistas. El martirio vendrá el día 29, cuando toque votar abstención. Entonces se verá si la gestora y la cúpula del grupo logran embridar a los díscolos. Hernando ya remitió un correo electrónico este miércoles a todos los diputados, para advertirles de que el mandato del comité federal es insoslayable: no cabe ni una abstención técnica, de 11 parlamentarios, ni libertad de voto. Después dirigió la reunión con sus compañeros, acompañado del portavoz de la cúpula provisional, Mario Jiménez.

Aunque se pidieron "no menos de 70 turnos de palabra", en la hora y media que se alargó el encuentro solo cupieron 16 intervenciones: 10 apoyaron la abstención en bloque, cinco demandaron flexibilidad y pidieron que, para no hacer más daño al partido, se entregasen al PP los 11 votos necesarios, y la catalana Meritxell Batet trasladó la posición del PSC, que votará no a Rajoy hoy y el sábado. Aunque no hubo amenazas directas de expulsión, sí destacaron duras intervenciones de Eduardo Madina, Soraya Rodríguez y Ciprià Císcar, que no gustaron nada a los sanchistas y que interpretaron, de hecho, como un "ajuste de cuentas". El ambiente, pues, sigue muy enrarecido. El clima no se relaja y la división sigue siendo un hecho.

Las dudas sobre los 'rebeldes'

La reunión de grupo de este miércoles no trajo sorpresas. Sirvió para constatar la fractura interna. Pero sí apuntaló la intención de la gestora de llevar a término la abstención en bloque, lo que espera que sirva como acicate para cerrar filas. 

En la dirección confían en que el número de disidentes sea el menor posible: los siete diputados del PSC (Meritxell Batet, Manuel Cruz, Mercè Perea, Lídia Guinart, Pepe Zaragoza, Marc Lamuà y Joan Ruiz), más las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera, la ourensana Rocío de Frutos, la zaragozana Susana Sumelzo y el vasco Odón Elorza. Los dos diputados de Baleares, Sofía Hernanz y Pere Joan Pons, siguen aún muy firmes en el no, pero su decisión última la tomarán pocas horas antes de la segunda votación, y obedecerán a la consigna de la presidenta de las islas, la sanchista Francina Armengol. 

La cúpula cree que al final votarán abstención la presidenta de la gestora gallega, Pilar Cancela, y las diputadas castellanoleonesas Mar Rominguera (Zamora), Esther Peña (Burgos) y Luz Martínez Seijo (Palencia), así como los dirigentes muy próximos al ex secretario general José Luis Ábalos (Valencia) y María González Veracruz (Murcia). 

Un total de 312 días después, la investidura se toca ya con la punta de los dedos. Habrá presidente del Gobierno y será Mariano Rajoy. Despejada desde hace días la gran incógnita de quién ocupará La Moncloa en esta legislatura, y esquivado el riesgo de unas terceras elecciones, casi lo menos importante es el debate de investidura en sí, el definitivo, porque ya se da por descontado el resultado, y el presidente del PP se ufana siempre de ser un político previsible. El morbo está y seguirá estando en el PSOE. En cómo solemniza su costosísimo viraje a la abstención y en cuántos pelos más se deja en la gatera. Porque sigue estando en el punto de mira su fractura interna y también el comportamiento de quien hasta el 1 de octubre fue su secretario general, Pedro Sánchez, ya reaparecido pero aún sin dar pistas sobre su futuro inmediato.

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