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Marsans necesita 30 millones de euros de circulante para seguir funcionando
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TODAVÍA NO SE HA CERRADO LA VENTA

Marsans necesita 30 millones de euros de circulante para seguir funcionando

Marsans está en la uvi. La centenaria agencia de viajes propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán necesita con urgencia una inyección de 30 millones

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Marsans necesita 30 millones de euros de circulante para seguir funcionando

Marsans está en la uvi. La centenaria agencia de viajes propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán necesita con urgencia una inyección de 30 millones de euros para seguir funcionando. Según fuentes involucradas en el proceso de reestructuración, esta es la cantidad de circulante que debe aportar el nuevo inversor para afrontar con garantías la puesta en marcha de la compañía, que desde hace prácticamente un mes se encuentra en situación de stand by debido al proceso de venta puesto en marcha por sus propietarios.

 

Esta cantidad fue determinada por los antiguos asesores de Marsans, la consultora Deloitte y el despacho Uría Menéndez, que hasta hace un mes y medio ejercían como asesores de la agencia de viajes para la eventual reestructuración que trataron de llevar a cabo los propios Pascual y Díaz Ferrán. Sin embargo, las dificultades financieras existentes disuadieron a los dos empresarios, que optaron por iniciar un proceso de venta urgente, con el fin de que no interfiriera en su funcionamiento y, por ende, el activo no sufriera un mayor deterioro.

Las intenciones iniciales no se han cumplido. Como informó este diario, algunas de las principales urgencias de liquidez quedaron al descubierto el pasado mes de abril. Marsans abonó in extremis la liquidación de los billetes vendidos a la Asociación Internacional para el Transporte Aéreo (IATA) gracias a una línea de crédito de ocho millones concedida por Santander, La Caixa y Caja Madrid, gestión en la que intermedió a su favor el propio Gobierno, implicado desde varios ministerios en ayudar al presidente de la patronal CEOE.

A pesar de pagar en plazo, el esfuerzo resultó insuficiente para las aerolíneas, que exigieron a la compañía española un aval de 20 millones ante los temores de impagos futuros. Un mes antes, el 16 de marzo, los bancos acreedores de Marsans -encabezados por Santander, Banco Sabadell, Caja Madrid, La Caixa y Banesto- ya habían acordado conceder a Díaz Ferrán un crédito de 22 millones. A medida que pasa el tiempo, las necesidades de liquidez para cubrir el día a día son mayores, ante la exigencia de los proveedores de cobrar en efectivo.

Otra de las obligaciones que cubriría la bolsa de 30 millones es el pago de las nóminas atrasadas. Marsans cuenta con una plantilla de 4.000 empleados que desde hace meses también acumula retrasos en el abono de sus mensualidades. De hecho, la semana pasada, cerca de mil trabajadores se manifestaron ante la sede de CEOE para reclamar a Díaz Ferrán “garantía de futuro para el grupo Marsans”, como hicieron un día después ante las puertas del Ministerio de Industria, con competencias sobre el sector del turismo.

Precisamente, la implicación de la plantilla en la salvación de la compañía es uno de los puntos sobre los que puede apoyarse un nuevo inversor. “La marca es potentísima”, explica un antiguo asesor de Marsans. “El daño se puede curar en tres meses si alguien aporta el dinero necesario y se ofrecen garantías”. Para ello es necesario que la venta, sin embargo, se ejecute en el menor tiempo posible, una exigencia que Díaz Ferrán y Pascual están demorando, a pesar de haber asumido ellos personalmente el proceso de la operación.

Este mismo fin de semana, Marsans emitió un comunicado en el que aseguraba que "todos los datos" apuntan a que en "los próximos días" culminarán con "buen fin" las negociaciones que mantiene para la venta y la obtención de recursos que permitan la continuidad de la compañía. Aunque el comprador no podrá afrontar la deuda de 500 millones que arrastra el grupo, si debe contar con solvencia para afrontar con las necesidades de circulante, como exigen los bancos acreedores, que prefieren evitar la entrada en concurso de acreedores.

Mientras tanto, la bola de nieve de Marsans sigue creciendo, hasta el punto de afectar ya a clientes particulares, que temen quedarse sin los servicios contratados con la agencia. Este riesgo es el que ha hecho que algunas patronales turísticas hayan pedido al Ministerio de Industria que tutele el proceso de venta para garantizar los derechos de los consumidores. Están en peligro las vacaciones de miles de personas que ya han pagado sus viajes. El desenlace de la venta se espera para esta semana, como en ya ocurrió en la anterior.

Marsans está en la uvi. La centenaria agencia de viajes propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán necesita con urgencia una inyección de 30 millones de euros para seguir funcionando. Según fuentes involucradas en el proceso de reestructuración, esta es la cantidad de circulante que debe aportar el nuevo inversor para afrontar con garantías la puesta en marcha de la compañía, que desde hace prácticamente un mes se encuentra en situación de stand by debido al proceso de venta puesto en marcha por sus propietarios.

Gerardo Díaz Ferrán