Sánchez: "Nuestros votantes no entenderían que Pablo y yo no llegáramos a un acuerdo"
El secretario general del PSOE responde a Iglesias que únicamente cuando se constate que el presidente en funciones fracasa en su investidura él asumirá su "responsabilidad" de liderar el cambio
Pedro Sánchez, instantes antes de comenzar su rueda de prensa en el Congreso tras su reunión con el rey Felipe VI en la Zarzuela, este 22 de enero. (EFE)
Pedro Sánchez no se pondrá ya mismo a negociar un pacto de Gobierno con Podemos. No toca. Por mucho que Pablo Iglesias haya redoblado la presión. Pero ese momento llegará en cuanto Mariano Rajoy fracase en la investidura. Entonces él asumirá su "responsabilidad" y comenzará a hablar con la formación morada y otras fuerzas políticas "con luz y taquígrafos". Pero con una premisa clara. Esta: "Los votantes de Podemos y los del PSOE no entenderían que Pablo y yo no nos pusiéramos de acuerdo". Y tiene plena confianza en que su partido, que mira vigilante cada paso que él da, le autorizará.
El secretario general del PSOE tenía por delante una dificilísima papeleta este viernes. Mientras él estaba reunido con el rey Felipe VI en el palacio de la Zarzuela -estaba citado a las doce de la mañana-, Iglesias protagonizaba una explosiva rueda de prensa en el Congreso, en la que anunció su disposición a formar Gobierno con PSOE e IU y en la que él mismo se postuló como vicepresidente. Y al tiempo que se sucedían las explicaciones del líder de la formación morada, muchos dirigentes del PSOE entraban en estado de 'shock', atónitos y expectantes ante el siguiente paso: la comparecencia de su jefe de filas, también en la Cámara Baja.
Sánchez lo hizo a las 14.21, y por espacio de unos 25 minutos. Intentó mostrar templanza y no salirse del guión esperado: primero Rajoy debe quemarse ante la Cámara, que se constate su fracaso y la pérdida de las opciones de gobierno, y luego entrará él en acción. Siempre hablando "primero de las políticas" -"programa, programa, programa", silabeó, imitando el 'claim' del exlíder de IU Julio Anguita- y luego de la configuración del Ejecutivo. Sin entrar siquiera a valorar si Iglesias puede ser su vicepresidente, si a Alberto Garzón le corresponde una cartera ministerial o si debe haber un departamento de Plurinacionalidad. No quiso responder al indiscutible golpe de efecto de Iglesias.
El líder del PSOE se enteró de la propuesta del jefe de Podemos por boca del propio Rey, pues lo había recibido minutos antes. "Entré sin un Gobierno y ahora parece que tengo todos los ministros nombrados", bromeó. Pero no hizo mayor crítica a Iglesias. Le agradeció su "predisposición" al acuerdo, evitó calificar como "falta de respeto" que no le hubiera anticipado lo que le iba a comentar al monarca (y detallar luego en rueda de prensa). Quiso aplicar elegancia y no dejarse llevar por la ansiedad. Ni siquiera se sintió "descolocado" tras el órdago de la fuerza emergente.
Sánchez insiste en que hay que ser "escrupuloso" con los tiempos y sólo si Rajoy naufraga, habrá que hablar primero de políticas y luego de cómo es el Gobierno
Recordó que ya explicó su hoja de ruta al cerrarse las urnas: "Lo dije claro: la democracia tiene sus plazos, sus procedimientos. No hay atajos. Hoy es el turno de Rajoy. Rajoy, como primera fuerza política, tiene el derecho y el deber, la obligación, de presentar su investidura". Y "sólo" si el presidente en funciones "fracasa", el PSOE responderá a su "responsabilidad y obligación", a lo que "quieren millones de españoles para que haya un Gobierno estable que lidere el cambio y que haga políticas progresistas". Y para eso tenderá la mano "a izquierda y derecha" para poder "propiciar ese cambio". Hablará con otras fuerzas, desde Podemos a Ciudadanos (Albert Rivera), y pasando por IU (Alberto Garzón) o PNV. Él ni siquiera charló con Iglesias y Garzón hoy, aunque los dos primeros sí intercambiaron palabras por teléfono.
He hablado con @agarzon Trabajaremos juntos para que haya un gobierno de cambio en España
Iglesias, no obstante, sí envió un mensaje al líder socialista "con el fin de hablar de su propuesta de Gobierno", según fuentes oficiales de Podemos. Este le respondió al mensaje "proponiéndole que hablaran a lo largo del fin de semana". El socialista le añadó que "había que respetar el tiempo" del presidente en funciones, añadieron por su parte desde Ferraz.
Iglesias envió un mensaje a Sánchez para hablar con él. Se emplazaron a hablar este fin de semana, pero él socialista le remarcó que es "el tiempo de Rajoy"
Sánchez no quiere que Rajoy se escape, y considera que hay que ser "muy escrupulosos" con los tiempos, un mantra que su equipo ha reiterado hasta la saciedad (y él mismo) en los últimos días, a la vez que insistía en que no había habido negociaciones. Sí reconoció que "desde el primer minuto" dijo que PSOE y Podemos podían "coincidir en muchos asuntos" en el diagnóstico, y no tanto en las soluciones, como en materia de desigualdad, regeneración democrática o crisis de convivencia. De ahí que los pasos sean los inversos a como propone Iglesias. "Lo lógico es que primero hablemos de las políticas y posteriormente hablemos de cómo se conforma ese Gobierno [...]. Siempre quise trasladar a la opinión pública que los votantes de Podemos y los votantes socialistas no entenderían que no nos entendiéramos Pablo Iglesias y yo. Y por mi parte no va a ser, pero ese entendimiento debe estar basado en la confianza, no en la desconfianza", deslizó. Bajo esa respuesta se parapetó cada vez que los periodistas le preguntaban su opinión sobre el paso dado por Iglesias.
El rey Felipe VI recibe a Pedro Sánchez en la Zarzuela, este 22 de enero. (EFE)
Sí garantizó que todas las conversaciones, como ya anticipó en su intervención ante el comité federal del PSOE el pasado 28 de diciembre, se harán "con luz y taquígrafos", con "transparencia", y está dispuesto a que sean retransmitidas en directo, por 'streaming'. Idea que lanzó Iglesias en su rueda de prensa. "No tengo ningún problema. Se verá que el PSOE está en lo concreto, en las políticas y no tanto en los sillones", replicó, dando un pequeño tirón de orejas al jefe de la formación morada.
Las pegas de los barones
Sánchez, no obstante, sabe que no lo tendrá fácil para intentar articular un Gobierno alternativo liderado por él mismo. Además de las dificultades objetivas -no le basta sólo con el apoyo de los 69 diputados de Podemos y sus aliados autonómicos y los dos de IU, sino que necesita el apoyo o la abstención de nacionalistas o bien de Ciudadanos-, tropieza con los fuertes recelos existentes dentro de su propio partido.
Sánchez: "Nuestros votantes no entenderían que Pablo y yo no llegáramos a un acuerdo"
El secretario general está determinado a trenzar un "Gobierno progresista y reformista", hablando "a izquierda y derecha", porque entiende que ese es el "mandato" que dejaron los españoles el 20-D. Sin embargo, los principales barones ven muchas contraindicaciones a un acuerdo con la formación morada que no sea "claro" y "transparente". También objetan que la investidura pueda depender, a la postre, de la abstención de ERC o de Democràcia i Llibertat (DiL, la antigua Convergència).
No aclara si se servirá de la abstención de ERC o DiL, pero subraya que está "cumpliendo" lo mandatado en el comité federal y que sus "prioridades" son claras
Se le preguntó por esa hipótesis, pero Sánchez no la descartó. Se limitó a subrayar que no buscará esos apoyos, que no negociará nada con ambas fuerzas. Y, lanzando un mensaje clarísimo a los suyos, remachó que él ha sido el primero en intentar frenar al independentismo y buscar una solución a la crisis. "Cuando se presentó la resolución [soberanista en el Parlament, de Junts pel Sí y la CUP], quién llamó a Mariano Rajoy? ¿Cuando hemos aprobado resoluciones en el Consejo de Política Federal del PSOE, quién lideró estas iniciativas? Pues yo mismo. Creo que no sólo con lo que digo, sino con lo que yo he hecho y con lo que yo haga, están claras las prioridades del PSOE y las mías".
"Unanimidad" en el PSOE
Sánchez se mostró convencido de que cuando comience el diálogo con Podemos se cumplirán los requisitos impuestos por el comité federal del 28 de diciembre -que aprobó que no se podrá iniciar las conversaciones hasta que Iglesias renuncie a la consulta de autodeterminación, si bien hoy ya caminó en esa dirección-, y no quiso comentar la exigencia del PNV de que se confiera un nuevo estatus político para Euskadi basado en el derecho a decidir y en los cambios en la política penitenciaria. "Estoy cumpliendo lo mandatado por el comité federal, que es lo que yo propuse", dijo, en pleno desafío a los barones, que dudan de sus intenciones y sus maniobras.
Sánchez: "Nuestros votantes no entenderían que Pablo y yo no llegáramos a un acuerdo"
Este mismo viernes, la revista 'Tiempo' publica un artículo del exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, en el que considera como salidas "más probables", aunque de "muy corto recorrido" o un Gobierno del PP en minoría -que saliera adelante con la abstención del PSOE- o bien nuevas elecciones, ya que la alternativa de un Ejecutivo de Sánchez cuenta con una "dificultad insalvable", el apoyo de "algunos grupos" ligados a Podemos a "un proceso difuso del inventado derecho a decidir".
Sánchez: "Nuestros votantes no entenderían que Pablo y yo no llegáramos a un acuerdo"
Pese a esos obstáculos, el secretario general cree que el partido no le pondrá piedras en el camino: "Estoy convencido de que el PSOE de manera mayoritaria, unánime, quiere que el PP y Mariano Rajoy dejen la responsabilidad de Gobierno y se abra camino a un Gobierno progresista y reformista" en España. Habrá que ver la respuesta de los barones. Más allá del estupor inicial tras escuchar a Iglesias. Sánchez prefirió optar por la cautela, pero quizá no sea suficiente para los líderes autonómicos que recelan de las ambiciones de poder de su jefe.
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