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Reyal Urbis necesita que los bancos le presten otros 150 millones para sobrevivir
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SANTAMARÍA ABANDONA SUS FUNCIONES EJECUTIVAS EN LA COMPAÑÍA

Reyal Urbis necesita que los bancos le presten otros 150 millones para sobrevivir

Reyal Urbis necesita que los bancos le presten otros 150 millones de euros a corto plazo para sobrevivir y, sólo entonces, poder plantearse la refinanciación de

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Reyal Urbis necesita que los bancos le presten otros 150 millones para sobrevivir

Reyal Urbis necesita que los bancos le presten otros 150 millones de euros a corto plazo para sobrevivir y, sólo entonces, poder plantearse la refinanciación de los casi 5.000 millones que la inmobiliaria debe a la banca acreedora. Éste era el punto más sorprendente del plan de salvación presentado la semana pasada por Lazard: además de no pagar ni capital ni intereses durante tres años, la inmobiliaria necesitaba una nueva inyección de dinero, cuya cuantía es de 150 millones según fuentes conocedoras de la negociación.

Además, el presidente de la empresa, Rafael Santamaría, ha aceptado renunciar a sus funciones ejecutivas en favor de la persona que van a nombrar los bancos para controlar la gestión de la compañía durante los tres años de carencia, según las citadas fuentes. El fundador de Reyal mantendrá el cargo formal de presidente aunque vacío de poder real.

El nuevo préstamo de 150 millones es, en realidad, un anticipo de la venta de inmuebles que recogía el anterior plan de salvamento presentado por varias entidades. Esta venta de las 'joyas de la corona' de Reyal, para las que varias consultoras inmobiliarias están buscando comprador desde hace semanas, se iba a destinar a pagar a los acreedores no financieros (proveedores y empresas subcontratadas).

Con el plan de Lazard, se trata de que los bancos paguen a estos acreedores y así la empresa podrá vender los inmuebles con más tranquilidad y menos presión; el hecho de tener el dinero en la mano ya no le obliga a aceptar precios ridículos por estos edificios.

Por otro lado, las fuentes consultadas aseguran que la propia Reyal ha sido capaz de reducir de 300 a 150 millones esta deuda no financiera mediante quitas, pagos en especie y la paralización de sus inversiones. Las quitas y los pagos con activos también se aplicarán a esos 150 millones que restan. Además, se trata de una cantidad relativamente fácil de conseguir: "Son muchos edificios para conseguir muy poco dinero; basta con vender sólo uno para conseguir esa cantidad", afirma una de estas fuentes.

Optimismo moderado en la banca

Ésta es la razón por la que el sindicato bancario es, en general, optimista sobre la aceptación del plan presentado por el banco de negocios en el que trabaja Rodrigo Rato. "La banca no tiene ningún interés en poner más dinero en Reyal Urbis, pero está dispuesta a hacerlo si ve que efectivamente puede recuperarlo en poco tiempo con la venta de activos", explica una de las fuentes. "150 millones no es tanto dinero y, además, la alternativa es el concurso, así que lo lógico es ponerlo", añade otra.

Ahora bien, estas buenas perspectivas no garantizan nada: en el reciente caso de Nozar, la situación era muy parecida, los bancos acreedores estaban muy satisfechos con la gestión de la crisis realizada por Luis Nozaleda y, además, el préstamo adicional que solicitaba la compañía era de sólo 70 millones. Y aun así, la inmobiliaria acabó en concurso.

Al final, los bancos y cajas no están tan preocupados por el plazo de tres años de carencia ni por tener que poner más dinero, sino porque "el plan de Lazard sea la solución definitiva de verdad y no aparezcan más muertos escondidos en los armarios", según una de estas fuentes.

Se busca sustituto para Santamaría

Respecto a la situación de Santamaría, no es ningún secreto que la banca está muy poco satisfecha con su gestión de la compañía, ya que incluso pretendía seguir con grandes inversiones como las de Castellana 200 pese a estar al borde de la quiebra. De hecho, alguna entidad extranjera llegó a pedir su cabeza antes de que se presentaran los planes de salvación. Ahora esa exigencia se va a cumplir con la cesión de los poderes ejecutivos al representante de los acreedores, que se presentará a la opinión pública como una renuncia voluntaria del actual presidente.

El sindicato está buscando a la persona idónea para este cargo, aunque no va a ser fácil. "Se necesita a alguien que conozca el negocio, que tenga suficiente prestigio para concitar el consenso de la empresa y todas las entidades, que tenga personalidad para tomar decisiones difíciles y que tenga la suficiente cintura para lidiar con el consejo, con los empleados y con los bancos, y satisfacer a todos", explica una fuente.

Porque sus tareas van a ser muy duras. Aparte de pilotar la venta de activos, tendrá que adelgazar la estructura de la empresa al mínimo imprescindible, suprimir todas las inversiones -salvo casos excepcionales en que realmente merezca la pena terminar las promociones-, controlar al céntimo las salidas de caja y liquidar ordenadamente las deudas con los proveedores sin incurrir en ninguna nueva.

Reyal Urbis necesita que los bancos le presten otros 150 millones de euros a corto plazo para sobrevivir y, sólo entonces, poder plantearse la refinanciación de los casi 5.000 millones que la inmobiliaria debe a la banca acreedora. Éste era el punto más sorprendente del plan de salvación presentado la semana pasada por Lazard: además de no pagar ni capital ni intereses durante tres años, la inmobiliaria necesitaba una nueva inyección de dinero, cuya cuantía es de 150 millones según fuentes conocedoras de la negociación.

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