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Reyal Urbis consigue el visto bueno de los principales acreedores para salvarse
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LA BANCA ACEPTA EL PLAN DE REFINANCIACIÓN DE LAZARD

Reyal Urbis consigue el visto bueno de los principales acreedores para salvarse

Reyal Urbis dio ayer un paso importantísimo hacia su salvación: logró la adhesión del comité director (steering commitee) de los bancos acreedores a un pliego de

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Reyal Urbis consigue el visto bueno de los principales acreedores para salvarse

Reyal Urbis dio ayer un paso importantísimo hacia su salvación: logró la adhesión del comité director (steering commitee) de los bancos acreedores a un pliego de condiciones que recoge esencialmente los términos del plan de Lazard para refinanciar la deuda de 5.000 millones de euros que cuestiona la viabilidad de la inmobiliaria, según fuentes del sindicato. Ahora hace falta que el resto de los acreedores acepten estas condiciones antes de la fecha tope para evitar el concurso, el 31 de diciembre.

La firma de este pliego de condiciones (conocido como term sheet) era la condición sine qua non para que la compañía que preside Rafael Santamaría pudiera salvarse del concurso. Una vez aceptadas las condiciones por los principales acreedores, en teoría debería ser más fácil que las asuman los más pequeños, aunque poner de acuerdo a 49 bancos y cajas nunca es sencillo y siempre existe la posibilidad de que alguno se descuelgue a última hora.

Este comité director está compuesto por 10 representantes de las entidades con las que tiene créditos Reyal Urbis. Los 10 mayores acreedores, según informó El Confidencial en septiembre, son Santander, Barclays, BBVA, Caja Madrid, Royal Bank of Scotland, Popular, Sabadell, Bancaja, el ICO y La Caixa.

Tal como adelantó El Confidencial, el plan de Lazard requiere a los bancos un préstamo adicional de 150 millones para asegurar la continuidad del negocio a la espera de que se puedan vender los principales edificios propiedad de la compañía sin tener que aceptar precios ridículos por ellos. Con ese dinero se liquidará la deuda con los acreedores no financieros.

Además, el plan prevé una reducción al mínimo imprescindible de los gastos y las inversiones y un aplazamiento del pago de la deuda bancaria (que roza los 5.000 millones de euros) durante tres años. A cambio de estas concesiones, las entidades podrán nombrar un controller que controle la gestión de la compañía durante esos tres años, con lo que Santamaría perdería sus funciones ejecutivas.

Cualquier cosa mejor que el concurso

A priori, algunas fuentes bancarias mostraron su escepticismo sobre la capacidad de la banca para aceptar unas condiciones tan duras: además de no cobrar un euro durante tres años, tienen que poner todavía más dinero en una empresa de dudosa viabilidad si no se recupera el mercado inmobiliario español. Pero finalmente han aceptado porque "a nadie le interesa un concurso y tener que provisionar toda esa deuda tal como está la situación de la banca", según una entidad.

Las fuentes consultadas coinciden en que el más reacio era Barclays, entidad que también ha puesto bastantes obstáculos en otras refinanciaciones de grandes inmobiliarias. Además, Santander y Banesto se han quedado ya con activos de la inmobiliaria por 1.400 millones, y un juez podría anular estas operaciones en caso de concurso.

En todo caso, el avance de ayer, con ser muy importante, tampoco garantizan nada: en el reciente caso de Nozar, la situación era muy parecida, con el añadido de que los bancos acreedores estaban muy satisfechos con la gestión de la crisis realizada por Luis Nozaleda, a diferencia de lo que ocurre con Santamaría. Además, el préstamo adicional que solicitaba la compañía era de sólo 70 millones. Y aun así, la inmobiliaria acabó en concurso.

Reyal Urbis dio ayer un paso importantísimo hacia su salvación: logró la adhesión del comité director (steering commitee) de los bancos acreedores a un pliego de condiciones que recoge esencialmente los términos del plan de Lazard para refinanciar la deuda de 5.000 millones de euros que cuestiona la viabilidad de la inmobiliaria, según fuentes del sindicato. Ahora hace falta que el resto de los acreedores acepten estas condiciones antes de la fecha tope para evitar el concurso, el 31 de diciembre.

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