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Varapalo de Moody's a Rajoy: la morosidad seguirá alta por el paro y los salarios basura
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LA MEJORA DE LA CONFIANZA NO ES SUFICIENTE

Varapalo de Moody's a Rajoy: la morosidad seguirá alta por el paro y los salarios basura

La agencia de calificación ha echado un jarro de agua fría a la euforia gubernamental sobre la mejoría del consumo. No basta para reducir los impagos mientras el paro siga tan alto y los salarios no suban

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (Reuters)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (Reuters)

En el balance triunfal que hizo Rajoy antes de las vacaciones se centró en la recuperación económica: el empleo crece (un millón de puestos de trabajo entre 2014 y 2015); el PIB avanza a un ritmo trimestral anualizado del 4%; el déficit se reduce hasta sacar a España del Procedimiento de Déficit Excesivo (2,8% en 2016) y el sector exterior vuelve a superávit. Todo ello ha conseguido que la confianza del consumidor se dispare hasta su nivel más alto no ya desde antes de la crisis, sino desde 2004.

Sin embargo, esta aparente euforia no es suficiente para que los ciudadanos puedan hacer frente a sus deudas impagadas, es decir, para que se reduzca la morosidad en el crédito al consumo. Así lo asegura un informe de Moody's, según el cual lo que hace falta para que dicha morosidad vuelva a los niveles precrisis (se encuentra cerca del 12%, cuando entonces andaba por el 2%) es que baje el paro y que suban los salarios. Mientras eso no ocurra, la recuperación no llegará a las finanzas de los consumidores.

"Dos factores principales impiden que la confianza del consumidor se traduzca en una mejora del comportamiento de los préstamos", explica el informe. El primero es que "el desempleo se mantiene en niveles máximos y no bajará de forma apreciable en los próximos dos años". Así, la previsión de Moody's para la tasa de paro en España es del 22,9% en 2015, el 22% en 2016 y el 21% en 2017, es decir, un descenso muy limitado.

En este sentido, también hace referencia a los salarios estancados: "Los ingresos estancados de un segmento significativo de hogares continuarán dañando la capacidad de los consumidores para devolver sus deudas", y añade que el mercado español es especialmente sensible a estas variables (el estudio abarca todos los países periféricos del euro).

Pagamos antes la hipoteca

El segundo factor es bien conocido en nuestro país: "Si la capacidad de los consumidores para pagar sus deudas mejora, probablemente darán prioridad a devolver sus hipotecas, no los préstamos al consumo, debido a la naturaleza de deuda con recurso de las primeras" (es decir, de deuda con garantía, en este caso de la vivienda, que perderían en caso de impago).

Estos elementos hacen que no se pueda confiar en que la mejoría de la confianza del consumidor se vaya a traducir en una reducción de la morosidad. Al revés –cuando baja la confianza– esta correlación sí funciona con 12 meses de adelanto, como se puede apreciar en el gráfico adjunto (la línea verde es la confianza del consumidor y la azul es la morosidad del crédito al consumo). Así, la mayor caída de la confianza del consumidor se produjo en verano de 2012, cuando se juntaron el rescate financiero de España, la subida del IVA y la supresión de la paga extra de los funcionarios. Un año después, la morosidad se disparaba.

Cuidado: la situación actual recuerda a 2008

Por el contrario, la euforia de los consumidores registrada a finales de 2008 tras las elecciones generales, justo al comienzo de la crisis financiera y cuando ésta no había llegado al ciudadano, no se tradujo en una recuperación económica, sino en todo lo contrario: en 2009 la recesión estalló con toda su virulencia. Y ahora Moody's afirma que "observamos la misma divergencia, ya que la confianza del consumidor ha subido de forma sostenida desde el tercer trimestre de 2012, mientras los impagos se mantienen elevados", algo que achaca a la elevada tasa de desempleo.

De hecho, el analista de la agencia de calificación Antonio Tena llega incluso a dudar de la fortaleza del consumo actual en España. Aunque la contabilidad nacional muestra que el consumo de los hogares crece más rápido que el PIB (el 3,5% frente al 2,7%), recuerda que la encuesta de presupuestos familiares está mucho más en línea con el pobre comportamiento financiero de los consumidores. Según esta medida, el gasto medio de los hogares en 2014 fue un 0,2% inferior al de 2013 y se situó un 15% por debajo de los niveles previos a la crisis.

En el balance triunfal que hizo Rajoy antes de las vacaciones se centró en la recuperación económica: el empleo crece (un millón de puestos de trabajo entre 2014 y 2015); el PIB avanza a un ritmo trimestral anualizado del 4%; el déficit se reduce hasta sacar a España del Procedimiento de Déficit Excesivo (2,8% en 2016) y el sector exterior vuelve a superávit. Todo ello ha conseguido que la confianza del consumidor se dispare hasta su nivel más alto no ya desde antes de la crisis, sino desde 2004.

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