Empleo: luces y sombras de la estadística más sensible... e impuntual

El mercado laboral nunca es puntual. Su reloj siempre va con retraso. Vamos, que nunca se recupera tan pronto como se desearía ni a la velocidad soñada.

Es lo que tienen los denominados indicadores retrasados de la economía, que solo reaccionan cuando han pasado los acontecimientos y que nunca se anticipan a los vaivenes del ciclo económico. En su caso, las empresas y los negocios, que son los grandes destructores ogeneradores de empleo, despiden o contratan cuando han acumulado varios meses seguidos de empeoramiento o mejoríade sus ventas.

Ocurrió al comienzo de la crisis. En ese momento, la tasa de paro se mantuvo por debajo del 13,6%, que era la media registrada entre 1996 y 2007, hasta finales de 2008. Para entonces, la crisis ya llevaba más de un año en marcha, pero el paro no subió de un mes para otro, sino que fue repuntando conforme las compañías fueron acumulando evidencias de que su negocio descendía.Y ahora, con la recuperación, está ocurriendo lo mismo pero a la inversa: las empresas se toman su tiempo antes de volver a contratar, de ahí el retardo con el que reaccionar el mercado laboral.

Pero el empleo no es un indicador cualquiera. Constituye, sin duda, la estadística macro más sensible y cercanapara los ciudadanos. Ninguna otra, ni el Producto Interior Bruto (PIB) ni la inflación ni la balanza comercial, despiertael interés ni las reacciones que generan los datos de paro. No es para menos: no hace falta explicar la importancia de tener o no empleo para el bolsillo de los hogares o para la realización personal.

Dos realidades en una

Si esta realidad se impone en todo el mundo, en el caso de España esa relevancia y esa sensibilidad alcanzan niveles aún mayores. Y el motivo no es otro que las altas cotas que el paro ha alcanzado durante los años de la crisis y la impaciencia que genera su descenso actual. Las dos fuentes estadísticas principales de los datos de paro, como son las cifras mensuales que ofrece el Ministerio de Empleo y las trimestrales del Instituto Nacional de Estadística (INE) con la Encuesta de Población Activa (EPA), evidencian la dualidad en la que se mueven ahora los datos. Mientras que por un lado las cifras están mejorando, por otro el mercado laboral continúa acumulando unos datos negativos de impresión -ver vídeo que encabeza esta información-.

La última remesa de datos mensuales la proporcionó el Ministerio de Empleo el pasado lunes. Y encajaron a la perfección con esa doble realidad. Mientras que entre marzo de 2014 y el mismo mes de este año el número de parados ha bajado en 343.927 personas,el de afiliados a la Seguridad Social ha crecido en 536.512. Además, tanto el volumen de contratos totales como el de contratos indefinidos ha reflejado crecimientos de doble dígito en el primer trimestre.

Los primeros destellos de recuperación no deberían ocultar la sombra: sigue habiendo hoy dos millones de parados más que en 2007, justo antes de la crisis

Pero estas luces todavíaproyectan las correspondientes sombras. Aunque el número de parados está bajando, los 4,45 millones de paradosregistrados en marzo aún están más de 2 millones por encima de las cifras existentes en 2007. Y lo mismo ocurre con el número afiliados: los 16,83 millones de marzo están 2,4millones por debajo de los 19,23 millones de 2007. Además, los contratos indefinidos no logran subir con claridad del 10% del total de los contratos firmados. Y un dato especialmente duro: solo el 55,7% de los parados recibe prestaciones por desempleo.

En el caso de la EPA, la tasa de desempleo, que en 2007 llegó a caer al 7,9% -por debajo de la media del 13,6% registrada desde 1996-, repuntó en 2013 hasta el 27% y actualmente, a la espera de la nueva remesa de datos, se encuentra todavía en el 23,7%. Solo Grecia, con un paro del 25,7%, supera esos registros dentro de la Unión Europea. Los datos del primer trimestre se conocerán el próximo 23de abril, y todo indica que registrará un descenso.

Pero, seguramente, incluso ese descenso sabrá a poco. Cuando toca remontar, del mercado laboral siempre se espera más. Pero no puede evitarlo: siempre llega con retraso.