España acelera su dependencia de la energía de Francia en plena escalada de la luz

La imparable subida de la electricidad en los mercados mayoristas, que posteriormente se traslada a la tarifa, ha puesto en jaque muchas economías, tanto domésticas como industriales, pero también ha puesto patas arriba el mercado de las interconexiones en frontera.

España, en concreto, ha sido durante este año, en particular durante los últimos seis meses, cada vez más dependiente de las compras de electricidad, principalmente procedente de Francia, que tan solo en agosto tuvo un superávit de 1,75 millones de MWh, mientras que, por el contrario, España vendió a París una cantidad residual. El déficit de generación total, en el conjunto de las interconexiones, sin embargo, fue menor, algo más de 661.400 megavatios hora, ya que ha habido superávit con Portugal y Marruecos.

La cobertura (relación entre exportaciones e importaciones) fue de apenas un 1%, según datos de Red Eléctrica. O lo que es lo mismo, de cada 100 megavatios intercambiados, 99 fueron de procedencia francesa y solo uno de origen español. Desde comienzos de año, España acumula un déficit de 5,41 millones de MWh con Francia, lo que da idea del desequilibrio. De cada 100 megavatios que se intercambian, 40 son españoles y 60 franceses.

La razón principal tiene que ver, fundamentalmente, con el precio, aunque también existen condiciones de mercado, como las limitaciones de las renovables en determinadas horas y en un contexto de adversidad climática. Este lunes, sin ir más lejos, en 15 de las 24 franjas horarias de un día (cada hora se fijan precios), la energía francesa era más barata que la española, en algunos casos con un diferencial de más de 40 euros. En las nueve restantes, la diferencia fue inexistente. Entre las 0:00 y las 6:00, las diferencias oscilaron entre 15 y 46,78 euros, según datos de Iesoe (Interconexión Eléctrica del Suroeste de Europa), de la que forma parte Red Eléctrica.

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La compra de electricidad a Francia contrasta, como se ha dicho, con los intercambios que mantiene España con los mercados de Marruecos y Portugal, a los que España vende más electricidad de la que compra. No solo en agosto, también en el conjunto del año.

Dependencia de Francia

La evolución de 2021 rompe una tendencia a una menor dependencia del sistema eléctrico francés registrada en los últimos cinco años. Los datos de Red Eléctrica muestran que el sistema eléctrico peninsular registró en 2020 un saldo importador equivalente a 3.857 GWh, un 43,8% inferior al obtenido en el ejercicio anterior. El saldo fue el resultado de la importación de 18.687 GWh y la exportación de 14.830 GWh, lo que refleja la importancia de las interconexiones.

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El aumento de la dependencia francesa, en cualquier caso, es una tendencia sostenida a lo largo de 2021, toda vez que desde febrero España compra más electricidad de la que vende a través de las distintas interconexiones. En junio, se alcanzó un récord de más de un millón de MWh de déficit, fundamentalmente por las menores exportaciones españolas. Aun así, el grado de interconexión eléctrica de España con Francia es todavía inferior al 3% de la capacidad de producción eléctrica instalada en España, muy lejos de los objetivos de la Unión Europea.

Es conocido que la mayor fuente de generación eléctrica en Francia es de origen nuclear, que está libre de emisiones de CO2, aunque con el hándicap del destino de los restos de la radioactividad que generan y de su menor seguridad implícita. Con el añadido de que las centrales nucleares tienen un funcionamiento rígido, tardan tiempo en arrancar y en alcanzar su máximo nivel de generación, lo que hace que su capacidad para adecuarse a súbitos incrementos de la demanda sea limitada. El 70% de la producción eléctrica de Francia es nuclear, casi el triple del 23% en el caso de España, aunque entre sus objetivos está reducir esa dependencia hasta el 50% en 2035 incentivando las fuentes renovables. Gracias a esa estrategia de autoabastecimiento, mediante 56 reactores, obtiene cada año más de 3.000 millones de euros vendiendo electricidad, principalmente a Italia, España y Reino Unido.

La UE viene recomendando que aumenten las interconexiones extranjeras, con escaso éxito

La Unión Europea, tanto el Parlamento como la Comisión, llevan dos décadas recomendando a todos los Estados miembro que aumenten sus interconexiones con el extranjero, por ahora con escaso éxito. Según sus objetivos, se debería haber alcanzado en 2020 un mínimo de un 10% de ratio de interconexión. Es decir, la suma de las capacidades de importación frente a la potencia de generación instalada, con el fin, recuerda Red Eléctrica, de eliminar sistemas aislados, facilitar el apoyo mutuo y promover el mercado único de la electricidad. Posteriormente, se fijó un nuevo mínimo del 15% para 2030.

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Bruselas considera que facilitar los intercambios comerciales de energía aumenta la competencia, al aprovechar las diferencias de precios de la energía en los sistemas eléctricos interconectados, y eso es, precisamente, lo que está ocurriendo ahora. Actualmente, la ratio de interconexión de España está por debajo del 5%, por lo tanto, muy lejos del objetivo recomendado. De hecho, España es el país de la UE con menos intercambios de electricidad, lo que puede explicar, aunque solo en parte, los incrementos en los precios de la luz.

Es por eso por lo que habitualmente se considera España una isla eléctrica, a lo que ha contribuido la oposición del sector a ampliar las interconexiones. La previsión es que aumenten en los próximos años las interconexiones con Francia, pero la nueva vía a través del golfo de Vizcaya no estará plenamente operativa hasta el año 2026. Lo que se pretende es aumentar la capacidad de interconexión con Francia hasta los 8.000 MW.