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Chipre vuelve a cerrar la financiación de los bancos y aumenta su dependencia del BCE
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LAS ENTIDADES NIEGAN QUE HAYA SALIDA DE DEPÓSITOS DE MOMENTO

Chipre vuelve a cerrar la financiación de los bancos y aumenta su dependencia del BCE

La crisis de Chipre, que ayer votó en contra de imponer una quita a los depósitos y ahora busca sustituir el rescate de la UE por

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Chipre vuelve a cerrar la financiación de los bancos y aumenta su dependencia del BCE

La crisis de Chipre, que ayer votó en contra de imponer una quita a los depósitos y ahora busca sustituir el rescate de la UE por un préstamo de Rusia, provocará un nuevo encarecimiento de la financiación para la banca de los países periféricos que puede desembocar otra vez en el cierre de los mercados mayoristas, según los expertos. Esto, a su vez, incrementará la dependencia de la barra libre del BCE, que se había reducido notablemente en los últimos meses. Eso, sin necesidad de que veamos una fuga de depósitos en España o Italia -el gran temor de los analistas y de las autoridades europeas-, que hasta ahora niegan las entidades y el propio Banco de España.

Royal Bank argumenta que "los diferenciales de los bancos periféricos aumentarán, en especial los de la deuda subordinada. Esperamos que España e Italia sean los países más castigados, dado que el riesgo de los activos de sus bancos se mantiene elevado en ambos países. El impacto a medio plazo será negativo para los bancos periféricos, en especial para los más pequeños ".

Un aumento de los diferenciales -encarecimiento de la financiación- que ya está empezando a ocurrir , como muestra un indicador de las dificultades de financiación de la banca europea conocido como 1Y EUR-USD basis swap. Este índice, que había desaparecido del primer plano gracias a la barra libre del BCE, alcanzó ayer su nivel más bajo (estresado) desde diciembre de 2011.

Este golpe llega después de que el mercado se reabriera este año para las entidades españolas después de muchos meses cerrado, gracias a la relajación de la prima de riesgo. De hecho, el 12 de marzo CaixaBank emitía 1.000 millones en cédulas a cinco años a un tipo inferior al del Tesoro, la última colocación realizada hasta la fecha. Esta normalización del acceso a la liquidez ha permitido que los bancos sanos devuelvan buena parte del dinero que habían tomado en las subasta del BCE a tres años; de este modo, la deuda de los bancos españoles con el BCE ha pasado de los 388.736 millones hasta los 271.840 millones de euros registrados en febrero.

El peligro de la fuga de depósitos

Pero ahora esta normalización se verá de nuevo alterada por los sucesos de Chipre. Además, existe el peligro de que las agencias de rating bajen la calificación a los bancos españoles al desaparecer la garantía de un apoyo público ilimitado, lo que dificultará todavía más su acceso a los mercados. Y eso volverá a incrementar su dependencia del BCE, que vuelve a ser la gran esperanza para esquivar la enésima crisis de la zona euro. Todo el mundo confía en que, si la banca chipriota sufre una huída masiva de depósitos -como es probable-, Mario Draghi ponga encima de la mesa toda la liquidez que sea necesaria para superar la situación. Y lo mismo si ocurre una fuga de depósitos en España o Italia.

De momento, esta fuga de depósitos no se ha dado, al menos de forma relevante, según diferentes entidades y el propio Banco de España. Pero Bank of America Merrill Lynch considera que, si la resolución de la crisis en Chipre se alarga, como parece, será más probable una huida de fondos de los países periféricos a los centrales. Para hacerle frente, este banco de inversión espera que el BCE utilice herramientas no convencionales, como una nueva inyección de liquidez a largo plazo o una mayor relajación de los requisitos exigidos a los títulos que se pueden entregar como colateral. Eso abarataría los costes de financiación de las entidades.

El BCE puede rescatarnos, pero ¿lo solicitará España?

Sin embargo, el peligro va más allá. Después de lo ocurrido ayer en Chipre, vuelve el peligro de una ruptura de la zona euro, lo cual puede traducirse en una fuerte caída de la divisa y un incremento de las primas de riesgo de los países en situación crítica, como España. Como informó el lunes El Confidencial, la actuación e la UE en la isla mediterránea agrava el riesgo sistémico de los periféricos.

En ese caso, cada vez más probable, Draghi cuenta con la enorme potencia de fuego de su programa de compra de deuda (OMT por sus siglas en inglés). Ahora bien, "los costes políticos de la activación de este programa todavía son significativos y no está claro cuánto estrés financiero es capaz de soportar un Gobierno antes de someterse a esta intervención de la UE", opina la gestora Threadneedle.

Merrill Lynch coincide con estos temores a que España, por ejemplo, se niegue a solicitar el rescate aun en el caso de que la crisis de Chipre golpee a nuestra deuda pública: "Si el contagio se extiende, los países no tendrán incentivos para solicitar la activación del OMT. En ese caso, el BCE se vería obligado a intervenir directamente, para lo que tendría que contyar con el apoyo implícito de los poíses centrales de la zona euro".

La crisis de Chipre, que ayer votó en contra de imponer una quita a los depósitos y ahora busca sustituir el rescate de la UE por un préstamo de Rusia, provocará un nuevo encarecimiento de la financiación para la banca de los países periféricos que puede desembocar otra vez en el cierre de los mercados mayoristas, según los expertos. Esto, a su vez, incrementará la dependencia de la barra libre del BCE, que se había reducido notablemente en los últimos meses. Eso, sin necesidad de que veamos una fuga de depósitos en España o Italia -el gran temor de los analistas y de las autoridades europeas-, que hasta ahora niegan las entidades y el propio Banco de España.

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