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"Compra ahora, paga luego": el peligro de que los jóvenes se enganchen al crédito 'online'
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Aumentan el gasto entre un 10 y un 40%

"Compra ahora, paga luego": el peligro de que los jóvenes se enganchen al crédito 'online'

Fraccionar pagos no tiene nada de nuevo. El invento reside en reformular el lenguaje de la deuda en la época de las redes sociales, y hacerlo a través de una 'fintech' sin intereses para el consumidor. Pero tiene sus riesgos

Foto: Fotograma de "The Coronation of Smoooth Dogg". (Klarna/YouTube)
Fotograma de "The Coronation of Smoooth Dogg". (Klarna/YouTube)

Comprar con la sensación de salir sin pagar. Y de forma inmediata. Antes ibas a la tienda física, tenías tiempo de mirar el producto, probarlo, pensar si realmente querías o podías comprarlo. Ahora, no hay necesidad de esperar gracias a las plataformas que pagan por ti en el momento de la compra. Los sistemas de 'buy now, pay later' —BNPL— tienen diversas soluciones de pago a plazos. ¿La más común? Abonar el producto en tres cuotas. Así, si compras un bolso o una consola por valor de 300 euros, tan solo pondrás 100 euros el primer mes. Sin costes extraordinarios. Hasta aquí todo suena bien, ¿no?

Fraccionar pagos no tiene nada de nuevo. El invento reside en reformular el lenguaje de la deuda en la época de las redes sociales, y hacerlo a través de una 'fintech' sin intereses para el consumidor. Desde la sueca Klarna, cuyo color corporativo es el rosa y grita modernidad a través de famosos como el rapero Snoop Dog o la cantante y actriz Lady Gaga, hasta Affirm o Afterpay (ClearPay en España), detrás de la cual está Jack Dorsey (Block), el ex-CEO de Twitter. El modelo ha estado triunfando en los últimos años, y ya son varios los estudios que apuntan que el uso de este tipo de fórmulas aumenta el gasto por compra del consumidor entre un 10 y un 40%. Así, en España, se han unido incluso PayPal y Banco Santander a ofertar esta modalidad de pago.

Klarna, la mayor 'fintech' de Europa, está valorada en 45.600 millones de dólares y cuenta con más de cien millones de usuarios activos en el mundo, un millón en España, donde la edad media de sus clientes es de 34 años. ¿Su lema? 'Smoooth payments', algo así como pagos sin complicaciones. Sin embargo, antes de usar estos modelos conviene saber cómo funcionan, ventajas y riesgos incluidos. La gran diferencia con las formas de crédito tradicionales es que en lugar de ser el consumidor final el que paga los intereses, es el comercio quien lo hace. Al menos en un primer momento. "Si compras y pagas a tres meses, por ejemplo, y cumples con el pago en las fechas estipuladas, no hay ningún tipo de interés asociado o coste para el cliente", explica Beatriz Castro, consultora financiera en AFI.

¿Qué preocupa entonces? Con la inflación en niveles récord y un aumento de los costes energéticos y alimentarios para el bolsillo del cliente —que cada vez destina una mayor proporción de su sueldo a pagar necesidades básicas—, aumentan las voces de alarma en torno a los consumidores más vulnerables y el uso de este tipo de servicios. Sobre todo porque apenas hay una comprobación de sus perfiles crediticios antes de concederles el préstamo. Pese a las facilidades, BNPL es una forma de crédito, igual que las tarjetas revolving que han llevado a muchas familias al sobreendeudamiento y, aunque sus comisiones por impago no son tan elevadas, las hay.

Foto: Foto: Klarna.

Además de como escaparate para las marcas con las que cierran acuerdos, estas 'fintech' actúan como banco. Entrar en una 'app' como la de Klarna equivale a poder acceder a las páginas de comerciantes como El Corte Inglés, Sephora, Asos, H&M, Amazon o MediaMarkt, que son quienes pagan la comisión al proveedor, que a su vez es quien asume el riesgo de impago del cliente. "El problema es que si vas haciendo muchas compras con este sistema, puedes no ser consciente de la cantidad de dinero que debes en diferentes sitios y ser incapaz de asumir toda esa deuda en plazo. Además de las comisiones por impago", señala la consultora.

La pandemia y el auge del comercio electrónico, que en España disparó un 50% las ventas en 2020, fueron el caldo de cultivo perfecto para este tipo de financiación, cuyo beneficio se ha multiplicado por siete solo de 2016 a 2020, y cuyo servicio supondrá el 11% de las operaciones totales en Europa para 2025, según un estudio del proveedor de pagos estadounidense Worldpay. En España, su popularidad ha calado sobre todo entre las generaciones más jóvenes, las que rondan la franja de los 18 a los 34 años, señala el think-tank Funcas.

"No estudian el riesgo de cada perfil. No es como ir al banco a pedir un préstamo, así que si no se paga a tiempo, los intereses son muy altos para hacer frente a un riesgo que es mayor", aclara Josep María Catalá, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. "La gente joven está en un mercado laboral más precario y con sensación de inseguridad. Si no tienen dinero y no pueden comprar, se les ofrece una manera de entrar al mercado y poder adquirir productos que de otra forma no podrían adquirir", añade. Sí perfilan más el tipo de consumidor que tienen cuando este se registra en programas de recompensas que dan acceso a descuentos y condiciones más ventajosas, y donde se puede llegar a aportar un historial de compra de la tarjeta del usuario al proveedor, previa autorización, cuenta Beatriz Castro.

Generalmente, estos sistemas apenas piden un nombre, dirección, tarjeta de crédito o débito y fecha de nacimiento, así que desconocen si el consumidor tiene o no los medios para devolver lo prestado. Entrar en una red social como TikTok y teclear Klarna, devuelve al instante resultados de personas —en su mayoría jóvenes— que cuentan cómo tienen pagos acumulados de miles de dólares o libras. Hay usuarios que se muestran fastidiados por tener que devolver todo lo pagado por la aplicación, pero también los hay que "bromean" celebrando comprar ropa con Clearpay o Klarna y no "con su propio dinero". En este caso, lo hace un perfil con casi medio millón de seguidores.

"Las redes sociales son la nueva televisión de los más jóvenes", dice David Cortejoso, psicólogo especializado en nuevas tecnologías. Hace veinte años, Internet estaba hecho para la gente adulta, pero con el paso de los años, ha ido ganando más tramos de edad. "Más usuarios son más posibilidades de tener ganancias económicas, así que se adaptan los servicios a esas nuevas edades. Algo que ocurre también con las 'fintech'".

En UK se han retirado varios anuncios por "animar irresponsablemente a usar el crédito para mejorar el estado de ánimo"

Plataformas como TikTok o Instagram se han convertido en un escaparate, sobre todo para los más jóvenes, y la adaptación de aplicaciones como las de BNPL pasa por estudiar la psicología del color, cómo apelar a las emociones, aplicar el neuromarketing… En definitiva, se diseñan estas plataformas para mantener durante más tiempo al usuario dentro de ellas, explica el experto.

En Reino Unido preocupa seriamente su uso entre los más jóvenes, y el regulador británico ya ha planteado una consulta para regular el sector este año. Aunque el Tesoro ya avisó a Klarna y a otras tres plataformas de que debían reescribir sus términos de uso, y la Agencia de Normas Publicitarias del Reino Unido (ASA) los obligó a retirar varios de sus anuncios por "animar irresponsablemente a usar el crédito para mejorar el estado de ánimo de las personas".

Según la organización benéfica The Centre for Financial Capability, el 35% de los jóvenes británicos de entre 18 y 34 años que usó los servicios de BNPL no cumplió con el plazo de pago pactado. Además, más de cuatro de cada diez jóvenes de 16 a 24 años usaron este tipo de servicios para renovar su armario y comprar artículos tecnológicos, de acuerdo a una encuesta de Student Beans que reflejaba a su vez la preocupación de sus padres: dos de cada tres encuestados creía que el BNPL podía animar a los más jóvenes a gastar más de lo que se podían permitir.

"Estas plataformas muchas veces paquetizan y venden las carteras, normalmente a fondos, y así pasan tu información al listado de morosos"

"Hay productos que vas a estar más tiempo pagando que disfrutando. Tener un coche o un piso te dura años, pero la ropa, por ejemplo…", apunta Catalá. En TikTok también se encuentran muchos comentarios de este tipo: "Para el momento en que llega tu cuarto pago, ya has pasado del artículo y encontrado el siguiente", comenta Shifa.

En España ha llegado después, pero también hay marcas nacionales, como Aplázame o SeQura. No pagar a tiempo puede acabar llevando tu nombre a la lista de morosos. "Lo que hacen estas plataformas muchas veces es paquetizar y vender las carteras, normalmente a fondos, y así pasan la información al listado de morosos", dice Castro. Los resultados empresariales de Klarna de 2021 arrojaron unas pérdidas de más de un 400% con respecto a 2020, de los cuales 4,6 billones de coronas suecas fueron por incumplimiento del crédito (unos 445 millones de euros). Sin embargo, el propio CEO de la aplicación señaló el año pasado, en una entrevista con la BBC, que le "sorprendían las preocupaciones en torno al BNPL". Aunque desde Klarna España señalan que su incentivo es ayudar a la gente a pagar a tiempo y a no endeudarse, por lo que acogen "con satisfacción las nuevas directrices de la ASA, especialmente la exigencia de transparencia sobre las posibles comisiones".

Por ahora, en España no se refleja este tipo de deudas en el perfil crediticio del cliente

Estados Unidos ha dado un paso más. Entidades como Equifax están registrando este tipo de deudas en los informes crediticios de los consumidores para evitar que se conviertan en una caja negra de información para las entidades financieras tradicionales. "La manera de ayudar a un consumidor a construir su crédito, a demostrar que ha sido responsable durante un periodo de tiempo, lo que también puede aumentar su calificación crediticia y darle acceso a otros productos, es incorporar esos datos en el informe crediticio al que los prestamistas acceden hoy en día", declaró su director de productos, Mark Luber.

Por ahora, en España no se refleja este tipo de deudas en el perfil crediticio del cliente. Pero en EEUU, comprar por encima de tus posibilidades ya puede afectar a la hora de que una institución financiera tradicional conceda o no un préstamo para tu negocio, o incluso una hipoteca para tu primera vivienda.

Comprar con la sensación de salir sin pagar. Y de forma inmediata. Antes ibas a la tienda física, tenías tiempo de mirar el producto, probarlo, pensar si realmente querías o podías comprarlo. Ahora, no hay necesidad de esperar gracias a las plataformas que pagan por ti en el momento de la compra. Los sistemas de 'buy now, pay later' —BNPL— tienen diversas soluciones de pago a plazos. ¿La más común? Abonar el producto en tres cuotas. Así, si compras un bolso o una consola por valor de 300 euros, tan solo pondrás 100 euros el primer mes. Sin costes extraordinarios. Hasta aquí todo suena bien, ¿no?

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