Una dupla que nadie imaginó para llevar el Banco de España

Quedó resuelta la media naranja en la cúpula del Banco de España. Al gobernador Juan Pablo Hernández de Cos, elegido hace dos meses por el PP poco antes de abandonar La Moncloa, le acompaña ahora como número dos Margarita Delgado a propuesta del actual Gobierno. Esta es la dupla que durante los próximos seis años estará al frente del supervisor del sistema financiero, el otrora todopoderoso organismo (política monetaria y supervisión bancaria) que desde hace años ejerce como sucursal local del BCE.

Pese a lo extraordinario del contexto político, el relevo al frente del Banco de España ha sido resuelto sin el jaleo habitual en cometidos similares. Es verdad que al final, ninguno de los candidatos originales planteados por PP y PSOE antes de cambiarse las tornas del poder llegó a puerto. Ni el tapado popular Fernando Bécquer, allegado al presidente saliente Mariano Rajoy y respaldado por la entonces ‘vice’ Sáenz de Santamaría, ni el socorrido David Vegara, siempre candidato socialista para algo, culminaron el proceso de sucesión.

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Por sorprendente que parezca, reina cierto consenso respecto al equipo formado. Y eso a pesar de que un relevo de estas características siempre produce movimientos de placas tectónicas (cuotas de poder) dentro y fuera de las filas corporativas del Banco de España. Dos personas formadas en la casa, complementarias (uno, especialista en macro; otra, en supervisión), coetáneos y con un currículum (nacional e internacional) apto para los puestos de responsabilidad encomendados. Sorprende, pero hay quórum.

Incluso la salida de Luis Linde ha dejado pocos jirones para todo lo llovido en este tiempo, tras seis años de reestructuración del sector, con la caída final de Banco Popular. Ni siquiera su segundo, Javier Alonso, sustituto de Fernando Restoy para dos años, ha supuesto un problema a la hora del relevo, por más que sus palabras sobre el impuesto a la banca que baraja el Gobierno hayan servido para generar algo de ruido. Estaba de prestado y se va sin hacer ruido, como casi siempre ocurre dentro de la casa, donde el silencio habita.

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En lo fundamental, ni Hernández de Cos ni Delgado llegan para enarbolar cambios de peso, como mucho de personajes, reconoce un compañero de promoción. En cuanto al discurso, su reto es algo más relevante, pues con un experto en macro procedente del Servicio de Estudios cabe esperar que sus recomendaciones para la correcta gestión de la economía del país no se ciñan a la política laboral, como ocurre siempre, hasta el punto de permitir que ese espacio lo ocupen ahora servicios de estudios o instituciones como la AIReF.

Respecto al campo de acción de la subgobernadora, bregada en la trinchera de la inspección, desde abajo hasta arriba y tanto aquí como en Europa, su cometido pasa por velar por la solvencia de las entidades financieras, cuyo papel es determinante en el funcionamiento de la actividad económica. Pese a que su nombramiento ha sido decisión de Nadia Calviño, poco podrá interceder a la hora de hacer ver la arbitrariedad de un impuesto a la banca, y no los supermercados o las eléctricas, para costear las pensiones.