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Misterios y milagros del PSC en Madrid: parecían anchoas (del Cantábrico), pero eran pirañas
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Misterios y milagros del PSC en Madrid: parecían anchoas (del Cantábrico), pero eran pirañas

La Villa y Corte ha vivido algo nunca visto: el presidente cántabro exige responsabilidades y el PSC ejecuta un sacrificio ritual que en buena parte solo puede entenderse en clave interna

Foto: Raquel Sánchez y Miguel Ángel Revilla. (EFE/Kiko Huesca)
Raquel Sánchez y Miguel Ángel Revilla. (EFE/Kiko Huesca)
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Entre los misterios de dolor del pasado año destacó la caída en desgracia de Raül Blanco en el Ministerio de Industria. Al este misterio de dolor le ha sucedido el milagro y ahora Blanco ha renacido en lo político como presidente de Renfe, un puesto de gran poder, pero como todo gran poder, y más en este caso, conlleva un gran marrón.

El PSC se resarce del traspié de Blanco, pero a cambio de perder a Isaías –Pancho– Taboas, otro ilustre miembro del socialismo catalán. En términos políticos, el PSC hace tablas en Madrid. Taboas, un profesional del cabildeo en todas sus variantes, pensó en un principio que el presidente cántabro con terminal en La Sexta, Miguel Ángel Revilla, siempre enviaba anchoas a Madrid, Pero a veces, Revilla envía pirañas, pirañas que quieren cabezas. La resurrección de Blanco podría calificarse, en vez del milagro de los panes y los peces, el de los trenes y las pirañas.

Como explicó Carlos Prieto, Revilla explotó el fiasco de los trenes de Feve que no cabían por los túneles de la cornisa cantábrica, aunque Asturias era la perjudicada y fue El Comercio el que dio la exclusiva. Miguel Ángel Revilla clamó con justa indignación y arrastró al asturiano Adrián Barbón a defender el feudo socialista asturiano a cuatro meses de las elecciones. Las anchoas se habían convertido en pirañas y sellado el destino de Isaías Taboas y su archienemiga en el ministerio, la gallega Isabel Pardo Vera. Cainismo político centralista con reparto de la periferia.

La marcha de Isaías Taboas podría parecer un exceso, pero la política tiene estas cosas. Algunos fracasos pasan desapercibidos y otras veces las responsabilidades que se acaban asumiendo poco o nada han tenido que ver contigo. A Taboas nunca le cobraron sus errores como muñidor de la opa de Gas Natural sobre Endesa, uno de los grandes fracasos del zapaterismo, que acabó con Endesa en manos del capital italiano. En esa época, principios de la década del 2000, Taboas ejercía de jefe de gabinete del ministro de Industria, José Montilla. En un acto kármico, ahora, Isaías Taboas se ha tenido que comer un error de vía estrecha en el que inexplicablemente aún no se ha expedientado ni despedido a ningún ingeniero.

Algunos fracasos pasan desapercibidos y otras veces las responsabilidades que se acaban asumiendo poco han tenido que ver contigo

Las anchoas carnívoras de Revilla no están para matices. Que solo ha sido un retraso de tres años, que ninguno de los trenes llegó a fabricarse porque el error se detectó a tiempo, que Adif fue la que se confundió con las medidas, que la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria redacto la normativa inhabilitante en la práctica… Todo eso se lo ha comido Isaías Taboas.

La crisis ha sido en clave PSC. La ministra que ha activado la guillotina es Raquel Sánchez, del PSC. El decapitado, Taboas, es del PSC. Y el resurgido, Raül Blanco, es del PSC. Una minicrisis catalana en la Villa y Corte y con todos sus protagonistas forjados en el socialismo navajero del Baix Llobregat.

Vuelve el chico maravillas

El ajuste de cuentas muestra un sesgo generacional. Raquel Sánchez tiene 47 años y proviene de la generación posterior a la de Isaías Taboas, que este año cumplirá los 65. Sánchez ya no se entendía con los históricos del socialismo catalán del Baix Llobregat, como el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón. Y si no eres menos tonto por cambiarte de sitio, tampoco mejoran tus relaciones por pasar de Gavá al Paseo de la Castellana. Sánchez heredó a Taboas y había que contentar a Revilla, cuyo congresista del Partido Regionalista de Cantabria siempre ha votado a favor del PSOE en los momentos clave de la legislatura, según explican fuentes cercanas al Ministerio.

Aunque Blanco sea catalán, hay problemas en Renfe más allá de Cercanías en Cataluña

De paso vuelve el chico maravillas. Raül Blanco proviene de L’Hospitalet, pero nunca ha estado en las batallas de la federación. Y además, es mucho más joven que Taboas. Taboas es más político. Blanco tiene un toque tecnocrático, acorde con las prioridades de la ministra, muy consciente de que Cercanías en Cataluña, por ejemplo, es un problema técnico de gran complejidad. Lo mismo se puede extender a Renfe en Extremadura o, tras el último escándalo, a la cornisa cantábrica. Blanco cuenta con un gran prestigio. Habrá que ver si sobrevive a la trituradora de Renfe, aunque no hay duda de que en términos de poder personal, ha salido ganando: el presidente de Renfe es mucho más importante que el secretario general de Industria.

El aviso

Con la crisis de los trenes, Pedro Sánchez, sin decir nada, envía un recado al Ministerio de Igualdad, donde Irene Montero ha dilapidado todo el capital político con el que partió al inicio de la legislatura. El mensaje a Igualdad es claro y diáfano: en política los errores se asumen y se cortan cabezas para salvar la silla y atajar las vías de agua por donde se pierden votos. Lo sabe Revilla, los saben en el PSC del Baix Llobregat y lo sabe cualquier miembro de las juventudes de un partido convencional desde los tiempos de Ana Bolena. No hay que perder el tren, que las elecciones están cerca.

Raquel Sánchez ha cortado por lo sano. Mientras, Montero respalda a Ángela Rodríguez como secretaria de Estado y muestra toda su contumacia en no introducir cambios en la Ley del Sí es Sí, se ha retrasado la remodelación de Gobierno. De Pancho a Pam no solo hay distintos apodos, sino un mundo, toda una manera de entender la política, de asumir las críticas y de pagar por el precio de las cosas. Interesados en más información, remitirse al PSC.

Entre los misterios de dolor del pasado año destacó la caída en desgracia de Raül Blanco en el Ministerio de Industria. Al este misterio de dolor le ha sucedido el milagro y ahora Blanco ha renacido en lo político como presidente de Renfe, un puesto de gran poder, pero como todo gran poder, y más en este caso, conlleva un gran marrón.

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