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El Gobierno recortará las subvenciones públicas en 5.000 millones
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ZAPATERO TOMA A GRECIA COMO COARTADA PARA CUMPLIR SU PLAN DE AJUSTE

El Gobierno recortará las subvenciones públicas en 5.000 millones

La crisis griega tiene sus ventajas. Al menos para el Ejecutivo español, que a la vista de las dificultades del Gobierno Papandreu para enderezar la situación,

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El Gobierno recortará las subvenciones públicas en 5.000 millones

La crisis griega tiene sus ventajas. Al menos para el Ejecutivo español, que a la vista de las dificultades del Gobierno Papandreu para enderezar la situación, cuenta ya con una coartada de lujo para justificar el Plan de Reestructuración del Gasto Público que aprobará el próximo Consejo de Ministros. El Plan, como establece el Programa de Estabilidad, comportará una revisión exhaustiva de todos los programas y políticas de gasto de la Administración General del Estado y la racionalización de sus estructuras, así como del sector público empresarial.

Entre las medidas que se acordarán el próximo viernes se encuentra un drástico recorte de las subvenciones públicas, que pasarán de representar el 1,1% del PIB al 0,7% en 2010. O lo que es lo mismo, el plan supone un recorte de unos 4.000 millones de euros. El objetivo es rebajar esa partida de forma adicional en 1.000 millones de euros hasta 2013. La parte más cuantiosa de este capítulo del presupuesto se destina al transporte público (1.590 millones de euros), pero también va dirigido a becas, integración de los inmigrantes, alquileres, remodelación de barrios o empresas de la SEPI, como Hunosa, que sigue en funcionamiento gracias a subvenciones del Estado.

Según una fuente autorizada consultada ayer por El Confidencial, “Zapatero ya puede poner como coartada a Grecia, lo que facilitará la ejecución del recorte”. Otras fuentes insisten en esa línea y recuerdan que el margen de maniobra del Gobierno es incluso más amplio tras el colapso de la economía helena. Y, en este sentido, recuerdan que en el capítulo 1 -gastos de personal- las distintas administraciones públicas (no sólo el  Gobierno central) cuentan con un instrumento importante que permite cumplir al mismo tiempo con Bruselas y con el pacto firmado con los sindicatos el año pasado sobre retribución de los empleados públicos. Y no es otro que la no renovación de contratos temporales en la Administración. El margen de maniobra es amplio habida cuenta de que, según la última EPA, el 24,5% de los trabajadores del sector público tiene contrato temporal, ligeramente por debajo del 25,3% que se estima para el sector privado.

Aunque el Gobierno aún no ha desvelado esa estrategia -y es probable que nunca lo haga- ese escenario se considera como el único consistente con el objetivo de reducir el peso de la remuneración de los asalariados del sector público del 11,9% en 2009 al 10% del PIB en 2013. Un recorte de unos 19.000 millones de euros que en ningún caso se puede lograr simplemente cubriendo sólo el 10% de las bajas laborales en las ofertas públicas de empleo, y de ahí que sea necesario un ajuste adicional. Ni siquiera congelando el sueldo de los empleados pùblicos se alcanzaría ese objetivo.

Diferencial con Alemania

Desde el lado del gasto, hay una partida ‘intocable’, la del pago del servicio de la deuda, pero al menos, y pese a la crisis griega, el Tesoro está aguantando el chaparrón. Y no solamente por el hecho de que el ratio de cobertura de las emisiones de deuda sea holgada. Por cada euro que se emite los inversores solicitan dos, sino porque aunque el diferencial con Alemania se haya ido ayer a niveles superiores a los 100 puntos básicos (un punto porcentual) el coste de la deuda no crece. La rentabilidad de las obligaciones a diez años se mantiene en el entorno del 4%, nivel similar al registrado en febrero, al comienzo de la crisis griega. La causa tiene que ver con el hecho de que aunque haya aumentado el diferencial, lo que se ha producido es un recorte de lo que tiene que pagar el Tesoro alemán por colocar sus emisiones. Es decir, que las cuentas públicas germanas son las grandes beneficiadas de lo que se ha venido en denominar 'tragedia griega'. Hoy, Alemania paga menos por su deuda que hace unos meses (un 3,08%.frente al 3,23% de noviembre)

En el caso español, la diferencia es irrelevante. Los datos del Tesoro indican que el tipo medio de la deuda emitida por el Estado se situaba en febrero en el 3,51%, apenas dos décimas más que en enero. Pero, todavía por debajo del 3,53% alcanzado como media durante el año 2009. Y, en cualquier caso, muy por debajo del 4,32% registrado en 2008. Esto significa que las tensiones en el mercado de deuda no están suponiendo por el momento un gasto adicional para el Tesoro. El gasto extra se deriva del aumento de la deuda en circulación. Si se cumple lo previsto, el Estado tendrá este año unas necesidades de financiación netas (saldo entre emisiones y amortizaciones) equivalente a 76.800 millones de euros, con lo que al final del ejercicio el volumen de deuda en circulación superará los 553.000 millones de euros. A esta cantidad hay que sumar la que generen las regiones y los municipios, además de los organismos autónomos o las empresas públicas.

No es, sin embargo, oro todo lo que reduce. La convulsión en los mercados financieros ha obligado al Tesoro a financiarse más a corto plazo, donde los tipos son más bajos. Pero la curva de tipo tenderá a normalizarse, y eso le obligará a endeudarse a plazos más largos, lo que encarecerá la factura de la deuda. Un reciente informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI) preveía una aceleración de las rentabilidades a la vuelta del verano, después de que el BCE haya ido retirando de forma progresiva las facilidades de liquidez. AFI prevé, en conceto, que el bono español a 10 años repunte hasta el 4,35% en marzo de 2011, y hasta el 4,80% en dciembre de 2011, lo que encarecerá la financiación del abultado déficit público español.

La crisis griega tiene sus ventajas. Al menos para el Ejecutivo español, que a la vista de las dificultades del Gobierno Papandreu para enderezar la situación, cuenta ya con una coartada de lujo para justificar el Plan de Reestructuración del Gasto Público que aprobará el próximo Consejo de Ministros. El Plan, como establece el Programa de Estabilidad, comportará una revisión exhaustiva de todos los programas y políticas de gasto de la Administración General del Estado y la racionalización de sus estructuras, así como del sector público empresarial.

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