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Sánchez da el 'no' definitivo a Rajoy y al PP y no se descarta para formar gobierno
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las conclusiones de la primera entrevista post 20-d

Sánchez da el 'no' definitivo a Rajoy y al PP y no se descarta para formar gobierno

El líder del PSOE advierte a los suyos de que trabajará para que haya un Ejecutivo "de cambio progresista" y avisa a Díaz de que la gestión de las negociaciones recae en él y en la dirección federal

Foto: Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, minutos antes de su entrevista en La Moncloa, este 23 de diciembre. (Reuters)
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, minutos antes de su entrevista en La Moncloa, este 23 de diciembre. (Reuters)

De la brevísima reunión de Mariano Rajoy con Pedro Sánchez -30 minutos en el palacio de La Moncloa- se pueden sacar ya las primeras conclusiones: que el PSOE no facilitará la investidura del líder de los populares ni de nadie de su partido y las posibilidades de acuerdo son "nulas", que el secretario general de los socialistas no se descarta en ningún caso para intentar formar gobierno -"Vamos a trabajar para que haya un Gobierno de cambio progresista y con capacidad de diálogo"-, que no quiere nuevas elecciones -es "la última de las opciones"-, y que la gestión del post 20-D y de la política de alianzas y de negociaciones las conducirá la dirección federal del PSOE. O sea, Sánchez. Y no los barones. O sea, Susana Díaz, que ha de atenerse a la "cultura de partido".

El líder de los socialistas lanzó varios mensajes de consumo externo e interno durante su primera comparecencia ante los medios tras las generales del domingo, ya que rehuyó a los periodistas en la mañana del lunes, tras la cita con su ejecutiva. La hizo en Ferraz tras su entrevista en La Moncloa. Reunión en la que adelantó al jefe del Ejecutivo en funciones que el PSOE no apoyará su "continuidad" en el Gobierno, ni tampoco facilitá la elección de un candidato alternativo del PP. Rajoy, no obstante, como primera fuerza, debe "intentar formar gobierno" y si lo consigue -cuestión harto complicada, ya que el PP cuenta con 123 escaños, y no goza de mayoría absoluta ni aun sumando las 40 actas de Ciudadanos-, los socialistas liderarán la oposición y estarán "del lado" del Ejecutivo en "asuntos de Estado", como ha estado "siempre".

[Resultados de las elecciones generales por municipios y comunidades]

Sánchez no hizo sino verbalizar lo que su partido lleva recalcando desde el lunes: que los 90 diputados socialistas votarán en contra de Rajoy -o de quien promueva el PP- en la primera y en las sucesivas rondas de votación. Es una posición compartida dentro del PSOE, por todos los barones. Entienden que si facilitasen la continuidad de los populares en el Ejecutivo estarían cediendo el espacio de la oposición a Podemos. Y eso les invalidaría para el futuro. Sánchez en todo momento se reivindicó como la "alternativa" a Rajoy y al PP, y ese mensaje fue el que reiteró una y otra vez durante la campaña. Y ahora el PSOE debe dar "cumplimiento" al mandato de los electores, que le colocaron segundo en la clasificación, aunque distanciado a menos de un punto y medio (pero 21 escaños) de la formación morada. "Los españoles dijeron tres cosas: la primera, que querían cambiar al Gobierno de España; en segundo lugar, que querían que ese cambio fuese un cambio progresista, y, en tercer lugar, que querían que ese cambio fuese un cambio presidido por el diálogo, que durante estos últimos cuatro años ha faltado por parte del partido del Gobierno, en este caso, el PP".

Rostros serios en la primera reunión de Sánchez y Rajoy tras el 20-D

Una nueva etapa marcada por el "diálogo"

Segunda clave externa: debe "abrirse una nueva etapa" presidida por el diálogo. En ese sentido, defendió que la Mesa del Congreso debe reflejar esa "pluralidad". Sánchez defendió ante Rajoy que el PSOE aspira a colocar a uno de sus diputados como presidente de la Cámara baja. "Se puede hablar", le dijo el jefe del Ejecutivo en funciones, indicaron fuentes del partido. El secretario general no quiso adelantar quién es su candidato para ese puesto institucional, que es la tercera autoridad del Estado, tras el Rey y el presidente del Gobierno. Los socialistas quieren pactar la composición del órgano de gobierno del Congreso no sólo con el PP, sino con el resto de fuerzas, a fin de que no sea un acuerdo "a dos". Sería la primera vez desde la vuelta de la democracia a España que el máximo responsable de la Cámara baja no es del mismo color político que el primer grupo en escaños en el hemiciclo. En principio, ven más complicado dirigir el Senado, ya que allí los populares cuentan con mayoría absoluta.

Sánchez considera que la Mesa del Congreso debe reflejar la “pluralidad“ del 20-D y por eso el PSOE aspira a presidir la Cámara baja

Ante la negativa rotunda dada a Rajoy, este no le ha hecho ninguna oferta. No hubo oportunidad y la conversación se cerró pronto. De hecho, fue más corta que otros encuentros anteriores. La tensión entre los dos dirigentes se palpaba a la entrada en La Moncloa, y ambos fueron fotografiados de hecho con gesto serio. Y si estaba clara la posición, ¿qué sentido tenía la entrevista? Era "importante" y también que Rajoy "supiera" la postura de los socialistas, contestó.

Tercera advertencia: "No queremos que haya nuevas elecciones. Tienen que ser la última de las opciones". Este no era un mensaje sólo de puertas para fuera, sino también hacia dentro, porque en las federaciones consideran que, tras el 'no' a Rajoy y al PP, no queda más opción que ir a nuevos comicios. La andaluza Susana Díaz previno ayer martes con nitidez contra los "aventurerismos", igual que la víspera había alertado el presidente manchego, Emiliano García-Page, contra los pactos "pastiche". Igual que el extremeño Guillermo Fernández Vara mostró su rechazo a negociar con aquellos que quieren el derecho a decidir (caso de Podemos) o directamente la separación de España -como los independentistas-. De modo que el escenario de repetición de generales era una opción que se barajaba con nitidez, pese que a ojos de todos no es una buena salida. Pero todo el escenario post-20D se considera "endemoniado", según consideran muchos dirigentes.

"El voto de los españoles nos vale"

Pero Sánchez y su equipo no quieren pensar en eso, no va a "aceptar esa hipótesis". Lo dijo con nitidez. "El voto de los españoles nos vale", zanjó. Pero si Rajoy fracasa, ¿cómo intentar formar una mayoría alternativa? Ahí Sánchez no concretó, porque hay que "respetar los tiempos" y en eso no hay "atajos". A la vez, dejó clarísimo que no descarta erigirse como jefe del Ejecutivo. "Creo que es importante que quede claro a los españoles que los socialistas vamos a trabajar por que haya un Gobierno, y que haya un Gobierno de cambio progresista y con capacidad de diálogo". Por eso no hay que pensar en nuevas elecciones, sino en "anteponer el interés general de los españoles" a los partidistas, "de esta formación política o de otras". Aviso implícito a navegantes, en consecuencia: el secretario general estaba advirtiendo a sus críticos de que no se rendirá a una repetición de los comicios porque les venga mejor a ellos para tumbarle. Lo que no quiso aclarar es si él sería el candidato a la Presidencia en caso de que la situación no dejase otra salida que ir a otras generales.

Pedro Sánchez intentará sacar adelante un Gobierno progresista si Rajoy fracasa

Por si no había sido suficientemente explícito respecto a que es él y su dirección quien marca las pautas, lo remarcó posteriormente cuando se le preguntó si había hablado con los barones en los últimos días, y especialmente con Susana Díaz. Él contestó que sí había conversado con los secretarios territoriales, "y bastantes veces", y dijo compartir "muchas de sus declaraciones". Y a continuación lanzó un mensaje contundente dirigido a la presidenta andaluza, que no podía interpretarse sino como un enorme zasca contra ella: "Comprendo y comparto muchas de las declaraciones que se han hecho por parte de Susana, comparto esas declaraciones, pero ella tiene cultura de partido y sabe que es esta dirección federal, y mi persona, como secretario general, quien marca y propone las líneas políticas a nivel federal. Y esa cultura de partido y esa responsabilidad como dirección federal y como secretario general yo las voy a cumplir".

La misma expresión que González

Toda una declaración de guerra contra la jefa de la Junta. Sin matices. Un golpe de autoridad encima de la mesa. Una expresión con la que parafraseaba además a Felipe González -su talismán dentro del partido-, que en abril, tras la zozobra interna que se había vivido a cuenta de su liderazgo, subrayó que por "cultura del partido" había que respaldar a Sánchez.

¿Qué hará para remediar una nueva convocatoria electoral? "El PSOE va a explorar todas las posibilidades para que haya un Gobierno, para que haya diálogo y también para que haya un gobierno que dé estabilidad a nuestro país".

Sánchez, en consecuencia, no dio por descartado pactar con Podemos. "Frente a los de las líneas rojas", dijo, en referencia a la condición previa que pone Pablo Iglesias, el que se celebre un referéndum de autodeterminación en Cataluña, hay que "tender puentes para encontrar soluciones" a los problemas "estructurales" que necesita el país, como una recuperación económica justa, una reforma fiscal progresiva, un nuevo Estatuto de los Trabajadores, la transformación energética, un pacto frente a la violencia de género y, por descontado, la modificación de la Carta Magna, que situó como la única medida que puede resolver la crispación con los soberanistas.

Frente a los que quieren confrontar, queremos convocar a la mayoría de fuerzas parlamentarias para abrir una nueva etapa política en España

El secretario general sí rubricó que su partido no permitirá la "ruptura" de la soberanía nacional en ningún caso, pues defiende la Constitución y no el derecho a decidir. Y, respondiendo al pacto por la "unidad de España" planteado por Ciudadanos a PP y PSOE, en el que Albert Rivera excluyó a Podemos, agradeció la oferta y poco más. "No es tiempo de frentes, sino de diálogo, de diálogo entre todos", y volvió a insistir en la retahíla de reformas estructurales. "Frente a los que quieren confrontar, nosotros queremos convocar. Convocar a la mayoría de fuerzas parlamentarias para abrir una nueva etapa política en nuestro país. Nosotros, y no hace falta que haya ningún pacto, porque está en la Constitución, garantizamos la estabilidad y la integridad territorial de nuestro país".

Veinte minutos de rueda de prensa para anticipar futuros escenarios. Y respuestas a sólo cuatro periodistas. Pero la comparecencia tiene pinta de traer cola. Tanto a efectos del futuro Gobierno como en el frente interno, sobre todo por el aviso directo y sin rodeos a Susana Díaz.

De la brevísima reunión de Mariano Rajoy con Pedro Sánchez -30 minutos en el palacio de La Moncloa- se pueden sacar ya las primeras conclusiones: que el PSOE no facilitará la investidura del líder de los populares ni de nadie de su partido y las posibilidades de acuerdo son "nulas", que el secretario general de los socialistas no se descarta en ningún caso para intentar formar gobierno -"Vamos a trabajar para que haya un Gobierno de cambio progresista y con capacidad de diálogo"-, que no quiere nuevas elecciones -es "la última de las opciones"-, y que la gestión del post 20-D y de la política de alianzas y de negociaciones las conducirá la dirección federal del PSOE. O sea, Sánchez. Y no los barones. O sea, Susana Díaz, que ha de atenerse a la "cultura de partido".

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