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Alemania y Francia cierran filas para atar un acuerdo sobre las reglas fiscales de la UE
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Bruno Le Maire y Christian Lindner

Alemania y Francia cierran filas para atar un acuerdo sobre las reglas fiscales de la UE

Los ministros de Finanzas de Francia y Alemania se han reunido en París para solucionar sus diferencias y muestran confianza en que se llegará a un acuerdo este miércoles

Foto: Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés. (Reuters/Stephanie Lecocq)
Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés. (Reuters/Stephanie Lecocq)
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Hace solamente unos meses, en julio, Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés, y su homólogo alemán, Christian Lindner, mostraban públicamente sus diferencias respecto al diseño de las futuras reglas fiscales de la Unión Europea durante un encuentro celebrado en Luxemburgo. Este martes por la noche, en el número 139 de la rue de Bercy de París, sede del ministerio de Finanzas galo, ambos ministros terminan de recorrer la gran distancia que les separaba. Se han reunido para llegar al encuentro de este miércoles de ministros de Finanzas de la Unión Europea en la que se debe cerrar el futuro de la gobernanza económica del club comunitario con una visión franco-alemana común. Le Maire ha mostrado su total confianza en que esta noche ambos países compartirán una postura común de cara a la reunión de este miércoles, mientras Lindner ha señalado que todavía hay que discutir "cifras exactas". Poco después del inicio de la reunión, Le Maire ha escrito que había un acuerdo total entre los dos ministros.

El objetivo es que los ministros alcancen un acuerdo este mismo miércoles. "Máxima presión", explica una fuente de las negociaciones, que explica que las señales que reciben por parte de la mayoría de los ministros coinciden en ver la reunión de esta semana como el momento para cerrar el acuerdo. Los líderes europeos habían pedido a sus ministros que cerraran un pacto antes de que termine el año, algo que también ha pedido el Banco Central Europeo (BCE). El calendario es clave porque para que haya tiempo suficiente para aprobar las nuevas reglas dentro de la actual legislatura habrá que cerrar un pacto con el Parlamento Europeo en marzo como muy tarde para que pueda aprobarlo en el Pleno antes de entrar en receso antes de las elecciones europeas de junio de 2024. El año que viene se volverán a aplicar las viejas reglas fiscales, aunque la Comisión Europea las usará siguiendo el espíritu de las nuevas normas, en caso de que se hayan acordado, y estas se aplicarían a partir de 2025.

Fuentes europeas explican que quedan dos puntos pendientes que tendrán que ser discutidos por los ministros este miércoles. "Lo que hay en el texto que movimos el lunes por la noche son dos corchetes pendientes (es decir, cifras no acordadas todavía), estas dos áreas tienen que ver con la calibración de dos elementos, por un lado la velocidad a la que un país tiene que converger con el acla de déficit o la salvaguardia de déficit, y el otro es en el control de cuentas relacionado con la máxima desviación permitida en la senda de gasto neto primario", ha señalado la fuente, que ha explicado que la presidencia española del Consejo de la Unión Europea ha puesto sobre la mesa una solución de compromiso.

El primer corchete abierto tiene que ver con cómo de rápido deben los Estados miembros seguir reduciendo su déficit una vez queden por debajo del umbral del 3% que les sacaría ya del brazo correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La presidencia española cedió a las exigencias de Alemania que pedía que se estableciera un "ancla" o "salvaguardia" de déficit que garantizara que los países sigan reduciendo su desequilibrio, estableciendo que los Gobiernos tendrán el objetivo de llevar su déficit al 1,5% del PIB en caso de que su deuda pública sea superior al 90%, y al 2% en caso de tener un menor nivel de deuda pública.

Foto: Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno. (EP/Alberto Ortega)

El segundo corchete tiene que ver con el control de cuentas de la Comisión Europea y el desvío anual permitido a los Estados miembros. En la última reunión de ministros de Finanzas se señaló que la Comisión Europea abriría una investigación en caso de que un Estado miembro se desviara durante un año un 0,5% de su senda de neto gasto primario, que es el indicador con el que Bruselas vigilará el cumplimiento de las nuevas reglas fiscales, y un 0,75% acumulado, aunque ambas cifras se quedaron entre corchetes, es decir, pendientes de discusión. Antes del encuentro de diciembre, los ministros trabajaban con dos horquillas, siendo la del desvío anual del 0,25 al 0,5% y la del desvío acumulado del 0,5% al 0,75. Este punto también estará abierto a debate entre los titulares de Finanza.

Las fuentes europeas confían en que el resto del acuerdo haya quedado atado durante dos semanas de intenso trabajo a nivel técnico para permitir que los ministros de Finanzas se enfrenten al menor número de asuntos abiertos. Uno de los puntos más sensibles tras la última reunión, que se celebró a principios de diciembre, tenía que ver con el margen de interpretación que se le daba a la Comisión Europea para que aquellos países que se enfrentan un alto coste de intereses de la deuda y se encuentren en el brazo correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento puedan hacer un ajuste algo más suave de lo que el texto prevé inicialmente, que es un ajuste estructural anual del 0,5% del PIB. Para ello, la presidencia española introdujo una especie de periodo transitorio entre 2025 y 2027 en el que la Comisión pueda entender que ese 0,5% es una "referencia", aunque las fuentes admiten que en la reunión de este miércoles habrá que ver si los ministros comparten una interpretación común sobre lo que significa ese "como referencia".

La lógica de la nueva reforma de las reglas fiscales es que la Comisión Europea establecerá una trayectoria técnica del gasto neto primario (que excluye gastos cíclicos como desempleo o intereses, y que se definirá, entre otras cosas, a raíz de un análisis de sostenibilidad de la deuda) y que los Estados miembros tendrán que trazar planes de ajuste a cuatro años, extensibles a siete en caso de que justifiquen que están haciendo reformas e inversiones, que serán negociados con los técnicos comunitarios, dando así a las capitales más control a la hora de diseñar cómo lograr la consolidación fiscal. Todo ello manteniendo los dos pilares fundamentales de la gobernanza económica de la UE, que son los objetivos de un déficit inferior al 3% y de un ratio de deuda pública inferior al 60% del PIB. Toda la serie de reglas que se han ido acordado en el marco de esta negociación se establecen dependiendo de si un Estado miembro se encuentra en el brazo correctivo, es decir, está incumpliendo estas referencias, o si se encuentra en el brazo preventivo.

Los países que tengan un déficit superior al 3% y una deuda pública superior al 90%, tendrán que hacer un ajuste estructural del 0,5% cada año

Así, los países que tengan un déficit superior al 3% y una deuda pública superior al 90%, tendrán que hacer un ajuste estructural del 0,5% cada año hasta bajar de la referencia de déficit, y una reducción anual del nivel de la deuda pública de un 1% anual, mientras que si se encuentran por debajo del 90% esa reducción deberá ser solamente del 0,5% cada año. Una vez un país haya reducido su nivel de déficit por debajo del 3%, saliendo así del brazo correctivo, deberá seguir bajando su nivel de déficit para crear un "colchón fiscal". Aquellos países que tengan una deuda pública superior al 90% tendrán que generar un mayor colchón, bajando el déficit hasta el 1,5%, mientras que los que se encuentren en un menor nivel de deuda pública podrán limitar el colchón fiscal, con el objetivo de que el déficit se quede en el 2%.

Solución o acuerdo

Le Maire ya aseguró hace meses que Francia y Alemania intentarían cerrar un acuerdo sobre las reglas fiscales que facilitara un pacto global, aunque la presidencia española del Consejo de la Unión recordó que un acuerdo requería del apoyo de los Veintisiete. De nuevo, este martes en París el ministro francés ha vuelto a asegurar que podría haber "un acuerdo" durante la noche, un típico movimiento francés que irrita a algunos de sus socios, que consideran que el eje franco-alemán trata de acallar el debate interno aunque Lindner le ha corregido rápidamente: lo que los dos ministros pueden alcanzar es una "solución", no un acuerdo.

Sin embargo, lo cierto es que los pactos entre Francia y Alemania suelen desbloquear los grandes acuerdos europeos, ya que París y Berlín suelen representar a los dos grandes campos en los debates económicos. Aquellos que quieren más flexibilidad, y que en este caso piden que las nuevas reglas fiscales dejen espacio para las inversiones y no se traten de establecer ajustes demasiado agresivos, se ven representados por Francia, mientras que los Estados miembros preocupados por la rectitud fiscal, que quieren un ajuste creíble y rápido, se ven reflejados por las posturas de Alemania.

Hace solamente unos meses, en julio, Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés, y su homólogo alemán, Christian Lindner, mostraban públicamente sus diferencias respecto al diseño de las futuras reglas fiscales de la Unión Europea durante un encuentro celebrado en Luxemburgo. Este martes por la noche, en el número 139 de la rue de Bercy de París, sede del ministerio de Finanzas galo, ambos ministros terminan de recorrer la gran distancia que les separaba. Se han reunido para llegar al encuentro de este miércoles de ministros de Finanzas de la Unión Europea en la que se debe cerrar el futuro de la gobernanza económica del club comunitario con una visión franco-alemana común. Le Maire ha mostrado su total confianza en que esta noche ambos países compartirán una postura común de cara a la reunión de este miércoles, mientras Lindner ha señalado que todavía hay que discutir "cifras exactas". Poco después del inicio de la reunión, Le Maire ha escrito que había un acuerdo total entre los dos ministros.

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