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Yellen mantiene los tipos por la amenaza del Brexit y ve menos crecimiento en EEUU
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REUNIÓN DE LA RESERVA FEDERAL

Yellen mantiene los tipos por la amenaza del Brexit y ve menos crecimiento en EEUU

El banco central de Estados Unidos hace buenos los pronósticos y mantiene el precio del dinero en el 0,25-0,50%. Y, sobre todo, tampoco muestra muchas prisas por elevarlos

Foto: Dos policías vigilan con su perro la entrada de la sede de la Fed en Washington./REUTERS
Dos policías vigilan con su perro la entrada de la sede de la Fed en Washington./REUTERS

No ha sido en junio. Y mucho tiene que mejorar la situación para que sea en julio. O en septiembre. O incluso en noviembre o diciembre. Haciendo buenos los pronósticos, la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, ha mantenido el precio del dinero en el 0,25-0,50% en el que se encuentra desde diciembre. La entidad presidida por Janet Yellen ha entendido que las actuales condiciones financieras, de nuevo revueltas por lo incierto que se presenta el referéndum en el que Reino Unido decidirá su permanencia en la Unión Europea, obligaban a manejarse con cautela. "El Brexit ha sido uno de los factores que hemos tenido en cuenta en la decisión de mantener los tipos", ha reconocido Yellen en la rueda de prensa posterior a la reunión.

Esta prudencia no ha sorprendido a un mercado que, sobre todo, esperaba pistas acerca de si la Fed elevará los tipos en la siguiente cita, que tendrá lugar los días 26 y 27 de julio. ¿Las ha encontrado? Sí, y apuntan a que será difícil que ese aumento se produzca. Aunque, una vez más, se ha procurado cierta flexibilidad posible para dejarse la puerta abierta tanto para volver a mantener como para subir los intereses dentro de un mes y medio, ha lanzado un mensaje que no encaja con el previo a un repunte del precio del dinero tan inminente. "El ritmo de la mejoría del mercado laboral se ha frenado, mientras que el crecimiento de la actividad económica parece haberse acelerado", recoge el comunicado oficial de la entidad.

"Aunque la tasa de paro ha descendido, la creación de empleos se ha debilitado", ha reconocido para ratificar los datos laborales de mayo. Durante el mes pasado, la economía estadounidense apenas generó 38.000 puestos de trabajo, el dato más bajo desde 2010.

Unanimidad para garantizar la gradualidad

Una muestra de las pocas prisas de la Fed es que la decisión de mantener los tipos ha sido unánime. Todos los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano de la Fed que maneja los tipos de interés en EEUU, la han apoyado. Incluso Esther George, que ha rebajado su condición de halcón de halcones de la entidad y, a diferencia de las dos anteriores citas, en las que votó a favor de elevar los intereses, esta vez ha respaldado la medida de no tocar los tipos.

De lo que no hay duda es de que Yellen no engañó cuando definió que la subida de los tipos será "gradual", una etiqueta que ha vuelto a emplear en junio. Tras acometer en diciembre el primer aumento de los intereses en casi 10 años, en la primera mitad de 2016 no ha dado continuidad a ese movimiento y el mercado ni siquiera fecha ya el siguiente repunte en 2016, sino que lo retrasa hasta 2017.

Tras conocer el veredicto de la Fed, el mercado concede una probabilidad inferior al 40% a que la Reserva Federal encarezca el precio del dinero en diciembre. Ayer, ese porcentaje alcanzaba el 48,9%. Y hace una semana llegaba al 57,8%.

En marzo, 10 de los 17 miembros de la Fed veían los tipos por debajo del 1% a finales de 2016; en junio, este grupo crece hasta 15 de los 17 representantes

Sin embargo, este pronóstico no encaja con el de los miembros de la Fed. Y eso que estos también están demorando y moderando aún más calendario de subidas de los tipos en EEUU, tal como certifican las nuevas previsiones que el banco central norteamericano ha publicado este jueves. En marzo, 10 de los 17 miembros de la Fed situaban el precio del dinero por debajo del 1% a finales de 2016 y los 7 restantes, entre el 1% y el 1,5%. Para finales de 2017, 9 miembros los veían entre el 1,5% y el 2%; 6, entre el 2% y el 2,5%; y otros 2, entre el 2% y el 2,5%. Ahora, 15 de los 17 miembros los ven por debajo del 1% cuando acabe 2016 y sólo 3 los sitúan por encima del 2% a finales de 2017. Y otro dato: 6 de los 17 miembros sólo dejan espacio para un aumento más en 2016; hace tres meses, este grupo esta formado por un único miembro.

Tomando esta consideración, se prolonga la moderación de la secuencia esperada para 2016. En diciembre, los pronósticos sobre los tipos daban margen para tres o cuatro subidas durante este ejercicio; en marzo, para dos; y ahora, cada vez están más inclinadas hacia un único incremento en 2016.

El banco central estadounidense también ha actualizado sus previsiones económicas. Y lo ha hecho para rebajar las cifras de crecimiento. Hace tres meses, la Fed contemplaba un crecimiento del 2,2% en 2016 y del 2,1% en 2017; ahora, sitúa ambas tasas en el 2%. En cuanto al paro, lo deja sin cambios, en el 4,7% para 2016 y en el 4,6% en 2017. Sí anticipa algo más de inflación, que en 2016 pasa del 1,2 al 1,4% y en 2017 se mantiene en el 1,9%.

El Brexit y el mundo importan

En la rueda de prensa posterior a la reunión, Yellen ha afirmado que "proceder con cautela permite a la Fed verificar la mejoría económica". Aunque, sobre todo, ha confirmado que vuelve a preocuparle la incertidumbre internacional, alimentada en las últimas jornadas por el riesgo de que Reino Unido abandone la Unión Europea.

"Las vulnerabilidades en la economía mundial permanecen", ha asegurado. "El viento en contra puede puede mantenerse durante un tiempo", ha añadido. Acerce de la influencia que la amenaza del Brexit ha tenido en la decisión de no tocar los intereses, Yellen ha sido clara: "El Brexit ha sido uno de los factores que se ha tenido en cuenta en la decisión de mantener los tipos. La consulta es importante para Reino Unido y para Europa y puede provocar consecuencias para los mercados internacionales".

El problema para la Fed es que, tras la consulta británica le espera otra cita electoral, la que protagonizarán la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump para llegar a la Casa Blanca. En adelante, todo lo que decida será interpretado -y criticado- en clave electoral, con lo que representá una presión adicional sobre Yellen.

Pendiente de todo lo dicho y publicado por la Fed, el mercado reacciona en consonancia con ese retraso en el calendario de la subida de los tipos. El dólar, que esperaba en los 1,124 dólares por euro, se deprecia hasta los 1,129 dólares. Y la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años se modera hasta el 1,58%, el rendimiento más bajo desde finales de 2012. Y esta referencia temporal no es una cualquiera, puesto que fue a finales de 2012 cuando la Fed, entonces presidida por Ben Bernanke, reforzó su tercer programa de expansión cuantitativa (QE3) desde los 40.000 hasta los 85.000 millones de dólares al mes.

No ha sido en junio. Y mucho tiene que mejorar la situación para que sea en julio. O en septiembre. O incluso en noviembre o diciembre. Haciendo buenos los pronósticos, la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, ha mantenido el precio del dinero en el 0,25-0,50% en el que se encuentra desde diciembre. La entidad presidida por Janet Yellen ha entendido que las actuales condiciones financieras, de nuevo revueltas por lo incierto que se presenta el referéndum en el que Reino Unido decidirá su permanencia en la Unión Europea, obligaban a manejarse con cautela. "El Brexit ha sido uno de los factores que hemos tenido en cuenta en la decisión de mantener los tipos", ha reconocido Yellen en la rueda de prensa posterior a la reunión.

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