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Evergrande, el coloso inmobiliario que amenaza a China con vivir su propio Lehman
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Amenaza de quiebra

Evergrande, el coloso inmobiliario que amenaza a China con vivir su propio Lehman

El gigante inmobiliario, con más de 300.000 millones de euros en pasivos, se sitúa al filo de un impago que podría tener importantes consecuencias en China y a nivel global

Foto: Oficinas de China Evergrande en Hong Kong. (Reuters)
Oficinas de China Evergrande en Hong Kong. (Reuters)
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El 17 de diciembre de 2015, en la ciudad japonesa de Yokohama, el Fútbol Club Barcelona disputaba las semifinales del Mundial de Clubes de la FIFA. Con la ausencia de Leo Messi, el cuadro entonces dirigido por Luis Enrique se medía al equipo chino del Guangzhou Evergrande, que contraponía a los Gerard Pique, Andrés Iniesta y Luis Suárez un once comandado por los brasileños Paulinho, Ricardo Goulart y Eikeson de Oliveira y dirigido desde el banquillo por el también brasileño Luiz Felipe Scolari, campeón del mundo en 2002 con 'La Canarinha'.

Aquel no era ni mucho menos un rival de primer nivel, pero para entonces ya se había convertido en el gran dominador del fútbol chino y uno de los pesos pesados de Asia, condiciones que se reafirmarían en los años siguientes: hoy luce en su palmarés ocho Superligas chinas y 2 Champions League asiáticas, cuenta con la que se considera la mayor escuela de fútbol del mundo y tiene bajo construcción el que también aspira a ser el mayor estadio del mundo. Hitos que resultan mucho más llamativos si se considera que hace poco más de una década exhibía unas vitrinas prácticamente vacías, tras más de medio siglo de existencia, y jugaba en la segunda categoría del fútbol del país.

Foto: Mariana Mazzucato.

La distancia entre una y otra estampa se encuentra en su propio nombre. Ese Evergrande que acompañaba al topónimo Guangzhou era una poco velada señal de la entrada en su capital desde 2010 de uno de los mayores grupos inmobiliarios de China, encabezado por el multimillonario Hui Ka Yan, y que en aquellos momentos aceleraba la construcción de un coloso que en solo una década llegó a multiplicar por 24 su volumen de activos.

Hoy, sin embargo, ese gigante se tambalea y amenaza con protagonizar una de las mayores quiebras de la historia, en una crisis que algunos expertos no han dudado en comparar con la caída de Lehman Brothers, por sus posibles consecuencias tanto en China como a nivel internacional. "Los impactos de un gran incumplimiento de Evergrande serían notables", señalaba esta semana el responsable de la unidad de Inteligencia de The Economist en China, Mattie Bekink, en declaraciones a 'CNN'.

Las dificultades de Evergrande han sido un tema recurrente desde el verano pasado, cuando el Gobierno chino, en un intento por contener los excesos de su sector empresarial, puso en marcha la política de las "tres líneas rojas", en esencia, un endurecimiento de la regulación para impedir a determinadas empresas del mercado de la vivienda acceder al crédito si no cumplen una serie de requisitos en sus métricas de apalancamiento.

placeholder Promoción inmobiliaria desarrollada por China Evergrande en la ciudad de Luoyang. (Reuters)
Promoción inmobiliaria desarrollada por China Evergrande en la ciudad de Luoyang. (Reuters)

El gigante inmobiliario de Guangzhou, con un pasivo actual cercano a los 310.000 millones de euros, no cumplía ninguno de estos criterios y se vio contra las cuerdas, obligado a acelerar la venta de inmuebles mediante descuentos para acceder a una liquidez que le estaba vedada en los canales de financiación tradicionales. En paralelo, puso en marcha un plan para reducir el balance mediante la venta de activos, pero este no ha avanzado a la velocidad esperada, agudizando sus estrecheces financieras. En los 13 meses transcurridos desde entonces, el valor de sus acciones se ha hundido cerca de un 90%.

La semana pasada tanto Moody's como Fitch rebajaron su nota crediticia a niveles de bono con alto riesgo de insolvencia. "Consideramos probable un incumplimiento de algún tipo", subrayaba la nota de Fitch. Y, en efecto, esta misma semana las autoridades chinas han comunicado a los principales prestamistas de la compañía que no podrán cobrar los intereses de sus créditos que vencen la próxima semana. Con más de 3.500 millones de dólares (cerca de 3.000 millones de euros) en vencimientos en los próximos meses, la posibilidad de una quiebra resulta cada vez más notoria.

Pero, al margen de los titulares y las declaraciones grandilocuentes, en los mercados existen pocos indicios de que se asuma este escenario con un temor desmesurado. Tras registrar máximos históricos el lunes, el índice bursátil Shanghai Composite ha cerrado la semana a apenas un 2,7% de dicho récord y el yuan chino tan solo se ha dejado un 0,3% de su valor en los últimos cinco días. Fuera de las fronteras chinas, las señales de alarma son aún menos evidentes.

Foto: (Reuters)

"Creemos que la narrativa del 'momento Lehman de China' está fuera de lugar", afirma Simon McAdam, economista senior global de Capital Economics, en una nota publicada esta semana. "Por sí solo, un 'default' controlado o incluso un colapso desordenado de Evergrande tendría poco impacto global, más allá de algunas turbulencias en los mercados", añade.

Aunque Evergrande es uno de los tres mayores grupos inmobiliarios del sector inmobiliario chino, con más de 1.300 proyectos en casi tres centenares de ciudades, la compañía apenas representa un 4% del mercado residencial chino. Y los efectos directos de un impago de su deuda parecen limitados, como máximo, a los 18.000 millones que tiene en bonos emitidos en dólares (que equivalen a unos 15.350 millones de euros) y cuyo valor en el mercado ya se ha reducido en dos tercios.

Sin embargo, existen razones para pensar que la caída de Evergrande pueda azuzar la retórica del aterrizaje forzoso de la economía china que tantas turbulencias ha generado en los mercados internacionales en los años previos. El principal temor radica en la posibilidad de que sus problemas se acaben extendiendo al resto del sector promotor del país y desde ahí ramificarse hacia otros sectores. "Numerosos sectores podrían estar expuestos a un mayor riesgo crediticio si el promotor inmobiliario incumpliera", señalan en Fitch Ratings, donde advierten de que "un impago reforzaría la polarización crediticia entre los constructores de viviendas y podría resultar en vientos en contra para algunos bancos más pequeños".

El grupo se ha expandido a sectores como los vehículos eléctricos, internet o alimentación

Porque lo cierto es que gran parte de los problemas de China Evergrande Group pueden explicarse por su desordenada expansión en múltiples campos de actividad, de los que el fútbol es solo un ejemplo. Vehículos eléctricos, parques temáticos, alimentación o bebidas e internet y medios son otros de los negocios nacidos al calor de la expansión de su actividad inmobiliaria.

Pero también pueden verse como el reflejo de las dificultades que atraviesa buena parte del sector inmobiliario y de los problemas con la deuda que atraviesa el sector y, más en general, buena parte del entramado empresarial chino. Como observa Bekink, "la historia de Evergrande es la historia de los desafíos profundos y estructurales de la economía de China relativos a la deuda".

"Es cierto que, dado lo inflados que están los promotores inmobiliarios de China, podría haber una ola completa de impagos a la vuelta de la esquina, lo que tendría el potencial de iniciar un aterrizaje forzoso", comentan en Capital Economics, donde, sin embargo, apuestan porque el gobierno de Xi Jinping actuará para evitar males mayores.

El papel del Gobierno

Y, sin duda, esta es la principal clave de cómo de peligrosa puede llegar a resultar la caída de Evergrande, si llegara a producirse. El Gobierno chino lleva tiempo tratando de acotar los excesos de la clase empresarial y rescatar a Evergrande o a cualquier otro grupo que se vea en dificultades por una gestión imprudente conlleva el riesgo de alimentar unos incentivos morales perversos. Además, la administración del gigante asiático ha dado muestras en los últimos tiempos de que no le tiembla la mano a la hora de actuar contra los intereses de sus propias empresas para encauzarlas por las sendas que considera más apropiadas.

Pero dejar caer sin control al gigante inmobiliario podría general desde malestar social (muchos ciudadanos han pagado ya por viviendas que no están terminadas) a una crisis bancaria, sin obviar su presumible impacto en los mercados financieros, en los que la compañía de Hui Ka Yan cuenta con una presencia mucho mayor de la que le corresponde por su relevancia en la economía del país (Bank of America calcula que el 16% de la deuda 'high yield' en circulación de empresas chinas ha sido emitida por Evergrande). En este caso, el recuerdo de las consecuencias que tuvo para Estados Unidos dejar caer a Lehman Brothers debe servir como una lección a recordar por parte de las autoridades del país asiático. Una intervención para al menos facilitar una resolución ordenada del grupo parece la opción más factible.

Foto: Logo de Huarong. (Reuters)

"Si le inquieta que Evergrande cree un contagio financiero, no tiene que preocuparse demasiado. China tiene un incentivo para garantizar la estabilidad de su sistema bancario. Cualquier liquidación de Evergrande, aunque inevitablemente implique pérdidas, será gradual y lenta", sugería esta semana la columnista de 'Bloomberg' Shuli Ren.

Con todo, una buena gestión de la crisis de Evergrande, que evite temporalmente que se desencadenen las turbulencias económicas y financieras en China y hacia el exterior podría no ser un alivio definitivo para los problemas que subyacen tras la inestabilidad de la promotora y que podrían estar indicando el declive del que ha sido uno de los grandes motores del crecimiento de China en los últimos años: el mercado inmobiliario. El pasado mes de agosto, la venta de vivienda en el país se contrajo un 17,6% respecto al año anterior, en medio de las nuevas restricciones a la pandemia.

"Si bien Evergande está acaparando los titulares, incluso si se evita una crisis, el sector de la construcción de China está en declive estructural y contribuirá a una desaceleración del crecimiento del PIB al 2% para 2030. Esto respalda nuestra opinión no generalizada de que el PIB chino jamás superará al de la economía estadounidense a tipos de cambio de mercado", augura McAdam.

El 17 de diciembre de 2015, en la ciudad japonesa de Yokohama, el Fútbol Club Barcelona disputaba las semifinales del Mundial de Clubes de la FIFA. Con la ausencia de Leo Messi, el cuadro entonces dirigido por Luis Enrique se medía al equipo chino del Guangzhou Evergrande, que contraponía a los Gerard Pique, Andrés Iniesta y Luis Suárez un once comandado por los brasileños Paulinho, Ricardo Goulart y Eikeson de Oliveira y dirigido desde el banquillo por el también brasileño Luiz Felipe Scolari, campeón del mundo en 2002 con 'La Canarinha'.

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