Es noticia
Los 'viejos gigantes' del Ibex 35 sucumben al quinto año de crisis
  1. Economía
LAS GRANDES COMPAÑÍAS PRESENTAN PÉRDIDAS MILLONARIAS O BENEFICIOS MUY MERMADOS

Los 'viejos gigantes' del Ibex 35 sucumben al quinto año de crisis

La sangría parece infinita. Febrero ha terminado con el grueso de las compañías que forman el Ibex 35 publicando unos lastimosos resultados del ejercicio 2012. Al

Foto: Los 'viejos gigantes' del Ibex 35 sucumben al quinto año de crisis
Los 'viejos gigantes' del Ibex 35 sucumben al quinto año de crisis

La sangría parece infinita. Febrero ha terminado con el grueso de las compañías que forman el Ibex 35 publicando unos lastimosos resultados del ejercicio 2012. Al quinto año de crisis, ni siquiera las más grandes corporaciones españolas han podido salvar sus balances del deterioro de la actividad económica. Todos los conocidos blue chips, salvo honrosas excepciones, han tenido que afrontar pérdidas millonarias por primera vez en su historia reciente, como varias constructoras, o presentar unos mermados beneficios por culpa del deterioro de los márgenes en su negocio doméstico a pesar de sus posiciones hegemónicas.

Hasta la fecha actual, el tamaño de la empresa se había demostrado como un factor fundamental para sortear la recesión, de manera que las más grandes (con más asalariados) contaban con mayor capacidad de aguante, según demostraba un reciente estudio de la escuela de negocios ESADE. Sin embargo, tras cinco años consecutivos de crisis y sin la gracia de poder seguir renovando deudas impagables, hasta los pesos pesados del tejido empresarial español empiezan a dar señales preocupantes de flaqueza, como ya demostraron la semana pasada con su caída dos grandes como la inmobiliaria Reyal Urbis y el grupo turístico Orizonia.

Los peor parados del año han acabado siendo las otrora poderosas constructoras. Convertidas en pilar y palanca del crecimiento durante la década prodigiosa, la terna formada por ACS, FCC y Sacyr ha cerrado el ejercicio con pérdidas millonarias, un hito histórico en caso de las controladas por Florentino Pérez y Esther Koplowitz, que por motivos distintos, aunque parecidos, han tenido que asumir números rojos por importe de 2.000 y 1.000 millones, respectivamente. En el caso del gigante levantado por Luis del Rivero ahora comandado por Manuel Manrique el agujero de este año es de otros 1.000 millones, algo menos que el cosechado un año antes.

Los pesos pesados del tejido empresarial español empiezan a dar señales preocupantes de flaqueza

De este pelotón, que en otros tiempos formaba parte del top ten mundial de constructoras, sólo han salido indemnes OHL, Ferrovial y Acciona, que tuvieron la oportunidad de librarse de algunas de sus comprometidas inversiones (BAA y Endesa) antes de que fuera demasiado tarde. En este sentido, los tres grupos familiares (Villar Mir, Del Pino y Entrecanales) han logrado mantenerse en beneficios, aunque sólo los extraordinarios ha permitido maquillar la mala marcha del negocio doméstico, donde la desaparición de la Administración como contratante de obra ha castigado al grueso de constructoras, independientemente de su tamaño.

Tampoco las energéticas se han librado del batacazo. Con la caída del consumo eléctrico desbocada y el cambiante marco regulatorio para cuadrar el déficit de tarifa, tanto Iberdrola, Endesa como Gas Natural-Fenosa han sufrido para repetir números en 2012, a pesar del capote recibido con la subida del precio la luz. Las cuentas de estos tres gigantes sólo se sostienen gracias al negocio internacional, situación que ha permitido a Ignacio Sánchez Galán repetir beneficios en 2.800 millones, a Borja Prado ganar sólo otros 2.000 (no dará dividendo por segundo año) y a Rafael Villaseca mejorar su foto final con 1.400 millones.

La tendencia a la baja arrastra a todos. A la petrolera Repsol, la revisión de sus reservas pesó más que la expropiación de YPF para ganar sólo 2.000 millones, insuficiente para afrontar una deuda que le ha obligado a vender su negocio de gas natural licuado. La antigua dinámica compradora de las cotizadas ha pasado a vendedora para salvar las cuentas y reducir apalancamiento, como ha hecho la sevillana Abengoa con activos en Brasil tras ganar en 2012 la mitad, como tiene que seguir haciendo Telefónica tras ver caer su beneficio otro 27% o como se plantea el holding IAG tras las pérdidas continuadas de Iberia, esta vez 300 millones.

Los bancos, al frente de la purga

En esta foto, como era inevitable tras el proceso de saneamiento asumido, todas las entidades financieras cotizadas han reducido sus beneficios de manera significativa, como Santander y BBVA, adecentados con su negocio internacional; han entrado en pérdidas, como Banco Popular, obligado a ampliar capital; o directamente han tenido que ser rescatados, como representa el caso de Bankia. Este desplome colectivo ha llevado a que entre reducción de beneficios por provisiones, pérdidas e inyecciones de capital, el conjunto del sistema haya consumido más de 50.000 millones de euros en un sólo año para sanear sus balances.

Gran parte de ese quebranto está provocado por la caída del sector inmobiliario, cuyo última víctima ha sido la entrada en concurso de Reyal Urbis. Protagonistas bursátiles durante los años del boom, las pocas compañías que aún cotizan ofrecen resultados negativos año tras año, ahogadas por deudas millonarias imposibles de pagar. En el último ejercicio, por ejemplo, Colonial se ha apuntado pérdidas por más de 1.100 millones, mientras que Martinsa-Fadesa o Realia han sumado centenas de millones en números rojos y otra tan significativa como Metrovacesa ha sido sacada de bolsa para librar de nuevas provisiones a sus bancos accionistas.

De esta deriva ni siquiera escapan negocios antaño lucrativos. Las cadenas televisivas Mediaset y Antena 3, que durante años amasaron cientos de millones, han pasado a ganar sólo una decena aun gozando de un régimen de duopolio tras desaparecer la competencia comercial de TVE, lo que ha llevado a la italiana a no dar dividendo por primera vez en una década. Y es que las grandes compañías se agotan. Algo extraordinario pasa cuando gente tan fina para las inversiones como la familia March (ACS, Acerinox, Indra, Ebro Foods o Prosegur) ha perdido 300 millones de euros a través de su cabecera Corporación Financiera Alba.

Al final, sólo las cotizadas con una fuerte presencia internacional han sorteado el impacto demoledor de la crisis. Entre estas rara avis emerge la todopoderosa Inditex, que lucirá unos registros de récord con beneficios de más de 1.600 millones. Lo mismo ocurre con la discreta ingeniería Técnicas Reunidas, donde la familia Lladó gana 133 millones a base de contratos en el extranjero; o con la tecnológica Amadeus, cuya hegemonía en el mercado le hace inexpugnable; o con la debutante cadena de supermercados Dia, respaldada por su modelo low cost; o con la sanitaria Grifols, que quintuplica ganancias como líder mundial en hemoderivados. 

Ibex 35