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El nuevo unicornio español no es una red social, es el líder en genética de la fertilidad
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IGENOMIX, VALORADA EN 1.250 M

El nuevo unicornio español no es una red social, es el líder en genética de la fertilidad

Igenomix, que acaba de ser vendida a Vitrolife valorada en 1.250 millones, ha logrado posicionarse como actor global en servicio para clínicas de fertilidad desde su base en Valencia

Foto: Laboratorio de Igenomix en Paterna. (Valencia)
Laboratorio de Igenomix en Paterna. (Valencia)
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Nació hace poco más de diez años como una vertical en el seno del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y se ha revelado como el nuevo unicornio español, con una valoración por encima de los 1.200 millones de euros tras haberse integrado en la cotizada sueca Vitrolife. Igenomix no es una 'start-up' de e-commerce, ni una 'app' de 'delivery. La empresa, con sede en el Parque Tecnológico de Paterna (Valencia), ha demostrado que España puede generar compañías biotecnológicas capaces de internacionalizarse, generar empleo cualificado, suscitar el interés de fondos de inversión con operaciones multimillonarias anticipando crecimientos de dos dígitos y rentabilidades atractivas y posicionarse como líderes globales en su segmento; en este caso, la genética reproductiva.

Igenomix, cuyo negocio 'core' es el diagnóstico genético preimplantacional, tiene entre sus 90.000 clientes a clínicas y médicos especializados en fertilidad con laboratorios en países como China, México, Brasil, Canadá, India. En total, extiende su presencia a 23 territorios, con especial implantación en Estados Unidos. Miami fue la base de su primera experiencia internacional, un puente con el mercado latinoamericano.

"Empezamos en el sótano del aeropuerto, con una maleta, a visitar clínicas y vimos que a la gente le gustaba lo que ofrecíamos. Nos fue muy bien en un mercado complejo y esto nos abrió los ojos en lo internacional", explica David Jiménez, director general de Igenomix en conversación con El Confidencial. Hoy, con sedes en Nueva York o Los Ángeles, compiten de tú a tú con Cooppers Genetics, su principal rival en Estados Unidos.

placeholder David Jiménez, director general de Igenomix.
David Jiménez, director general de Igenomix.

Jiménez llegó a la empresa procedente de la dirección de la también valenciana Corporación Dermoestética, que desde el estallido de la crisis inmobiliaria había empezado a sufrir serios problemas financieros por la caída de ingresos y terminó por entrar en concurso de acreedores en 2015. Junto con Simón y los fundadores del IVI, Antonio Pellicer y José Remohí, comenzaron a trabajar en el proyecto que desembocó en Igenomix. "Me sentía como un bicho raro rodeado de científicos. Montamos algo así como una 'start-up' y nos planteamos hacer algo con la tecnología que ya teníamos en aquel momento. Sonaba algo arrogante, pero nos propusimos ser la empresa de referencia en la genética de la reproducción. Teníamos ese objetivo".

El vínculo con el IVI, que está en la base del conocimiento científico de Igenomix, pronto se reveló un freno para la expansión comercial. Los clientes de otras clínicas y corporaciones de fertilidad veían en Igenomix el rostro del gran competidor. La solución fue emancipar a la vertical y crear una empresa completamente independiente, superando el concepto de 'spin-off'. "Era un conflicto estratégico y no fue fácil. Siempre nos hemos sentido muy IVI, con un buen servicio, en la atención a los clientes. Nos habían preparado mejor que a otros", explica Jiménez.

Así fue como se produjo la entrada de Charme Capital Partners en el accionariado, en el verano de 2016. Jiménez sostiene que de no haber realizado esta operación el mercado les hubiera cerrado el paso al crecimiento. Salieron los dueños del IVI y se quedó Carlos Simón, profesor de Ginecología de la Universidad de Valencia y de la Standford School of Medicine, premio Rey Jaime I a la Investigación y 'alma mater' científica del proyecto. Igenomix facturaba en ese momento 30 millones de euros; ahora, acaba de cerrar el año fiscal en junio con una cifra de negocio auditada de 122 millones de euros. Y en plena pandemia. La plantilla supera los 600 empleados.

Foto: Sede de la empresa valenciana Igenomix. (Google Maps)

El director general de Igenomix sostiene que la presencia de los fondos de inversión les ha permitido explorar operaciones de adquisición (M&A) de otros pequeños laboratorios en países que encajaban en sus planes de expansión y también en su cultura. "El IVI nos dio la marca y prestigio inicial; Charme nos ayudó mucho en reforzar el crecimiento de la compañía; y EQT nos dio dimensión y profesionalización en algunos aspectos y en un reforzamiento del equipo directivo", añade Jiménez. El fondo nórdico, que compró a Charme gran parte de su paquete en 2019, proyectó incluso una salida a bolsa para planificar su 'exit', pero en ese proceso se acercaron también inversores industriales y la elegida fue la sueca Vitrolife, cotizada en Estocolmo. La valoración alcanzó los 1.250 millones de euros.

"Vitrolife no es mucho más grande que nosotros. Es muy complementaria. Esto no va de una sinergia de costes. Ellos son especialistas en equipamientos para clínicas de reproducción asistida y nosotros somos más de prestar servicios. La idea es crear una gran empresa integral", dice Jiménez, que no obstante avanza pocos detalles de la integración, a la espera de que los reguladores den luz verde a la operación.

placeholder El científico Carlos Simón.
El científico Carlos Simón.

Pese a su implantación global y la integración en el perímetro de Vitrolife, Igenomix mantendrá el equipo directivo y la sede en Valencia. Jiménez pone en valor el hecho de haber sido capaz de construir una compañía que ejerce un liderazgo global en su segmento a partir del talento y el capital humano que se genera en el ecosistema académico-científico valenciano. El ejecutivo está convencido del que el ADN aventurero y exportador del tejido local ha ayudado culturalmente a la implantación internacional, "peleando en los mercados codo con codo con los proveedores locales".

"Hemos tenido que aprender a convivir con la cultura empresarial y de trabajo de muchos países. Creo que en Valencia se da un compromiso y calidad de trabajo y una cualificación técnica de las mejores que hemos encontrado", señala. Muchos de los responsables de las delegaciones internacionales provienen de la sede central, aunque Jiménez añade que Igenomix también importa talento de fuera a sus oficinas de Paterna.

Ampliar el foco de la genética

De cara al futuro, la compañía tiene en mente ampliar su cartera de productos y servicios. Su especialidad es realizar diagnósticos genéticos para elevar las tasas de fecundidad en los procesos de fertilidad, elevando la calidad genética de los embriones seleccionados, reduciendo riesgos potenciales de enfermedades genéticas en el futuro y colaborando con los médicos de reproducción. Hace tres años, inició un proceso de revisión de sus objetivos a largo plazo con la intención de maximizar su tecnología y el conocimiento adquirido para explorar otras especialidades.

Además de haber metido un pie en el sector sanitario de la pandemia del coronavirus con pruebas PCR con saliva y servicios de diagnóstico de covid a particulares y empresas, Igenomix quiere aprovechar su 'track' récord genético para colaborar en el tratamiento de enfermedades raras, la cardiología o la oncología. "Es algo mucho más amplio que la infertilidad. Decidimos crear una unidad de negocio independiente. Esto lo pusimos en marcha en noviembre y estamos ahora justo montando los equipos, también en las sedes de Dubái, México o Brasil", dice el directivo de la empresa. Igenomix parece no tener techo.

Nació hace poco más de diez años como una vertical en el seno del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y se ha revelado como el nuevo unicornio español, con una valoración por encima de los 1.200 millones de euros tras haberse integrado en la cotizada sueca Vitrolife. Igenomix no es una 'start-up' de e-commerce, ni una 'app' de 'delivery. La empresa, con sede en el Parque Tecnológico de Paterna (Valencia), ha demostrado que España puede generar compañías biotecnológicas capaces de internacionalizarse, generar empleo cualificado, suscitar el interés de fondos de inversión con operaciones multimillonarias anticipando crecimientos de dos dígitos y rentabilidades atractivas y posicionarse como líderes globales en su segmento; en este caso, la genética reproductiva.

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