La Seguridad Social vuelve a tener dos ocupados por cada pensionista

La incipiente recuperación económica comienza a equilibrar –aunque todavía de una forma marginal– las maltrechas cuentas públicas. En particular, de la Seguridad Social, que ha visto como desde 2007 se han destruido (medias anuales) más de 2,5 millones de puestos de trabajo. Ese es el número de trabajadores que ha dejado de cotizar. Pero ahora está sucediendo lo contrario. La economía creade nuevo empleo, y, como consecuencia de ello, el sistema público de protección social ha vuelto a tener dos ocupados por cada pensionista.

Esta relación es la clave de bóveda del sistema de protección social, y todos los estudios actuariales coinciden en que por debajo de ese umbral la Seguridad Social es insostenible. Lo que dicen los datos que ayer se hicieron públicos es que 16,64 millones de ocupados financian los haberes de 8,34 millones de pensionistas. La cifra de afiliados/cotizantes es mayor (19,06 millones), pero hay que tener en cuenta que en ella se incluye a los parados, cuyas cotizaciones las paga el Estado. Incluyendo a estos afiliados, la relación sube a 2,29 veces.

En todo caso, todavía muy por debajo de los niveles que existían al comienzo de la crisis, cuando por cada pensionista había 2,71 afiliados. Desde entonces, y hasta que en los primeros meses de 2014 se quebró la tendencia, todo han sido malas noticias para la Seguridad Social, que este año tendrá (pese al aumento de la afiliación) un déficit equivalente a 11.521 millones de euros. Para hacernos una idea de la dimensión del problema, hay que tener en cuenta que, pese a la creación de empleo en estos últimos meses, el nivel de afiliación es el mismo que existía en 2004, es decir, hace una década.

La causa de esta aparente paradoja tiene que ver en parte con el retroceso de las bases medias de cotización debido a los recortes salariales. Ya en 2012, descendieron un 0,22%, y lo mismo sucedió en 2013. Hay que tener en cuenta que la renta bruta de los hogares, según los datos de la Agencia Tributaria referidos al primer trimestre, está cayendo un 0,8%. Y aunque este indicador no es exactamente igual que la renta salarial, sí que refleja los ingresos de los afiliados a la Seguridad Social, toda vez que los de la mayoría de las familias tienen que ver con las nóminas.

Según lo previsto por el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado, los ingresos por cotizaciones sociales caerán este año en 3.023 millones de euros. O lo que es lo mismo, el sistema público de protección social recaudará 102.839 millones de sus afiliados cotizantes, lo que representa un 2,86% menos que en 2013.

Autónomos y régimen general

Esta cifra, en todo caso, es probable que se revise a la baja, toda vez que el empleo se está comportando mejor de lo previsto inicialmente por el Gobierno. De hecho, en el primer cuatrimestre del año los derechos reconocidos han descendido ‘sólo’ un 0,23%, lo que indica que es probable que, al final, el déficit de la Seguridad Social sea menor.

Básicamente, por la mejor evolución de los cotizantes del régimen general (el más importante del sistema) y de los autónomos. Si bien tampoco hay que olvidar que los gastos (obligaciones reconocidas) están creciendo a un ritmo del 4,2% hasta abril, lo que explica el enorme desequilibrio de la Seguridad Social pese a la creación de puestos de trabajo.

La recuperación del empleo se está apoyando, fundamentalmente, en tres sectores: las actividades inmobiliarias (un 7%); la hostelería, un 6%, y la educación, un 5,6%. En este último caso, esta evolución tiene mucho que ver con el hecho de que las comunidades autónomas (que tienen la competencia) han levantado el pie del acelerador de los ajustes presupuestarios.

Por el contrario, tanto la construcción (-3%) como las actividades relacionadas con la banca y los seguros (-4%) continúan perdiendo empleo de forma intensa. Y nada indica que esta tendencia se vaya a corregir de forma inmediata. En el primer caso, porque el stock de viviendas continúa siendo enormemente elevado (y de ahí el ‘renacimiento’ de las actividades inmobiliarias), y en el segundo, porque el ajuste en el sector no ha concluidoy todavía la banca tiene que recortar parte de su capacidad instalada.