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Un Foro de Davos caído en desgracia recuerda a Europa que su mundo se derrumba
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Scholz, el único líder del G-7

Un Foro de Davos caído en desgracia recuerda a Europa que su mundo se derrumba

La reunión del Foro Económico Mundial se tambalea ante un mundo que se aleja de los objetivos que movían el encuentro anual celebrado en la ciudad suiza

Foto: Reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos. (EFE/Gian Ehrenzeller)
Reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos. (EFE/Gian Ehrenzeller)
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Hubo un tiempo en que, en enero, la ciudad balneario de Davos, en Suiza, era el lugar donde estar si eras influyente. The place to be, que se dice en los corrillos bruselenses que se forman en los eventos sociales de los que está trufada la agenda de la capital europea. Pero en 2023 parece confirmarse la caída en desgracia de la reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés): el único líder del G-7 que acudirá será Olaf Scholz. Y todo lo que Davos representaba está en retroceso.

El resto de invitados se limita sobre todo a los europeos, que ya se escuchan en todos los otros foros: Pedro Sánchez y los primeros ministros de Grecia, Finlandia, Países Bajos y el presidente polaco, además de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) y el secretario general de la OTAN. China estará representada por su viceprimer ministro Liu He, EEUU solamente por su enviado especial para el Clima, John Kerry. Pero en el año en que se alcanza el récord de asistentes al Foro de Davos, que celebra su edición número 54, se ha confirmado que la pequeña ciudad suiza ha perdido el brillo que una vez tuvo. Ya no hay tantos periodistas dándose codazos por estar allí, no hay esa sensación de que es el lugar en el que el poder toma forma.

Foto: La reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. (EFE)

Davos era el escenario de un mundo cada vez más unido, especialmente a través del comercio y las economías abiertas. Era el lugar en el que se ponía en acción la promesa del mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial y el final de la Guerra Fría. Una de las mayores representaciones de Wandel durch Handel, la apertura a través del comercio, la política de Alemania hacia China. Ese mundo lleva tiempo agrietándose. Pero empezó a desmoronarse en febrero de 2022, cuando el Kremlin dio la orden de lanzar una invasión de Ucrania a gran escala, a la que ha seguido un aumento del proceso de polarización global: a un lado Estados Unidos y sus aliados, al otro lado Rusia, con el apoyo claro de China.

La globalización está también fracturándose. En 2020 se comprobó que las cadenas de suministro globales tenían unos límites muy reales. En ese caso, fue la enfermedad, el covid-19. El 23 de marzo de 2021, fue algo tan sencillo como un barco atascado en el canal de Suez lo que demostró lo rápido que se podían complicar las cosas. Pero la fractura va más allá de problemas exógenos.

placeholder Reunión del Foro Económico Mundial en Davos. (Reuters/Laurent Gillieron)
Reunión del Foro Económico Mundial en Davos. (Reuters/Laurent Gillieron)

La competencia tecnológica entre Washington y Pekín, la política exterior china cada vez más agresiva y los aprendizajes sobre las excesivas dependencias respecto a Rusia y China (en el caso de Moscú, eran el gas y el petróleo; en el caso chino, es la tecnología) dibujan un mundo que va en la dirección contraria a la globalización, las interdependencias y la apertura. Todo se desmorona.

En ese marco se está leyendo en Bruselas el plan de Joe Biden contra la inflación, el conocido como IRA. Es un fondo de lucha contra la inflación y son cientos de millones de dólares, casi 500.000 millones, destinados a la transición ecológica y los chips, sí. Pero es también un plan para competir con China que la Comisión Europea cree que viola las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Hace algún tiempo, Davos era la Meca de un pensamiento liderado por EEUU en el que se pensaba cómo hacer que otros actores, fundamentalmente China, dejaran de regar sus empresas con subvenciones. Hoy, con el IRA, Washington ha abandonado esa idea y se ha rendido a otra visión del mundo más proteccionista. Y uno de los principales intereses de la reunión de este año es cómo Europa buscar dar una respuesta... en forma de más subvenciones. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que también hablará en Davos, adelantó una revisión y flexibilización de las ayudas de Estado, y todos esperan que en Suiza ofrezca algunos detalles más.

Foto: Costa del congestionado puerto de Los Ángeles. (Reuters)

El Foro Económico Mundial ha adoptado un término utilizado mucho en Bruselas durante los últimos años, la idea de la policrisis. Pero lo hace en un momento en que en la capital comunitaria se empieza a acuñar un nuevo término, más ajustado a una realidad en la que ya no se ven solamente múltiples crisis ocurriendo al mismo tiempo, pero con un horizonte claro, sino una situación de crisis continua, la llamada permacrisis. Una crisis permanente en la que el mundo de Davos desaparece día a día.

El Foro sabe que el escenario ha cambiado. Que el mundo ya no es como se esperaba que fuera cuando todo el mundo que tenía algo que decir estaba en la pequeña ciudad suiza. Y, de hecho, el título de este año es "Cooperación en un mundo fragmentado". Pero nadie tiene, al menos por el momento, recetas para luchar contra esa fragmentación. Davos era la representación de un mundo multilateral, que creía en un futuro próspero de economías abiertas en el que la guerra era algo lejano. Ahora, lo lejano parece ese mundo en el que Davos tenía un prestigio que ahora parece perdido.

Hubo un tiempo en que, en enero, la ciudad balneario de Davos, en Suiza, era el lugar donde estar si eras influyente. The place to be, que se dice en los corrillos bruselenses que se forman en los eventos sociales de los que está trufada la agenda de la capital europea. Pero en 2023 parece confirmarse la caída en desgracia de la reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés): el único líder del G-7 que acudirá será Olaf Scholz. Y todo lo que Davos representaba está en retroceso.

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