Bañuelos atesora 200 millones de euros en el capital de la primera inmobiliaria de Brasil

Lo ha vuelto a hacer. Enrique Bañuelos es de nuevo el primer inmobiliario del parqué. Aunque esta vez de Brasil. Como ayer martes rebotaban todas las agencias de noticias, la promotora inmobiliaria PDG Real State anunciaba el acuerdo alcanzado para adquirir a su competidora Agre, cuyo socio mayoritario es el empresario español, con el fin de crear la mayor empresa del sector inmobiliario de Brasil. Una absorción que convierte al fundador de Astroc en primer accionista individual de la fusionada con un 6% del capital, valorado nada menos que en 200 millones de euros.

En menos de dos años, Bañuelos ha vuelto a repetir jugada. Tras caer en desgracia en España, donde protagonizó el milagro (2006) y la posterior tragedia de Astroc (2007), el empresario valenciano ha vuelto a repetir con éxito el modelo que le convirtió en hombre Forbes. A través de Veremonte, su sociedad de inversión, el empresario español ha conseguido en poco más de un año tomar participaciones relevantes en tres inmobiliarias brasileñas, Agra, Kablin Segall y Abyara, a las que luego fusionó -controlando un 24%- para dar lugar a la quinta inmobiliaria cotizada del país.

Una historia similar a la de Astroc, en cuanto a modelo de empresa, pues tras su debut en bolsa Bañuelos inició una espiral de operaciones, primero con Rayet, luego con Landscape, que daban dimensión y diversificación de negocio a la promotora de suelo valenciano y que a su vez permitían al valenciano erigirse en primer accionista de la resultante. En el caso brasileño, comparte accionariado del nuevo holding PDG Real State con el fondo de inversión estadounidense Blackrock (5,4%) y con el grupo fundador Vinci (5%), pero no tiene representación en su consejo de administración.

Marcelo Parachini (primero por la izq en la foto) ha acompañado a Enrique Bañuelos desde el primer día en su aventura brasileña. Este ejecutivo carioca es el consejero delegado de Veremonte. Antes de asociarse con el valenciano, Parachini estuvo a las ordenes de Emilio Botín en el Banco Santander, primero como banquero de negocios en la ciudad financiera de Boadilla del Monte y durante los tres últimos años como ejecutivo desplazado en Londres tras la compra de Abbey National. Sin embargo, la llamada del genio de Astroc le convenció para cambiar de aires y volver a su país.

La mano derecha de Bañuelos es el encargado de atender a los medios. El jefe ha estado demasiado expuesto a la prensa, sobre todo tras la estela de ruido dejada en España. ¨Enrique no va a hacer declaraciones¨, explicaba ayer a este diario desde Sao Paulo el consejero delegado de Veremonte. La única aparición relevante del valenciano en la prensa local fue una entrevista concedida a la revista Exame a finales de 2009 para explicar sus planes en el país. En realidad, un paso medido para consolidar su imagen como nuevo hombre fuerte del ladrillo en Brasil.

De momento, Bañuelos ya ha conseguido su primer objetivo: crear la mayor empresa del sector inmobiliario del país y conseguir sinergias con la unificación de las actividades de ambas compañías. De hecho, la fusión ha dado lugar a una cartera de suelos valorada en 80.000 millones de reales con presencia en todo el territorio nacional, explicaba ayer Parachini. Y todo, sin que Bañuelos asuma ninguna responsabilidad ejecutiva en el nuevo holding. El valenciano seguirá invirtiendo desde Veremonte, es decir, promoviendo desarrollos que ofrecerá a sus nuevos socios.