Solbes: "Lo preocupante no es tanto la deuda, sino lo rápido que ha aumentado"

Pedro Solbes, ex ministro de Economía entre 1993-1996 y entre 2004 y 2009, ha señalado hoy en Santander que las dudas sobre la capacidad de España para devolver el dinero prestado no se centran tanto en las cifras, sino en la velocidad de crecimiento.

 

“Estoy convencido de q problema fundamental no es nuestro nivel de deuda pública, sino el conjunto de deuda pública más deuda privada (...) Lo que es preocupante no es tanto el montante de deuda, sino lo rápido que ha aumentado y cómo volveremos a una estabilidad del déficit”, dijo el responsable de la política económica hasta 2009.

 

Sobre el problema de la deuda, el ex ministro de Economía Carlos Solchaga ha dicho hoy en Santander que “no hay razón, a pesar de las tonterías que se leen sobre la deuda, para pensar que es tan preocupante, aunque sí hay que reducir el déficit”, será un “esfuerzo de caballo”, pero no hay motivos para pensar que no se va a conseguir.

 

Solbes ha señalado que el mercado laboral está tremendamente segmentado. "Tenemos empleos de menor calidad y menor valor añadido que en otros países y hace falta crecimiento económico para crear empleo. Pero España siempre tuvo una tasa de empleo el doble peor que la de nuestros vecinos. Lo que preocupa es que en los momentos de mayor crecimiento seguíamos teniendo tasas del 9%. Es esencial revisar lo que está sucediendo en el mercado laboral", apuntó.

 

Sobre si propuso al presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero una reforma laboral, ha respondido: “Muchas gracias por la pregunta, porque no va a tener respuesta”.

 

Solbes ha recordado que “de ninguna crisis hemos salido debilitados” y confía en que “en este caso podamos salir fortalecidos”, aunque ha incidido en la necesidad de trabajar para mejorar la productividad en España, que “es un cuello de botella”.

 

Pedro Solbes, junto con los dos ex ministros Miguel Boyer y Carlos Solchaga han analizado hoy en un curso en Santander la evolución económica de España desde el comienzo de la democracia y han valorado la actual coyuntura. Los tres han coincidido en la necesidad de tomar medidas de ajuste del gasto y de llevar a cabo una reforma laboral importante, ya que el problema del desempleo es una de las peores singularidades de la crisis en España.

 

Boyer, ministro de Economía y Hacienda entre 1982 y 1985,  que llevó a cabo el proceso de reconversión industrial, ha recordado el duro ajuste fiscal que se produjo al final de su mandato y se ha mostrado esperanzado en que ahora, como entonces, nuestra economía esté preparada para la recuperación.

 

Boyer ha culpado de la actual crisis económica a los bajos tipos de interés, que vinieron determinados por la política de la Reserva Federal de Estados Unidos. Las bajas tasas propiciaron un incremento de la inversión y la formación de burbujas. Y ha dicho que ha quedado claro que tras los problemas financieros de los dos últimos meses han provocado que el principal objetivo sea la reducción del déficit.

 

Por su parte, Solchaga, ha comentado que las tres crisis más importantes que hemos vivido provienen de shocks externos. Primero la gran subida de los precios del petróleo, que dejó a los países avanzados en una situación muy difícil de manejar. En la segunda el origen está en el proceso de reunificación de Alemania en menos de una década, lo que generó un crecimiento brutal del déficit alemán, aunque se ocultó poniéndolo en unas cuentas aparte, que trajo una subida de los tipos. La tercera es por las prácticas bancarias en Estados Unidos que ha originado una crisis global.

 

También ha dicho que “es evidente que el Gobierno de Zapatero ha tomado medidas que representan un giro fundamental en su concepción anterior” y ha afirmado que el dilema que existe ahora sobre la refinanciación de la deuda y sobre si España podrá hacer frente a la misma, es el mismo que había en la década de 1980 sobre la inflación. Entonces Estados Unidos decidió que la única forma de luchar contra la subida descontrolada de los precios era terminar con las expectativas de que la inflación iba a seguir subiendo. Ahora también hay que actuar sobre las expectativas.

 

Solchaga ha subrayado que de la crisis de 1992-1993 se puede extraer una lección: igual que entonces se avanzó hacia la moneda única, ahora hay que avanzar hacia una mayor integración europea. “Los anglosajones siguen diciendo que el euro no se sostiene, se va a caer, pero estamos ante una oportunidad semejante. En vez de dejar que el euro se caiga es el momento de decir que la integración en política económica es demasiado poco y la debemos fortalecer. Necesitamos una política fiscal más armonizada y que pueda sopesar la política económica”, ha dicho.